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CAPITULO 41: ‘ELEGIDOS ANTES DE LA FUNDACION DEL MUNDO’


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“ELEGIDOS ANTES DE LA FUNDACION DEL MUNDO”

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Map Chp. 41

Tesalónica

Atenas

Corinto

Filipi

Samotracia

Asón

Troas

Pérgamo

Tiatira

Filadelfia

Sardis

Efeso

Laodicea

Creta

Mar Mediterraneo

Iconio

Listra

Derbe

Chipre

Antioquía

Damasco

Cesarea

Jerusalén

Roma

Sicilia

Malta

Carta de Pablo a la iglesia en Roma, escrita desde Corinto (?) durante el tercer viaje misional de Pablo, aprox. en el invierno 57-58 D. C. (Romanos 9-16)

Romanos

¿Cómo se aplica la ley de la elección?

9:1–33

Cómo viene la fe y la salvación

10:1–18

Israel es elegido de acuerdo a la elección de gracia

10:19–21; 11:1–10

Los gentiles conversos son adoptados en Israel

11:11–24

La plenitud de los gentiles precederá a la conversión de los judíos

11:25–36

Ser un sacrificio viviente mediante la obediencia a Dios

12:1–3

Los talentos son dados a los santos para que sirvan

12:4–8

Resistir el mal con caridad

12:9–21

Sujeción a las autoridades de la Iglesia

13:1–7

“El cumplimiento de la ley es el amor”

13:8–10

La rectitud lleva a la salvación

13:11–14

¿Cuáles son los asuntos de la verdadera religión?

14:1–23

Los verdaderos santos se reciben unos a otros

15:1–7

Los dones del evangelio son derramados sobre los gentiles

15:8–33

Pablo saluda a los santos

16:1–27

COMENTARIO INTERPRETATIVO

(41-1) Romanos 9-11. ¿En qué forma se aplica la ley de la elección?

“Aquí Pablo explica cómo la elección de gracia encaja en el plan del evangelio. Sus lectores romanos sabían de qué estaba hablando porque ellos ya entendían la doctrina de la elección. Siendo que el mundo sectario posee poca o ninguna comprensión de la preexistencia y del progreso eterno en que se basan los principios de la elección, no es de sorprender que estas y otras enseñanzas de Pablo sean tan mal interpretadas.

“Esta doctrina de la elección de gracia es como sigue: ‘Como parte del nuevo cántico que los santos entonarán cuando “vean ojo a ojo” y la era milenaria haya sido introducida, serán estas palabras: “El Señor ha redimido a su pueblo, Israel, conforme a la elección de gracia, la cual se llevó a cabo por la fe y el convenio de sus padres” (D. y C. 84:98-102; Rom. 11). Esta elección de gracia es una parte fundamental, lógica e importante de los tratos de Dios con los hombres através de las edades. A fin de llevar a cabo la salvación del mayor número posible de sus hijos espirituales, el Señor, envía a los santos más rectos y dignos a la tierra a través del linaje de Abraham y Jacob. Este proceder es una manifestación de su gracia o, en otras palabras, de su amor, misericordia y condescendencia hacia sus hijos.

“Esta elección a un linaje escogido está basada en la dignidad preterrenal y así se hace ‘según la presciencia de Dios’ (1 Pedro 1:2). Aquellos así agrupados durante su probación mortal tienen oportunidades más abundantes de hacer y guardar los convenios de salvación, un derecho que ganaron por su devoción en el estado preterrenal a la causa de la justicia. Como parte de esta elección, Abraham y otros de los espíritus grandes y nobles, fueron elegidos antes de nacer para las misiones particulares que les son asignadas en esta vida (Abraham 3:22-24; Rom. 9)” (McConkie, DNTC, 2:273-74).

(41-2) Romanos 9:13. ¿Aborreció el Señor a Esaú?

