Ayudas para las Escrituras
Josué 1–8; 23–24


Ayudas para las Escrituras

Josué 1–823–24

Después de que Moisés fue trasladado, Jehová dio instrucciones a Josué para que guiara a Israel a la tierra prometida. Jehová le aseguró que estaría con él y le mandó que se esforzara y fuera valiente. Josué envió dos espías a Jericó. Ahí, Rahab salvó a los espías de ser capturados y, a cambio, ellos prometieron preservarla a ella y a su familia de la destrucción que estaba por venir. Jehová detuvo las aguas del río Jordán para que los israelitas pudieran cruzar sobre tierra seca y entrar en la tierra prometida. Los israelitas tuvieron éxito en conquistar la tierra prometida solo porque fueron obedientes a Jehová. Al final de su vida, Josué reunió a los israelitas y les advirtió de que no adoraran a otros dioses. El pueblo hizo convenio de servir y obedecer a Jehová.

Recursos

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Antecedentes y contexto

¿Qué es el libro de Josué?

El libro de Josué relata la entrada de los israelitas en la tierra prometida bajo el liderazgo del profeta Josué. Este libro demuestra la fidelidad de Jehová en guardar el convenio que había hecho con Abraham de dar a los israelitas la tierra prometida. También describe la responsabilidad que Israel tiene por convenio de recordar a Jehová y guardar Sus mandamientos. El libro se puede dividir de la siguiente manera:

  • Josué 1–12: La entrada de los israelitas en la tierra prometida y su conquista.

  • Josué 13–22: La ocupación de la tierra prometida.

  • Josué 23–24: Las exhortaciones finales de Josué y la renovación del convenio.

Josué 1:1–2

¿Qué sabemos sobre la muerte de Moisés?

Véase “Deuteronomio 34:5–6. ¿Qué pasó con Moisés al final de su vida?”.

Josué 1:8

¿Qué era el “libro de la ley”?

En la frase “libro de la ley”, la palabra “ley” se traduce de la palabra hebrea torá. La torá a menudo se refiere a los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, que incluyen la ley que Dios le dio a Moisés en el Monte Sinaí. En el contexto de Josué 1:8, “libro de la ley” puede referirse solo a la repetición de la ley por parte de Moisés en Deuteronomio.

Jehová mandó a Josué que meditara en el libro de la ley “de día y de noche”. La palabra hebrea meditar en este contexto sugiere una lectura tranquila o una contemplación de las Escrituras.

El élder D. Todd Christofferson describió la manera en que podemos meditar en las Escrituras: “A veces te imagino leyendo algunos versículos, deteniéndote a meditar en ellos, volviéndolos a leer con detenimiento y, al pensar en lo que significan, orando para recibir entendimiento, haciéndote preguntas en tu mente, esperando recibir impresiones espirituales y anotando las impresiones e ideas que recibas para recordarlas y aprender más. Al estudiar de este modo […], harás lugar en tu corazón a la palabra de Dios, y Él se dirigirá a ti”.

Josué 2

¿Qué importancia tuvieron las acciones de Rahab?

Rahab se convirtió en una heroína poco probable para Israel, considerando su reputación como ramera en Jericó. Los escritores del Nuevo Testamento la consideraron un ejemplo de fe y buenas obras. Después de ayudar a escapar a los espías israelitas, Rahab declaró que creía que Jehová era Dios y que Él había dado la tierra a Israel.

La experiencia de Rahab tiene una interesante similitud con la liberación de los hijos de Israel de Egipto. Al igual que los israelitas, que se salvaron del ángel destructor después de poner la sangre de un cordero en los postes de sus puertas, Rahab y su familia se salvaron de la destrucción de Jericó al colocar una línea de hilo escarlata en su ventana.

Rahab y su familia llegaron a formar parte de la nación israelita en la tierra prometida. Si bien no se vuelve a mencionar a Rahab en el Antiguo Testamento, en Mateo se la menciona como una de las antepasadas de Jesucristo.

Rahab mirando por una ventana

Waiting for the Promise [Esperando la promesa], por Elspeth Young

Josué 3–4

¿Cuál fue el significado de la división del río Jordán?

