Para la Fortaleza de la Juventud
La adoración
Para la Fortaleza de la Juventud, mayo de 2025


Sesión del sábado por la noche

La adoración

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¿Qué significa adorar a Dios para ustedes y para mí […]?

Primero, las acciones que constituyen nuestra adoración

Una de las formas más comunes e importantes de adoración es congregarse en un espacio consagrado para efectuar actos de devoción […].

La adoración en el día del Señor está marcada por un énfasis particular en el gran sacrificio expiatorio de Jesucristo […]. Para la persona contrita, tomar la Santa Cena es el acto central de la adoración del día de reposo […].

Como comunidad de santos, nos fortalecemos unos a otros en la adoración y en la fe.

Aun así, no podemos olvidar los actos diarios de adoración en los que participamos individualmente y en el hogar […].

Las actitudes y los sentimientos inherentes a la adoración

La verdadera adoración significa amar a Dios y someter a Él nuestra voluntad, que es la dádiva más preciada que podemos ofrecer […].

Esa fue la norma personal de Jesús de adoración del Padre […].

La adoración es esforzarse por seguir ese ejemplo perfecto […].

Tercero, la exclusividad de nuestra adoración

Cualquier cosa que tenga precedencia por encima de la adoración al Padre y al Hijo se vuelve un ídolo […]. El objeto de nuestra adoración es exclusivamente “el único Dios verdadero, y […] Jesucristo, a quien [Él] h[a] enviado”.

Finalmente, la necesidad de emular al Padre y al Hijo

En última instancia, la forma en que vivimos podría ser la mejor y más genuina forma de adoración. Mostrar nuestra devoción significa emular al Padre y al Hijo, cultivando Sus atributos y carácter en nosotros mismos […].

Al andar por la senda de los convenios, “se manifiesta el [santificador] poder de la divinidad” en nosotros.