Aunque es probable que los nombres de Esaú y de Jacob representasen a las naciones que de estos dos hermanos se habían formado, esto es, Edón e Israel, aun así parece extraño que Dios escogiese a una para odiarla y a la otra para amarla. Pero aunque la palabra griega usada aquí realmente significa “aborrecer” en el mismo sentido en que nosotros la usamos, Pablo está citando una frase tomada de Malaquías 1:3. En hebreo el verbo traducido como aborrecer llevaba muchos significados, incluyendo “rechazar”, “gran descontento” o, más comúnmente, “amar menos que a”. El punto importante en el alegato de Pablo es que esta aceptación de Jacob y el rechazo de Esaú estaba basado en la rectitud personal, no en ningún juicio arbitrario.

“Dios escogió a Jacob y no a Esaú, aun cuando los dos estaban en el vientre de Rebeca y antes, en lo que concierne a las obras de esta vida, de que cualquiera de los dos ganase un estado preferencial. ¿Por qué? Es un asunto que tiene que ver exclusivamente con la preexistencia. Jacob venía al mundo con mayor capacidad espiritual que Esaú, fue preordinado para una obra especial y escogido para servir en una forma ya establecida.

“Luego, mediante el linaje de Jacob, Dios mandó a aquellos espíritus valientes, a los nobles y grandes, los que en su sabiduría infinita y su presciencia sabía que estaban inclinados a servirle. Mediante Esaú vinieron aquellos espíritus menos valientes y menos devotos. De ahí que en la misma naturaleza de las cosas muchos de los descendientes de Jacob fueron rectos en esta vida, y muchos de los de Esaú fueron inicuos, haciendo que Malaquías dijese en el nombre del Señor, unos mil quinientos años después, que Dios amó a la casa de Jacob y aborreció a la casa de Esaú (Mal 1:2-3)” (McConkie, DNTC, 2:277).

(41-3) Romanos 10:9, 10. ¿Se puede lograr la salvación simplemente confesando con los labios?

Estos dos versículos han sido citados muy a menudo por aquellos que creen que la salvación viene solamente mediante la gracia y que no depende para nada de las obras buenas del hombre. Algunos grupos van tan lejos como para decir que si el hombre confiesa a Jesucristo antes de morir en un accidente, se salvará en el reino de Dios, aunque haya vivido una vida inicua antes de ese momento. Esta idea no solamente es contraria a la enorme importancia de las propias enseñanzas de Pablo (algunas dentro de la misma epístola a los romanos; por ejemplo 2:5-13; 6:13, 16; todos los capítulos del 12 al 14), sino también que es una interpretación terriblemente errónea de lo que Pablo está diciendo realmente.

El pasaje en cuestión está en la sección en que Pablo está hablando en cuanto al rechazo del evangelio por parte de Israel. Comienza señalando que aunque los judíos eran celosos en relación a Dios (esto es, deseosos de ser obedientes a sus mandamientos), ellos habían errado en relación al punto vital del evangelio tratando de depender solamente de su rectitud personal. Pablo entonces cita, más bien libremente, pasajes del Antiguo Testamento para demostrar que ningún hombre podía lograr lo que Cristo hizo al venir del cielo y al salir del gran abismo de la muerte, no importa cuánto se esfuerce el hombre por hacer algo similar. Lo que los hombres deben hacer a fin de ser merecedores de las bendiciones de Cristo es confesar abiertamente a su Señor ante el mundo. Esto solamente pueden hacerlo con un corazón que “cree para justicia” (vers. 10).

El corazón (en griego, kardia) era considerado como el asiento del yo del hombre. “Creer de corazón” implica mucho más que el mero asentamiento intelectual. Implica compromiso, evidencia manifiesta en la conducta relacionada con aquel compromiso, y un cambio interior. Obviamente, si uno verdaderamente cree las cosas, vivirá de acuerdo a ellas. La confesión oral no es suficiente.

(41-4) Romanos 10:14, 15. La aceptación de Cristo requiere aceptación de sus profetas

“Ahora no es posible, a juicio mío, que la gente del mundo acepte a Cristo y llegue a la salvación a menos que al mismo tiempo acepte a los profetas a quienes Cristo ha enviado y reciban la administración de las ordenanzas santas bajo las manos de ellos.