Poco después de que Josué llegara a ser el líder de los hijos de Israel, Jehová le prometió: “Como yo estuve con Moisés, estaré contigo”. Una manera en que cumplió esa promesa fue ayudando a los israelitas a cruzar el río Jordán sobre tierra seca, tal como habían cruzado el mar Rojo. Después del milagro, el texto dice que “en aquel día Jehová engrandeció a Josué ante los ojos de todo Israel; y le temieron, como habían temido a Moisés”.

El milagro en el río Jordán también hace referencia a Jesucristo. En hebreo, Josué significa “Jehová es salvación” y con el tiempo el nombre evolucionó a través del griego y del latín al español como Jesús. El hecho de que Josué guiara a Israel a la tierra prometida puede recordarnos que Jesucristo guía a todos los fieles a la tierra prometida máxima: el Reino Celestial. Siglos después del milagro de los israelitas en el Jordán, Jesucristo fue bautizado en el mismo río al comienzo de Su ministerio terrenal.

Josué 3:14–17

¿Qué podemos aprender de los sacerdotes que entraron en el río Jordán?

El élder David A. Bednar enseñó: “Curiosamente, las aguas no se dividieron cuando los hijos de Israel estaban en la ribera del río aguardando a que sucediera algo; más bien, las plantas de sus pies estaban mojadas antes de que se dividieran las aguas. La fe de los israelitas se manifestó en el hecho de que entraron en las aguas antes de que se dividieran”.

cuatro hombres llevan el arca del convenio a través del río Jordán

First Steps of Faith into the Jordan [Los primeros pasos de fe en el Jordán], por Trent Gudmundsen

Josué 5:13–15

¿Quién era “el Príncipe del ejército de Jehová”?

Cuando Josué y los hijos de Israel se acercaron a la ciudad de Jericó, se encontraron con uno que se identificó como “Príncipe del ejército de Jehová”. Josué se postró en adoración y le pidió al capitán que revelara la voluntad del Señor. Esa respuesta sugiere que el príncipe pudo haber sido un ser celestial, posiblemente el mismo Jehová. Es probable que esa interacción con el Príncipe del ejército de Jehová recordara a Josué y a los israelitas que Jehová lucharía por Israel mientras procuraban conquistar la tierra prometida.

Josué 6:1–5

¿Qué podría haber aprendido Israel de las instrucciones singulares de Jehová para conquistar Jericó?

Las instrucciones de Jehová para conquistar Jericó se centraban más en rituales simbólicos y en la fe de los israelitas que en estrategias militares. Llevar el arca del convenio alrededor de la ciudad era una demostración de que el poder de Jehová estaría con Israel. El número siete, que se menciona muchas veces en las instrucciones de Jehová, se utiliza a menudo en las Escrituras como símbolo de integridad, finalización o perfección. El uso de ese número en las instrucciones de Jehová puede haber ayudado a los israelitas a entender que su conquista de Jericó era parte de un ejercicio espiritual más amplio y el comienzo de una nueva era.

Los israelitas recibieron el poder de Dios solo al obedecer Sus instrucciones. El presidente Howard W. Hunter enseñó: “[El] compromiso [de Josué] era ser completamente obediente. Su preocupación era hacer precisamente lo que se le había mandado, para que se pudiera cumplir la promesa del Señor. Las instrucciones, sin lugar a dudas, deben de haberle parecido extrañas, pero su fe en el resultado le instó a seguir adelante”.

Josué 6:17–21

¿Qué significa ser “anatema”?

La palabra anatema es una traducción de una palabra hebrea que también puede significar prohibido o apartado para ser destruido. Todos los objetos, animales y personas de Jericó, excepto Rahab y su familia, se consideraban anatema. Los israelitas no debían conservar para sí mismos nada de lo que se encontraba en la ciudad, sino que debían entregar la riqueza de la ciudad a Josué para que se consagrara a Jehová.

Véase también “Deuteronomio 7:1–6, 16–24. ¿Por qué el Señor mandó a Israel que destruyeran a los cananeos?”.

Josué 7

¿Por qué era tan grave el pecado de Acán?

