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¿Cómo me ayuda el Espíritu Santo a enseñar el Evangelio?


¿Cómo me ayuda el Espíritu Santo a enseñar el Evangelio?

Al enseñar el Evangelio debemos reconocer humildemente que el Espíritu Santo es el verdadero maestro. Nuestro privilegio es servir como instrumentos por cuyo intermedio el Espíritu Santo puede enseñar, testificar, consolar e inspirar a los demás. Debemos vivir dignos de recibir el Espíritu, orar por Su guía al prepararnos y enseñar, y al crear un ambiente en el que las personas a las que enseñamos puedan sentir Su influencia.

Prepararse espiritualmente

¿Cómo sabe cuándo está enseñando por medio del Espíritu? ¿Ha tenido alguna experiencia espiritual al enseñar que podría compartir con los jóvenes de manera apropiada?

¿Qué oportunidades tienen los jóvenes de enseñar a otras personas acerca del Evangelio? ¿Comprenden ellos qué significa aprender por medio del Espíritu? ¿Cómo puede ayudarles a sentir la importancia de seguir el Espíritu al enseñar?

Estudie con espíritu de oración los siguientes recursos y pasajes de las Escrituras. ¿Qué se siente inspirado a compartir con los jóvenes?

Juan 15:26; D. y C. 50:13–22 ; 52:9 (Se envía al Consolador para enseñar la verdad)

2 Nefi 33:1–2 (El Espíritu Santo transmite nuestras palabras al corazón de los hijos de los hombres)

Alma 17:3 (Los hijos de Mosíah se prepararon para enseñar con poder y autoridad)

D. y C. 11:21; 85:85 (El Espíritu nos ayudará a saber qué decir si procuramos obtener la palabra de Dios)

D. y C. 42:11–17 (Si no tenemos el Espíritu, no deberíamos enseñar)

Dallin H. Oaks, “La enseñanza y el aprendizaje por medio del Espíritu”, Liahona, mayo de 1999, págs. 14–24.

Matthew O. Richardson, “El enseñar de acuerdo con el Espíritu”, Liahona, noviembre de 2011, págs. 94–96.

“El poder del Espíritu en la conversión”, Predicad Mi Evangelio, 2004, págs. 94–95.

Enseñar a la manera del Salvador

El Salvador hacía preguntas que inspiraba a las personas a pensar y a reflexionar profundamente. Les daba oportunidades de formular sus propias preguntas y compartir sus propios puntos de vista. Debido a que los amaba, ellos se sentían seguros de compartir sus pensamientos y sentimientos personales. ¿Cómo puede ayudar a los jóvenes a sentirse seguros de compartir sus pensamientos y sentimientos?

Relacionar conceptos

Dedique los primeros minutos de cada clase a ayudar a los jóvenes a relacionar lo que están aprendiendo en otros lugares (tales como el estudio personal, seminario, otras clases de la Iglesia o experiencias con los amigos). ¿Cómo puede ayudarles a ver la relevancia del Evangelio en la vida cotidiana? Las siguientes ideas pueden ayudarle:

  • Pida a los jóvenes que piensen en algún momento en que hayan sentido el Espíritu durante una clase de la Iglesia, en seminario o en una noche de hogar. ¿Qué hizo el maestro para invitar al Espíritu?

  • Invite a los jóvenes a hacer una lista de las oportunidades que tienen de enseñar el Evangelio a los demás. Ínstelos a incluir momentos de enseñanza informales, espontáneos, así como también las asignaciones formales de enseñanza. Escriba en la pizarra: “Qué significa enseñar por medio del Espíritu?”. Invite a los jóvenes a meditar durante la lección en cómo responderían a esa pregunta al relacionarla con las oportunidades de enseñanza que enumeraron. Al final de la lección, invítelos a dar sus opiniones.

Aprender juntos

Cada una de las actividades siguientes ayudará a los jóvenes a comprender qué significa enseñar por medio del Espíritu. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que mejor se adapten a su clase:

  • Pida a los jóvenes que elijan una de las siguientes preguntas: ¿Por qué es importante enseñar por medio del Espíritu? ¿Cómo nos bendice el Espíritu como maestros? ¿Cómo bendice el Espíritu a quienes enseñamos? ¿Qué debemos hacer para invitar al Espíritu en nuestra enseñanza? Invite a cada miembro de la clase a leer un pasaje de las Escrituras sobre la enseñanza por medio del Espíritu (como los sugeridos en esta reseña) y a buscar en el pasaje de las Escrituras la respuesta a la pregunta que haya seleccionado. Brinde a los miembros de la clase la oportunidad de compartir el pasaje de las Escrituras y las respuestas que encontraron.

  • Con espíritu de oración seleccione secciones del discurso del élder Dallin H. Oaks “La enseñanza y el aprendizaje por medio del Espíritu” o de La enseñanza: El llamamiento más importante, págs. 44–53 que sienta que ayudarían a los jóvenes a entender lo que significa enseñar por medio del Espíritu. Divida la clase en pequeños grupos y pida a cada grupo que lean una de esas secciones juntos y hagan una lista de lo que pueden hacer para enseñar por medio del Espíritu. Invite a los grupos a compartir unos con otros lo que hayan aprendido y aliéntelos a completar sus listas a medida que escuchan a los otros grupos. Pídales que reflexionen en cómo pueden aplicar lo que hayan aprendido en una oportunidad futura de enseñanza.

  • Invite a los jóvenes a leer el discurso de Matthew O. Richardson “El enseñar de acuerdo con el Espíritu” mientras buscan respuestas a las preguntas “¿Cómo enseña el espíritu?” y ¿Cómo puedo emular al Espíritu en mi enseñanza?”. Pídales que compartan los unos con los otros lo que hayan encontrado. ¿Qué experiencias han tenido en el que un maestro enseñó “a la manera del Espíritu”? ¿Cómo pueden seguir el ejemplo de ese maestro la próxima vez que enseñen?

  • Entregue a cada miembro de la clase una copia de “El poder del espíritu en la conversión” de Predicad Mi Evangelio (páginas 94–95). Pídales que lean individualmente buscando a la vez respuestas a la pregunta “¿Qué significa enseñar por medio del espíritu?”. Invítelos a compartir lo que hayan encontrado. Pregunte a los jóvenes por qué piensan que es importante saber acerca de esto ahora antes de prestar servicio en misiones de tiempo completo. Ínstelos a completar las actividades “Estudio personal” y “Estudio de las Escrituras” por sí mismos (si es posible, podría darles tiempo en la clase para comenzar). Invítelos a tomar nota de cualquier cosa que les inspire al leer las Escrituras y a compartirlo con la clase durante una lección futura.

Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido. ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Comprenden cómo enseñar por medio del espíritu? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Valdría la pena dedicarle más tiempo a este tema?

Sugerencia para la enseñanza

“No le tema al silencio. La gente por lo general necesita tiempo para pensar las preguntas y responderlas o para expresar lo que sienten. Usted podría hacer una pausa después de formular una pregunta, después de que alguien haya relatado una experiencia espiritual o cuando una persona tenga dificultad en expresarse” (La enseñanza: El llamamiento más importante, 2000, pág. 72).

Invitar a los jóvenes a actuar

Pregunte a los jóvenes qué se sienten inspirados a hacer a raíz de lo que aprendieron hoy y aliéntelos a actuar de acuerdo con esos sentimientos. Busque la guía del Espíritu al considerar con Espíritu de oración las maneras de hacer un seguimiento.