“Cristo y sus profetas son uno. Nosotros no podríamos creer en Cristo si no hubiera profetas para declarar a Cristo y sus verdades salvadoras. El apóstol Pablo razonó sobre este tema y dijo:

“’…¿cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?

“’¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?’ (Romanos 10:14-15).

“De no ser por Cristo, no habría salvación. De no ser por los profetas de Dios, enviados en las distintas épocas de la historia de la tierra, el testimonio de Cristo no podría ser dado, el mensaje de salvación no sería enseñado, y no habría administradores legales que pudiesen efectuar las ordenanzas de salvación para los hombres, esto es, efectuarlas para que tengan validez en la tierra y sean selladas eternamente en los cielos.

“Y así es que el Señor ha enviado profetas. Nadie supondría que puede creer en Cristo y rechazar a Pedro, Santiago y Juan. El Señor y sus profetas van tomados de la mano. Cristo dijo: ‘Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador; entonces dijo a sus Apóstoles: ‘vosotros [sois] los pámpanos’ (Juan 15:1, 5). Las ramas y la vid están unidas. El enseñó también que sí las ramas eran cortadas de él, se secarían y mOrlnan y serían echadas al fuego. Si la gente del mundo aspira a recoger el fruto de la vida eterna de las ramas, tiene que aceptar a los profetas, pues las ramas son los profetas” (Bruce R. McConkie en CR, oct. de 1951, pág. 147).

(41-5) Romanos 10:17. ¿Cómo viene la fe?

“La fe viene por oír la palabra de Dios, mediante el testimonio de los siervos de Dios; ese testimonio siempre viene acompañado del espíritu de profecía y revelación” (Enseñanzas, pág. 176).

(41-6) Romanos 11:13. “Honro mi ministerio” [Magnifico mi oficio]

“A veces oímos decir a los hermanos ‘magnificando el sacerdocio’. Aunque muchos de nosotros somos culpables de hacer esta declaración errónea, no es el sacerdocio lo que magnificamos sino el oficio y llamamiento que uno tiene en el sacerdocio. Este no puede ser aumentado porque no hay autoridad o poder mayor en el universo.

“Magnificar es intensificar, aumentar de significado, agrandar y hacer que se tenga en mayor estima o respeto.

“El presidente Joseph F. Smith dijo: ‘No hay oficio procedente de este sacerdocio que sea o que pueda ser mayor que el sacerdocio mismo. Es del sacerdocio que el oficio deriva su autoridad y poder. Ningún oficio da autoridad al sacerdocio. Ningún oficio aumenta el poder del sacerdocio, antes todos los oficiales que hay en la Iglesia derivan su poder, y su virtud y su autoridad del sacerdocio’ (Joseph F. Smith, Doctrina del Evangelio, pág. 156).

“El apóstol Pablo declaró ‘Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio’ (Romanos 11:13). Y Jacob, enseñando al pueblo de Nefi, dice: ‘…yo, Jacob, según la responsabilidad bajo la cual me hallo ante Dios, de magnificar mi oficio con seriedad…

“Y vosotros mismos sabéis que hasta he sido diligente en el ejercicio de mi vocación; pero hoy me agobia el peso de un deseo y afán mucho mayor por el bien de vuestras almas, del que hasta ahora he sentido’ (Jacob 2:2, 3).

“No puede haber oficio o llamamiento que sea mayor que el sacerdocio. El presidente John Taylor hizo notar lo siguiente: ‘El honor procede de las obras, no del oficio…más bien el individuo magnifica (honra) su oficio y llamamiento’ (John Taylor, Gospel Kingdom, comp. G. Homer Durham, ciudad de Salt Lake: Deseret Book Co., 1944, pág. 133)”. (Delbert L. Stapley en CR, agosto de 1972, pág. 64).