Acán hizo caso omiso del mandamiento de Jehová de no tomar botín alguno de Jericó. Jehová había advertido que los israelitas serían anatema si tomaban “cosa alguna del anatema”. Dado que cualquier objeto que se conservara de Jericó debía consagrarse a Jehová, las acciones de Acán equivalían a robar a Jehová. Si bien Acán había actuado solo, Jehová atribuyó el pecado a todo Israel. Como resultado, perdieron la protección del Señor y fueron derrotados por el pequeño ejército de Hai. Jehová le dijo a Josué que Su fuerza y protección no serían restauradas hasta que “el anatema” fuera quitado de entre ellos. Debido a que ahora Acán era anatema, él, su casa y sus pertenencias fueron destruidos, al igual que la ciudad y el pueblo de Jericó. Las Escrituras no explican claramente por qué la familia de Acán compartió su castigo.

Acán carga con una bolsa de objetos que robó en Jericó

Achan Stealing Spoils of War [Acán roba el botín de guerra], por Paul Mann

Josué 8:30–3524

¿Qué ocurrió en los montes Gerizim y Ebal?

Después de que los israelitas derrotaron al pueblo de Hai, Josué los reunió en Siquem, que estaba en un valle entre los montes Gerizim y Ebal. Allí cumplió las instrucciones que Moisés había dado al final de su vida terrenal: edificó un altar en el monte Ebal, ofreció sacrificios y escribió una copia de la ley de Moisés sobre piedras. Entonces la mitad de las tribus de Israel se quedó en el monte Gerizim y la otra mitad en el monte Ebal. Los levitas, llevando el arca del convenio, se quedaron en el valle entre ambos montes. Josué entonces recitó las acciones que resultarían en bendiciones y las que resultarían en maldiciones, según lo había designado Dios, y los israelitas respondieron diciendo: “Amén”.

Esa fue una ceremonia de renovación del convenio para los israelitas en la tierra prometida. Esto comparte similitudes con el establecimiento del convenio en el monte Sinaí y el convenio que Jehová hizo con Abraham. Los israelitas volvieron a participar en una ceremonia similar en Siquem hacia el final de la vida de Josué. Respecto a esta última ceremonia, el élder Neal A. Maxwell enseñó: “Fue en el contexto de esta gran obra visual […] de enseñanza que Josué pronunció la frase por la que se más se lo recuerda: ‘Escogeos hoy a quién sirváis’ (Josué 24:15). Pero primero se dejaron claras las alternativas, de forma gráfica y audiovisual”.

monte Gerizim

Una fotografía del monte Gerizim

Josué 24:2–3, 14–15

¿A qué río se refería Josué?

El río del que se habla en este versículo se refiere al río Éufrates. En estos versículos, Josué les recordaba a los israelitas la idolatría practicada por sus antepasados que vivían al otro lado del Éufrates antes de que Dios le diera la tierra prometida de Canaán a Abraham.

Josué 24:19–20

¿Cuál era el objetivo de las advertencias de Josué?

Josué utilizó un lenguaje severo para advertir a los israelitas de que Jehová los haría responsables por violar el convenio que habían hecho con Él. Sus palabras subrayaron la naturaleza seria del convenio de Israel con Jehová. Si bien quebrantar los convenios siempre conduce a la pérdida de bendiciones, las advertencias específicas de Josué a los israelitas no se aplican a otros contextos.

En la actualidad, el presidente Russell M. Nelson ha enseñado lo siguiente:

“Todos los que han hecho convenio con Dios tienen acceso a un tipo especial de amor y misericordia. En el idioma hebreo, ese amor del convenio se llama hesed (חֶסֶד) […].

Hesed es un tipo especial de amor y misericordia que Dios siente y brinda a aquellos que han hecho convenio con Él. Y nosotros le correspondemos a Él con hesed.

“Debido a que Dios tiene hesed por quienes han hecho convenio con Él, los amará; seguirá obrando con ellos y ofreciéndoles oportunidades de cambiar; los perdonará cuando se arrepientan; y si se descarrían, los ayudará a encontrar el camino de regreso a Él”.

Más información

Esfuérzate y sé valiente

  • Ann M. Dibb, “Sé valiente”, Liahona, mayo de 2010, págs. 114–116.

