Nadie me entiende como el Salvador
Mi experiencia con el cáncer me ha enseñado muchas lecciones espirituales importantes.
Fotografía por Barbara Leite
Todo empezó con dolores de cabeza. Después de un tiempo, los dolores de cabeza se intensificaron y comenzaron a suceder a diario. A veces me provocaban vómitos. Debido a esto, mi médico solicitó una resonancia magnética.
Los resultados de la resonancia magnética mostraron que tenía un tumor llamado germinoma en el sistema nervioso central del cerebro. Cuando nos enteramos de la existencia del tumor en octubre de 2023, no sabíamos si era maligno (canceroso) o benigno.
Me sometí a varias cirugías e incluso me extirparon el tumor por completo. Regresé a casa y todo parecía ir bien, pero los resultados de la biopsia tardaron mucho en llegar. Unas semanas después, mis dolores de cabeza regresaron, así que me hicieron una tomografía computarizada.
El Salvador puede prepararnos para los momentos difíciles
Cuando recibimos los resultados de la tomografía computarizada, nos enteramos de que en menos de veinte días, el tumor en mi cerebro había reaparecido por completo. La biopsia reveló que el tumor era canceroso. Mis padres estaban muy asustados, pero yo mantuve la calma. Creo que el Salvador ya me estaba preparando y fortaleciendo.
Milagros en la adversidad
Tras descubrir que el tumor era canceroso, mis padres y yo dejamos nuestra ciudad y fuimos al hospital especializado en cáncer infantil de Curitiba, la capital del estado. La primera parte de mi tratamiento duró seis meses, entre cirugías y quimioterapia.
Me hicieron otra resonancia magnética para programar la siguiente cirugía. Los médicos esperaban que, con la quimioterapia, el tumor se hubiera reducido al tamaño de un frijol.
¡Pero la resonancia magnética mostró que el tumor había desaparecido por completo! El Señor obró un milagro. Los médicos ni siquiera lo habían considerado una posibilidad. Estaba muy agradecido por los milagros que experimenté, pero mi trayecto continuó siendo difícil.
Sobrellevar la pérdida con el Salvador
Al principio de esta prueba, estaba triste porque estaba perdiendo muchas cosas. Tuve que dejar de ir a la escuela y a la Iglesia. Perdí el fútbol y también perdí el contacto con los amigos. Tampoco podía asistir a Seminario.
Sé que el Salvador, mediante Su Expiación, compensará mis pérdidas. No sé cómo, no sé cuándo, pero creo que Jesucristo compensará todas estas cosas que he perdido.
Nadie me entiende tan bien como Él. Mi madre me entiende muy bien, pero no al cien por ciento, como el Salvador me entiende. Así que, aunque estaba triste por todo lo que había perdido y todo lo que había pasado, el Salvador estuvo conmigo todo el tiempo.
Superar las dificultades por medio del servicio
Una manera de superar las dificultades es servir al Señor. El servicio me ha conectado con el Señor y me ha ayudado a escuchar Su voz y seguirlo.
El año pasado, tuvimos una conferencia FSY y, aunque no pude asistir en persona, el matrimonio que dirigía la sesión me invitó a hacer un video para compartir mi testimonio.
En mi video hablé de cómo, sin importar lo que esté sucediendo en mi vida, tengo el deseo de hacer mi parte y servir a los demás. Recibí 571 cartas de jóvenes que vieron mi video y se animaron.
La familia de Gustavo es una fuente de fortaleza para él. Admira a su hermano y hermana mayores, ambos ex misioneros.
Lecciones aprendidas
Todavía estoy afrontando mi problema de salud, pero esta experiencia me ha acercado mucho más al Salvador y me ha enseñado muchas cosas.
He aprendido a tener paciencia y a esperar en el Señor cuando me enfrento a malas noticias, malas experiencias o enfermedades graves. He aprendido a encontrar gozo en las cosas pequeñas y sencillas. He aprendido a ver el mundo con otros ojos, a estudiar las Escrituras y a estar en comunión con el Espíritu Santo.
Algo que me ayuda espiritualmente es estar siempre con las Escrituras. Incluso cuando estuve hospitalizado, después de una cirugía o durante la quimioterapia, me mantuve en contacto con las Escrituras o los discursos de la conferencia general. Si no podía leer, le pedía a mi mamá que me lo leyera, o yo reproducía el audio para mí.
Ahora estoy en la fase de radioterapia y, mientras espero los tratamientos, utilizo la aplicación Participa de FamilySearch. Durante la radioterapia, me gusta pensar en pasajes de las Escrituras de Seminario. Cuando elegimos poner al Señor en primer lugar, incluso en tiempos difíciles, eso marca toda la diferencia. Siento que el Señor está conmigo porque me he acercado a Él.
Jesucristo es mi Salvador y mi amigo. Sé que Él sabe todo lo que siento, lo que he sentido y lo que sentiré. Todo se arreglará por medio del Salvador.