(41-7) Romanos 11:17-24. El injerto de las ramas del olivo silvestre

Algunos eruditos han sido prestos en señalar que Pablo cometió un error evidente al usar el simbolismo del cultivo del olivo para destacar su exposición. Aunque el injerto de ramas de un olivo a otro a fin de cambiar la naturaleza del árbol era una practica común, siempre se hacía en el orden inverso al que Pablo menciona; esto es, una rama buena de un olivo cultivado podía ser injertada en un olivo silvestre a fin de hacer cultivado al silvestre. Pero si el procedimiento se invierte, también se invierten los resultados. El árbol sigue la dirección de las ramas injertadas, no al revés, como aparece en la pequeña alegoría de Pablo. Por lo tanto, estos eruditos llegan a la conclusión de que Pablo ignoraba mucho respecto al cultivo del olivo y que cometió un error más que evidente en su simbolismo.

Pero es difícil creer que un hombre tan educado y que había viajado tanto como Pablo, no tuviera los conocimientos básicos del injerto de olivos, lo cual era bastante conocido en su tiempo. La explicación mejor es que en la misma paradoja del símbolo él enseña doctrinas importantes y profundas. Por un lado, la conversión de los gentiles (cambio de olivos silvestres en cultivados) era contraria a las expectativas de Israel y por lo tanto no era lo que uno esperaba que sucediese naturalmente. En segundo jugar, el simbolismo de Pablo aclara que la fuente de nutrición es aun el convenio que Dios hizo con Abraham (las raíces del árbol). El poder fluye del convenio abrahámico y no de los gentiles. Invertir ese simbolismo sería contrario a la verdad. Los gentiles no eran la raíz del árbol sino solamente las ramas. El tercer punto en defensa de Pablo es que él mismo indica claramente que lo que estaba diciendo era contrario a lo natural. La implicación, por lo tanto, es que eligió el simbolismo paradójico intencionalmente a fin de enseñar a los gentiles su verdadera relación con el pueblo del convenio. Pablo bien pudo haberse estado apoyando en los escritos de un antiguo profeta, Zenós, quien habló en la misma forma. (Véase Jacob 5, 6 en el Libro de Mormón).

e(41-8) Romanos 11:25. ¿Qué significa la plenitud de los gentiles?

“Durante los casi dos mil años entre Abraham y Cristo, los estatutos y juicios de Dios estuvieron reservados casi exclusivamente para la simiente de Abraham y para la casa de Israel. Durante el ministerio terrenal de nuestro Señor, el mensaje fue limitado a Israel, a los judíos, y no fue entonces ofrecido a los gentiles. Después de la resurrección de Jesús, Pedro abrió la puerta a la predicación del evangelio entre los gentiles y Pablo llegó a ser su principal defensor apostólico y maestro. Así, hubo un período de tiempo señalado para que los judíos escuchasen la palabra y luego un período de tiempo para que los gentiles tomasen prioridad. El tiempo de los gentiles es el período durante el cual el evangelio va a ellos preferentemente y esto continuará hasta que hayan tenido plena oportunidad de aceptar la verdad, o en otras palabras, hasta la plenitud de los gentiles. Entonces el mensaje irá nuevamente a los judíos, entendiendo por judíos tanto la nación como la gente” (McConkie, DNTC, 2:290. Véase también D. y C. 45:19, 15, 18-30).

(41-9) Romanos 12:1. ¿Qué significa ser un sacrificio vivo?

“Aquí Pablo alude al hecho de que los antiguos sacrificios, aquellos de muerte, quedan abolidos, que han sido remplazados por un nuevo orden, por los sacrificios de vida. Como con casi todas las doctrinas, esta es enseñada en el Libro de Mormón con mayor claridad y perfección que en la Biblia. A los nefitas, después de su resurrección, el Señor dijo: ‘y vosotros ya no me ofreceréis más el derramamiento de sangre; sí, vuestros sacrificios y vuestros holocaustos cesarán, porque no aceptaré ninguno de vuestros sacrificios ni vuestros holocaustos. Y me ofreceréis como sacrificio un corazón quebrantado y un espíritu contrito. Y al que venga a mí con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, lo bautizaré con fuego y con el Espíritu Santo’ (3 Nefi 9:19-20). Así, presentar el cuerpo como un sacrificio viviente equivale a venir con un corazón quebrantado y un espíritu contrito mediante la obediencia” (McConkie, DNTC, 2:292).