Cruzar el río Jordán

  • David A. Bednar, “Buscar conocimiento por la fe”, Liahona, septiembre de 2007, págs. 17–24.

El pecado de Acán

  • Christopher J. Morgan, “The Sin of Achan”, Ensign, abril de 2002, págs. 43–45.

Escoger servir al Señor

  • Dale G Renlund, “Escogeos hoy”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 104–107.

Multimedia

Video

1:43

Imágenes

Josué contempla la tierra prometida

Joshua Overlooking the Promised Land [Josué contempla la tierra prometida], por Michael T. Malm

personas cruzando el río Jordán

Un grupo de israelitas cruzando el río Jordán.

cuadro de Tamar, Rahab, Rut, Betsabé y María de pie y en fila

Women in Christ’s Line [Mujeres del linaje de Cristo], por Sallie Clinton Poet

dos hombres descienden los muros de Jericó con una soga

The Flight of the Spies [La huida de los espías], por James Tissot

sacerdotes y soldados israelitas en las afueras de la ciudad de Jericó

The Taking of Jericho [La toma de Jericó], por Frank Adams

personas caminando mientras caen los muros de Jericó

Ilustración de los muros de Jericó cayendo, © Providence Collection / licencia de goodsalt.com

mapa de la división de las doce tribus de Israel

Mapas bíblicos, nro. 3: “La división de las Doce Tribus”.

Notas

  1. Véase Josué 21:43–45. Véase también Génesis 15:13–16.

  2. Véanse Josué 7:11–138:30–3523–24.

  3. Véase Richard Neitzel Holzapfel y colaboradores, Jehovah and the World of the New Testament: An Illustrated Reference for Latter-day Saints, 2009, pág. 148.

  4. La palabra torá también se puede traducir como “enseñanza” o “instrucción” (véase Tremper Longman III y Mark L. Strauss, The Baker Expository Dictionary of Biblical Words , 2023, “Law”, pág. 467).

  5. Véase Bible Dictionary, “Torah”. En el libro de Deuteronomio se registra que Moisés repitió a los israelitas la ley de Jehová que se había dado previamente en el monte Sinaí (véase Deuteronomio 1).

  6. Véanse Michael D. Coogan y colaboradores, editores, The New Oxford Annotated Bible: New Revised Standard Version, 5.ª ed., 2018, pág. 324, nota sobre Josué 1:2–9; Adele Berlin y Marc Zvi Brettler, editores, The Jewish Study Bible, 2.ª ed., 2014, pág. 442, nota sobre Josué 1:7–9.

  7. Josué 1:8.

  8. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, “Groan”, pág. 373.

  9. D. Todd Christofferson, “Cuando te hayas convertido”, Liahona, mayo de 2004, págs. 11–12.

  10. Véanse Hebreos 11:31; Santiago 2:25.

  11. Véase Josué 2:9–11.

  12. Véase Éxodo 12:12–13; compárese con Josué 2:12–216:17, 23–25. Véase también Amy H. Fisher, “Rahab and the Perpetuation of Deliverance”, Religious Educator, tomo XXV, nro. 1, 2024, págs. 174–176.

  13. Véase Josué 6:25.

  14. Véase Mateo 1:5.

  15. Josué 1:5.

  16. Josué 4:14. Ese milagro también mostró a los hijos de Israel que Él estaba con ellos, tal como había estado con la generación anterior de israelitas (véase Josué 4:23–24).

  17. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, “Save, savior”, págs. 704–705.

  18. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, entrada 2424, pág. 1090. Véase también Bible Dictionary, “Jesus”.

  19. Véanse Kerry Muhlestein, “Israel’s Exodus and Deliverance—Then and Now”, Ensign, marzo de 2018, págs. 47–48; “El río Jordán”, Para la Fortaleza de la Juventud, enero de 2023, pág. 32.

  20. Véase Mateo 3:13–17.

  21. David A. Bednar, “Buscar conocimiento por la fe”, Liahona, septiembre de 2007, pág. 19.

  22. Josué 5:15.

  23. Cuando Josué se postró para adorar al mensajero, no se hizo ningún intento por detenerlo (compárese con Apocalipsis 22:8–9). El mensajero también mandó a Josué que se quitara el calzado porque estaba en tierra santa; esas fueron las mismas instrucciones que Jehová dio a Moisés en el monte Sinaí (véase Éxodo 3:5).

