Sesión del sábado por la tarde
Autoridad divina, jóvenes sublimes
Extractos
Un domingo por la mañana este mes de enero, hallándome en la reunión sacramental, se sostuvo a más de una docena de jóvenes para ser avanzados en el Sacerdocio Aarónico. Sentí que el mundo cambiaba bajo nuestros pies.
Me di cuenta de que, en reuniones sacramentales exactamente como esa por todo el mundo, y en cada huso horario, decenas de miles de diáconos, maestros y presbíteros […] estaban siendo sostenidos para ser ordenados a ministerios del sacerdocio de por vida que abarcaban el recogimiento de Israel en toda su extensión […].
Estas ordenaciones impulsan a estos jóvenes a una vida de servicio para hallarse en lugares y momentos trascendentales en los que su presencia, sus oraciones y los poderes del sacerdocio de Dios que ellos poseen serán profundamente importantes […].
Hoy en día, el Señor confía a los poseedores del Sacerdocio de Aarón casi las mismas cosas que hacían en la antigüedad: enseñar y administrar ordenanzas, todo esto para recordarnos Su Expiación.
Cuando los diáconos, maestros y presbíteros ayudan con la Santa Cena, reciben las bendiciones de esta al igual que todos los demás: al guardar el convenio que hacen al participar individualmente del pan y del agua. Sin embargo, al cumplir con estos deberes sagrados, también aprenden más acerca de sus funciones y responsabilidades del sacerdocio […].
Estas serias expectativas requieren una preparación seria […].
Estoy eternamente agradecido de que los poseedores del Sacerdocio Aarónico, con sus poderes, ordenanzas y deberes, nos bendicen a todos mediante las llaves del mismísimo “ministerio de ángeles, y del evangelio de arrepentimiento, y del bautismo por inmersión para la remisión de pecados” (Doctrina y Convenios 13:1).