(41-10) Romanos 13:1-7. ¿Qué son “autoridades…las las que hay”?

José Smith añadió algunas frases significativas a estos versículos, las cuales aclaran que Pablo no estaba hablando de autoridades de gobierno, como se supone comúnmente, sino de las autoridades que gobiernan en la Iglesia. Comparen la versión de sus Biblias con la versión dada por el profeta José Smith:

“Sométase toda alma a los poderes superiores. Pues no hay poder en la Iglesia sino de Dios; los poderes que hay son ordenados de Dios.

“Pero primeramente, restituid a cada uno su cuota, según la costumbre: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto, a fin de que vuestras consagraciones puedan ser hechas en el temor de aquel a quien el temor corresponde, y en honor a él a quien el honor pertenece” (Romanos 13:1, 7, Versión Inspirada).

“Para ganar salvación los santos deben estar sujetos a los ministros de Dios. Las doctrinas y ordenanzas del evangelio no pueden considerarse aisladas de aquellos llamados a enseñar el evangelio de Cristo y a efectuar sus ordenanzas. Quienes aceptan el evangelio lo hacen sometiéndose a la voluntad y al dictado de Cristo.

Ellos vienen a los administradores legales que enseñan las doctrinas de Cristo y que efectúan las ordenanzas de salvación en su nombre y por su autoridad” (McConkie, DNTC, 2:296).

(41-11) Romanos 14:23. “…todo lo que no proviene de fe, es pecado”

“Esta ley se aplica a los santos, a aquellos que tienen la luz, que conocen que la salvación está en Cristo, a aquellos que están bajo el convenio de guardar los mandamientos. No es aplicable al mundo en general, porque el pecado no es imputado donde no hay ley. De este modo, los santos son culpables de pecado cuando quedan rezagados en relación a las normas elevadas que están obligados a seguir” (McConkie, DNTC, 2:302).

(41-12) Romanos 15:24, 28. ¿Llegó Pablo a España?

La historia de Hechos finaliza con el primer encarcelamiento de Pablo y con el relato oficial de la vida de Pablo según la conocemos. Desde ese suceso en adelante, los eruditos están inseguros, pero hay fuerte evidencia de que Pablo fue finalmente absuelto y liberado y, naturalmente, habrá continuado en sus labores misionales. Siendo que había expresado la intención de ir a España, muchos han supuesto que logró hacerlo antes de ser arrestado nuevamente y ejecutado en la ola de persecusión a los cristianos. Clemente de Roma (en el año 100 D.C., aprox.) dice que Pablo había “ido a la extremidad del oeste”, lo cual parece implicar que se trataba de España. Otros de los primeros padres cristianos también informaron que trabajó en España. Siendo así, las intenciones de Pablo de ir a España tal vez fueron cumplidas finalmente.

PUNTOS A CONSIDERAR

SOMOS FAVORECIDOS POR CAUSA DE NUESTRA CONDUCTA EN LA VIDA PRETERRENAL

Ustedes pertenecen a la familia de Israel. Por herencia o adopción, tienen derecho a reclamar cada bendición reservada para Israel. En todas las razones por las que se reciben bendiciones dependen de la conducta en este mundo, algunas tienen su origen en el principio, cuando estaban con Dios. Repasen los siguientes versículos y estudien minuciosamente el diálogo entre David y Juan.

Romanos 9:11, 12.

¿Otorgó Dios los mismos favores a Jacob y a Esaú? ¿Fue la actuación en la mortalidad la base que tuvo Dios para favorecer a Jacob más que a Esaú? ¿Había habido oportunidad de que cada uno de elios hiciera el bien o el mal en el momento de la indicación del favor?

Romanos 9:14

¿Significa el hecho de que Dios favoreciese a Jacob más que a Esaú aun en el momento de nacer, que Dios arbitrariamente elige a quiénes otorgará sus favores, sin tener en cuenta su dignidad u obediencia?