  24. Véase Deuteronomio 20:1–4. El Antiguo Testamento contiene numerosos ejemplos de representaciones del Salvador como un guerrero divino (véase Kerry Muhlestein, “A Savior with a Sword: The Power of a Fuller Scriptural Picture of Christ”, Religious Educator, tomo XX, nro. 3, 2019, págs. 121–124).

  25. Véase Josué 6:8, 13, 16. Véase también Holzapfel y colaboradores, Jehovah and the World of the Old Testament, pág. 153.

  26. Véase “The Menorah”, Ensign, diciembre de 2018, pág. 37.

  27. Véanse Earl D. Radmacher y colaboradores, editores, NKJV Study Bible, 3.ª ed., 2018, págs. 316–17, nota sobre Josué 6:4; D. Kelly Ogden y Andrew C. Skinner, Verse by Verse: The Old Testament, tomo I, 2013, pág. 336.

  28. Véase Josué 6:20.

  29. Howard W. Hunter, “Nuestro compromiso con Dios”, Liahona, enero de 1983, pág. 110.

  30. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, “Annihilate”, págs. 51–52.

  31. Véanse Josué 6:18, nota a al pie de la página; Josué 6:19.

  32. Josué 6:18. Véase también “Josué 6:17–21. ¿Qué significa ser ‘anatema’?”.

  33. Véase Josué 7:11.

  34. Véase Josué 7:1, 11.

  35. Josué 7:13.

  36. Véase Holzapfel y colaboradores, Jehovah and the World of the Old Testament, págs. 153–154. Algunos han sugerido que, en lugar de matar a los hijos de Acán, se les llevó a presenciar su castigo. Otros han sugerido que su familia pudo haber estado al tanto del crimen de Acán y no lo denunciaron (véase Berlin y Brettler, The Jewish Study Bible, pág. 455, nota sobre Josué 7:24).

  37. Las instrucciones de Moisés relacionadas con ese acontecimiento se encuentran registradas en Deuteronomio 11:26–2927.

  38. Véase Holzapfel y colaboradores, Jehovah and the World of the Old Testament, pág. 155.

  39. Véase Éxodo 24:1–8.

  40. Véanse Éxodo 24:3–6; Génesis 15; Jared T. Parker, “Cutting Covenants”, en The Gospel of Jesus Christ in the Old Testament, 2009, págs. 121–122. Véase también “Génesis 15:1–18. ¿Por qué Abraham cortó los animales en dos?”.

  41. Véase Josué 24. “El bosquejo general del capítulo sigue la fórmula del antiguo pacto/convenio que se atestigua en otras partes del Antiguo Testamento, e incluye los siete elementos de la estructura básica del convenio bíblico” (Holzapfel y colaboradores, Jehovah and the World of the Old Testament, pág. 159). Esos elementos incluyen: (1) el preámbulo (véase Josué 24:1–2); (2) el prólogo histórico (véase Josué 24:2–18); (3) las estipulaciones (véase Josué 24:14–19); (4) las disposiciones para registrar el convenio (véase Josué 24:26); (5) los testigos (véase Josué 24:26–27); (6) las bendiciones y maldiciones (véase Josué 24:19–21) y (7) la ceremonia del juramento del convenio (véase Josué 24:14–27) (véase Holzapfel y colaboradores, Jehovah and the World of the Old Testament, pág. 159).

  42. Neal A. Maxwell, “Those Seedling Saints Who Sit before You”, discurso dado en el Simposio del Sistema Educativo de la Iglesia el 19 de agosto de 1983, pág. 4.

  43. Véase Longman y Strauss, The Baker Expository Dictionary, entrada 5104, pág. 990.

  44. Véase Berlin y Brettler, The Jewish Study Bible, págs. 490–491, notas sobre Josué 24:2 y 24:14.

  45. Russell M. Nelson, “El convenio sempiterno”, Liahona, octubre de 2022, págs. 5–6.