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Cuando no entendemos los mandamientos
Algunos mandamientos que tal vez no tengan sentido para nosotros son en realidad señales del amor que Dios tiene por nosotros.
¿Alguna vez has escuchado a alguien decir que los mandamientos son “solo un montón de reglas”?
Por supuesto, eso es una simplificación excesiva. A veces tal vez no entendamos por qué Dios da mandamientos o cuál puede ser el propósito de ellos, pero lo que sí entendemos es que Dios es nuestro amoroso Padre Celestial. Y si Él nos ama perfectamente (¡y lo hace!), nos dará mandamientos solo por amor y preocupación por nosotros.
Veamos dos ejemplos de cómo Dios muestra Su amor por medio de Sus mandamientos.
La Palabra de Sabiduría
La Palabra de Sabiduría tiene algunas pautas específicas, por ejemplo, la instrucción de no beber café, alcohol ni té. Sin embargo, la revelación no contiene una lista de todas las sustancias dañinas. Se dio como un “principio con promesa” (Doctrina y Convenios 89:3).
Lo que esta revelación nos muestra es que el Padre Celestial nos ama y se preocupa por cada aspecto de nuestra vida. Eso incluye nuestro bienestar espiritual y físico.
Considera las bendiciones que Dios ha prometido a quienes se esfuercen por guardar la Palabra de Sabiduría:
“[Ellos] recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos;
“y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos;
“y correrán sin fatigarse, y andarán sin desmayar.
“Y yo, el Señor, les prometo que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará” (Doctrina y Convenios 89:18–21).
Esas bendiciones superan con creces los sacrificios que hacemos para guardar la Palabra de Sabiduría. Aunque no siempre es fácil seguir los mandamientos, el Padre Celestial siempre recordará nuestros sacrificios y, en Su propio tiempo, nos demostrará que valen la pena.
La ley del diezmo
“¿Por qué Dios necesita mi dinero?”, podrían preguntar algunos. La realidad es que Dios no necesita dinero, pero sí desea que Sus hijos se acerquen más a Él al guardar Sus mandamientos. La Iglesia del Señor también necesita maneras de ayudar a llevar el Evangelio de Jesucristo a todo el mundo. El diezmo y otras ofrendas se utilizan para muchas cosas a fin de apoyar la obra del Señor, entre ellas:
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Construir y dar mantenimiento a templos, centros de reuniones y otros edificios de la Iglesia.
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Apoyar las actividades y operaciones de la Iglesia y de sus congregaciones locales.
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Compartir el Evangelio en todo el mundo.
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Apoyar los programas de la Iglesia, tales como la formación académica y la historia familiar.
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Proporcionar alimentos, refugio y otras necesidades a personas necesitadas.
El diezmo es una manera de mostrar gratitud al Padre Celestial por darnos la manera de proveer para nosotros mismos y para nuestra familia. Al mismo tiempo, cuando pagamos el diezmo, ayudamos a Dios a mostrar Su amor por Sus hijos en todo el mundo. ¡Estamos ayudando a recoger a Israel!
El presidente Russell M. Nelson contó una vez una historia de cuando comenzó a pagar el diezmo después de un período en el que no lo pagaba. Él enseñó:
“¿Cambió la Iglesia en algo porque nosotros pagáramos más diezmo? Desde luego que no. Sin embargo, pagar un diezmo íntegro me cambió a mí. Fue entonces cuando aprendí que pagar el diezmo es una cuestión de fe, no de dinero. Al llegar a pagar un diezmo íntegro, las ventanas de los cielos empezaron a abrirse para mí […].
“El pago del diezmo requiere fe, y también edifica la fe en Dios y en Su Hijo Amado”.
“¡Porque me amas!”
La hermana Carole M. Stephens, quien fue Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, recordó una vez una historia sobre su nieta Chloe. Mientras la hermana Stephens conducía, Chloe insistía en desabrocharse el cinturón de seguridad y ponerse de pie en el auto.
Después de varios intentos de convencer a Chloe de que permaneciera sentada con el cinturón de seguridad abrochado, la hermana Stephens recibió la impresión de enseñarle a Chloe que necesitaba su cinturón de seguridad para estar a salvo y evitar lastimarse. Después de un momento, Chloe se dio cuenta: “Abuela, ¡quieres que me ponga el cinturón de seguridad porque me amas!”.
El Padre Celestial quiere cuidarnos y ayudarnos. Él desea darnos todas las oportunidades para estar a salvo espiritual y físicamente. Sus mandamientos no son reglas restrictivas, son oportunidades para recibir las bendiciones prometidas y demostrar nuestro amor por Él.