Romanos 9:18-20

Al considerar los compromisos de Dios con los hombres desde un punto de vista puramente mortal, es difícil comprender por qué El da bendiciones a uno mientras que las retiene a otro. Las preguntas que aparecen en el versículo 19 son las preguntas propuestas por aquellos que no tienen entendimiento de la preexistencia. ¿Es apropiado desafiar a Dios, o sugerir que El no es justo al colocarnos en las condiciones en las que nos encontramos en este mundo? Si dos almas nacen en este mundo en condiciones aparentemente desiguales, y Dios es justo, ¿qué tuvo que haber ocurrido para justificar que Dios las colocara en circunstancias desiguales?

David:

Si algunas de las circunstancias en las cuales me encuentro están basadas en mi conducta anterior, ¿dónde tuve mi comienzo? ¿Cuándo tuve origen?

Juan:

Bien, ante todo hay una eternidad de materia espiritual. “Nuestra materia espiritual era eterna y coexistía con Dios, pero nuestro Padre Celestial la organizó en cuerpos de espíritu” (Kimball, El Milagro del Perdón, pág. 5). “Todos los hombres nacieron primero en la preexistencia como hijos espirituales literales de Dios nuestro Padre Celestial. Este nacimiento constituyó el comienzo del yo humano como una identidad consciente. Mediante el procedimiento de procreación ordenado, nuestro Padre inmortal y glorificado engendró su progenie espiritual en la preexistencia” (McConkie, Mormon Doctrine, pág. 84). ‘Todos los hombres y mujeres son a semejanza del Padre y de la Madre universales, y, literalmente, son los hijos e hijas de la Divinidad” (La Primera Presidencia: Joseph F. Smith, John R. Winder y Anthon H. Lund), “The Origin of Man”, Improvement Era, noviembre de 1909, pág. 78).

David:

Si yo nací en el mundo premortal, ¿qué experiencias viví allá que sirvieron de base para que Dios me favoreciese o no en este mundo?

Juan:

Vivimos allá en el hogar de nuestro Padre Celestial.

“Es un hombre resucitado, santo y perfecto y somos su progenie. Somos sus hijos espirituales. Vive en la unidad familiar. Somos miembros de su familia. Vivíamos con El en la vida premortal por un período de tiempo infinito. Fuimos probados; educados, y examinados; se nos dieron leyes y condiciones para que pudiéramos progresar.

“Este sistema nos fue dado por un período de tiempo infinito, avanzamos y progresamos e hicimos cosas que nos capacitaron a seguir el curso hacia la exaltación, el dominio y llegar a ser dioses…

“En esta vida anterior, esta existencia premortal, esta preexistencia habíamos desarrollado varias facultades y talentos. Algunos los desarrollaron en un aspecto y otros en otro. El mayor de todos los aspectos fue el de la espiritualidad—la habilidad, el talento, la capacidad de reconocer la verdad” (Bruce R. McConkie, tal como es citado en Cuando te hayas convertido, Guía de Estudio para los Quórumes del Sacerdocio de Melquisedec de la Iglesia, 1974-75, págs. 8-9).

“Nuestros cuerpos de espíritu pasaron por un extnnso período de crecimiento, desarrollo y preparación, y habiendo pasado la prueba con éxito, finalmente se nos admitió a esta tierra y al estado terrenal” (Kimball, El Milagro del Perdón, pág. 5).

“La preexistencia no es un lugar remoto y misterioso. Han pasado sólo unos pocos años desde que todos nosotros salimos de la Presencia Eterna, de Aquel, cuyos hijos somos y en cuya habitación una vez moramos…

“…sabemos que allá teníamos amigos y compañeros, que se nos enseñó y preparó en el sistema educativo más perfecto que se haya ideado, y que mediante la obediencia a las leyes eternas desarrollamos infinita variedad y grados de talentos…

“…Cuando llegamos a la vida terrena, traemos los talentos, la capacidad y las habilidades que adquirimos mediante la obediencia a la ley en nuestra existencia anterior” (Bruce R. McConkie, “Dios preordina a sus profetas y a su pueblo”, Liahona, noviembre de 1974, pág. 32).

David:

¿Debo entender, entonces, que yo naci como hijo espiritual de Dios en el cielo, que viví allá con mi Padre y mi Madre Celestiales y con mis hermanos y hermanas espirituales y que tuve oportunidades de aprender, de ser probado y de desarrollar talentos y habilidades? ¿Es eso, sencillamente, lo que me da tan grandes bendiciones en este mundo?

Juan:

Así es. Algunas de las declaraciones que tenemos en cuanto a la vida en la preexistencia enseñan que nos hallábamos en la misma posición (Alma 13:5) y que éramos “inocentes en el principio” (D. y C. 93:38). Recibimos el libre albedrío y mandamientos en cuanto a tener fe y arrepentirnos de las cosas malas que hubiéramos hecho allá. “El hombre pudo pecar y en muchos casos lo hizo, antes de nacer…” (Smith, The Way to Perfection, pág. 44).

“Dios dio el libre albedrío a sus hijos aun en el mundo espiritual, mediante el cual los espíritus tuvieron el privilegio, tal como hoy en día tienen los hombres aquí, de elegir el bien y rechazar el mal, o de participar del mal y sufrir las consecuencias de sus pecados…algunos eran más fieles que otros en obedecer los mandamientos del Señor…

“Los espíritus de los hombres…tal vez hayan tenido un principio igual y sabemos que todos eran inocentes al principio; pero el derecho del libre albedrío que les fue dado los capacitó para que unos aventajasen a otros, y así, a través de eones de existencia inmortal, llegasen a ser más inteligentes, más fieles, pues ellos eran libres para actuar por sí mismos, para pensar por sí mismos, para recibir la verdad o de rebelarse contra ella” (Smith, Doctrinas de Salvación, 1:55-56).

Muchos respondieron al Espíritu de Dios allá. Fueron favorecidos y preordinados para recibir privilegios.

“…Y fue por motivo de su gran fe y arrepentimiento, y su rectitud ante Dios, porque prefirieron arrepentirse y obrar rectamente más bien que perecer; por tanto, fueron llamados según este santo orden, y fuereon santificados, y sus vestidos fueron blanqueados mediante la sangre del Cordero” (Alma 13:10, 11).

“Esta es la doctrina de la preordinación; esta es la doctrina de la elección. Esta es la razón por la que el Señor tiene un pueblo escogido, favorecido y peculiar sobre la tierra, y por esto es que El dijo: ‘Mis ovejas oyen mi voz, y las conozco y ellas me siguen’” (Bruce R. McConkie, en CR, abril de 1974, pág. 103).

David:

¿Y qué sucede con aquellos que en la vida premortal rechazaron el Espíritu del Señor y no ejercieron gran fe y arrepentimiento y rectitud ante Dios? (Véase Alma 13:4, 10).

Juan:

Ellos no pudieron gozar de los grandes privilegios que otros fueron preordinados para recibir. (Véase Alma 13:4). Ellos “no mostraron a su Redentor la lealtad que debían haber demostrado” (Smith, Way to Perfection, pág. 43).

David:

¿Pero no se les permitió también venir al mundo en estado inocente?

Juan:

Sí. En el momento de su nacimiento aquí eran inocentes. (Véase D. y C. 93:38). El élder Joseph Fielding Smith dijo esto:

“El pecado de ellos no fue uno que mereciera el grave castigo que se aplicó al diablo y sus ángeles. A ellos no se les negó el privilegio de recibir el segundo estado, sino que se les permitió venir a la vida terrenal con algunas restricciones puestas sobre ellos. sin embargo, como todos los otros espíritus que vienen a este mundo, vienen inocentes ante Dios en lo que concierne a esta existencia mortal, y aquí, bajo ciertas restricciones, pueden obrar en su segundo estado” (Way to Perfection, págs. 43-44. Itálicas agregadas).

De ahí que algunos en este mundo reciben grandes privilegios y oportunidades al recibir el evangelio porque eligieron hacer el bien en la preexistencia. Otros se ven limitados aquí porque no fueron tan “nobles y grandes” allá. (Véase Abraham 3:22).

David:

¿Y en qué forma entra aquí el concepto de Israel?

Juan:

La familia de Jacob de alguna forma aparece involucrada en la existencia preterrenal.

“Israel es un pueblo eterno. Los miembros de esa raza elegida primeramente ganaron su herencia con los fieles en la vida premortal. Israel constituía un grupo diferente de gente en la existencia preterrenal. Muchos de los espíritus nobles y valientes en aquel primer estado fueron escogidos, elegidos y preordinados para nacer en la tamilia de Jacob, de manera que fueron herederos naturales de todas las bendiciones del evangelio. Fue a ese estado premortal que se refirió Moisés cuando, al hablar a Israel mortal, dijo: ‘Acuérdate de los tiempos antiguos, considera los años de muchas generaciones; pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán. Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel. Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó’ (Deut. 32:7-9). Los de Israel mortal que anden rectamente en este segundo estado tendrán herencia eterna con Israel en el mundo venidero” (McConkie, DNTC, 2:284).

David:

De manera que el hecho de que yo esté aquí ahora y esté recibiendo las bendiciones y oportunidades que ahora recibo significa que ya he pasado la prueba bajo circunstancias y condiciones diferentes.

Juan:

Sí. Y si tienes éxito aquí en este segundo estado, no solamente tendrás derecho a ventajas en el mundo venidero (D. Y C. 130:19), sino que recibirás “aumento de gloria sobre (tu) cabeza para siempre jamás” (Abraham 3:26).

A FIN DE RETENER LOS DERECHOS DE NACIMIENTO Y MERECER LAS BENDICIONES QUE UNO FUE APARTADO PARA RECIBIR, ES NECESARIO PERMANECER FIEl AQUI

¿Es suficiente el derecho de nacimiento para asegurar el destino eterno de la persona? ¿Serán salvos los del pueblo de Israel por el hecho de ser de Israel? Leer en Romanos 10:11-13.

Por supuesto, los gentiles de la época de Pablo no habían tenido las mismas oportunidades de recibir las recompensas del evangelio como las habían tenido los que integraban la Casa de Israel. ¿Pero los miembros de la casa de Israel, recibieron las recompensas del evangelio, simplemente porque tuvieron la ventaja de escuchar el evangelio antes que los gentiles?

“Los de la casa de Israel constituyeron un pueblo diferente en la preexistencia; esto es, mediante la obediencia y devoción, algunos de los espíritus hijos del Padre, ganaron el derecho de nacer en el linaje de Abraham, de Isaac y de Jacob y de ser herederos naturales a las bendiciones del evangelio; pero algunos de ellos, después de nacimiento tan favorecido, después de ser contados con la simiente escogida, se apartan de la senda de la justicia y se vuelven hijos de la carne; esto es, andan en los pasos del mundo, rechazando las bendiciones espirituales reservadas para Israel. Entonces son desheredados, no continuarán como hijos en la familia de los profetas cuando la raza elegida siga siendo un pueblo diferente en los mundos eternos. De este modo son descendientes de los profetas en esta vida, pero no heredarán junto con los hijos de Dios en la vida por venir” (McConkie, DNTC, 2:276-77).

“…hay muchos entre nosotros que a causa de su fidelidad en el mundo espiritual fueron ‘llamados’ a efectuar una gran obra aquí, pero como descuidados derrochadores ejercen su libre albedrío en una vida sin freno y están perdiendo su derecho de nacimiento y las bendiciones que serían de ellos si demostraran ser fieles a su llamamiento” (Lee, Youth and the Church, pág. 169).

¿Y qué se puede decir de ustedes? Todo lo que ha sido dicho de Israel se aplica a ustedes, quienes estaban sumamente interesados allá y participaron personalmente.

¿Qué harán y qué serán aquí? Vinieron de Dios y se les han dado grandes privilegios y bendiciones aquí por causa de su fidelidad. Pero un día volverán y responderán por todas estas bendiciones, pues como escribió Pablo: “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:12).