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CAPITULO 8: ‘SED, PUES, VOSOTROS PERFECTOS’


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“SED, PUES, VOSOTROS PERFECTOS”

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El Mar Grande

Galilea

Samaria

Jerusalén

Judea

Mar de Galilea

Capernaum

EL MINISTERIO GALILEO

Mateo

Marcos

Lucas

Juan

Lugar y público

5:1, 2*

6:17–19

Bienaventuranzas

5:3–12*

6:20–26

Obligación de los discípulos

5:13–16*

La rectitud de los discípulos de Cristo debe exceder a la rectitud de los fariseos

5:17–20*

La ley de Moisés cumplida por la ley de Cristo

5:21–48*

6:27–36

La limosna

6:1–4*

La oración

6:5–13*

El perdón

6:14, 15*

El ayuno

6:16–18*

Tesoros en el cielo

6:19–23*

“No podéis servir a dos señores”

6:24*

Instrucciones especiales a los Doce

6:25–34*

Juzgar con justicia

7:1–6*

6:37–42

Sinceridad de la oración

7:7–11*

La regla de oro

7:12*

6:31

Dos puertas y dos caminos

7:13, 14*

Prueba final de carácter

7:15–27*

6:43–49

Efectos del Sermón

7:28, 29*

*Indica énfasis

COMENTARIO INTERPRETATIVO

(8-1) ¿A quién se dio el Sermón?

Fue dado a los miembros de la iglesia de Cristo. En los versículos iniciales de un sermón semejante dado a los nefitas en América, el Señor claramente dirige sus palabras a los miembros de la Iglesia. Correlacionen los pasajes de Mateo 5:1 con 3 Nefi 12:1-3.

Al estudiar este sermón, deben recordar que “Unas partes de este sermón fueron dirigidas expresamente a los discípulos que ya habían sido, o iban a ser llamados al apostolado, y como consecuencia, les sería requerido renunciar a todos sus intereses mundanos para aceptar la obra del ministerio; otras partes del discurso fueron y son de aplicación general’ (Talmage, Jesús el Cristo, pág. 244).

(8-2) Aclaraciones concernientes al Sermón del Monte

“Uno de los problemas que los sectarios no pueden resolver con certeza es si el relato del Sermón del Monte hecho por Mateo y la versión de Lucas del Sermón de la Llanura son registros del mismo sermón o de sermones diferentes. Está claro que el Sermón de la Llanura, tal como es registrado por Lucas, fue dado inmediatamente después de la elección y ordenación de los Doce. Aquellos que afirman que son dos sermones diferentes, también aseguran que Mateo está relatando un episodio anterior al llamamiento de los Doce, y que hace una recopilación de muchos sermones diferentes sobre las más grandes enseñanzas éticas de Jesucristo, a fin de que al presentarlas como un solo sermón se pudiera tener un mejor concepto de las enseñanzas de nuestro Señor.

“En realidad Mateo no habla del llamamiento y ordenación de los Doce, sino que meramente los menciona por nombre cuando da el relato de las instrucciones que Cristo dio cuando fueron enviados a predicar y sanar a los enfermos. (Mateo 10.) Además, con algunos otros agregados, correcciones y mejoras, el Sermón del Monte, tal como es preservado por Mateo, fue dado de nuevo por Cristo a los nefitas (3 Nefi 12; 13; 14), mostrando que el material escrito por Mateo 5; 6; 7 es un solo discurso. La versión nefita fue dada después del llamamiento de los Doce nefitas y algunas partes del sermón están dirigidas expresamente a aquellos ministros apostólicos y no a la multitud en general (3 Nefi 13:25). En el relato hecho por Mateo, tal como se encuentra en la Versión Inspirada, el Profeta añade una considerable cantidad de material que se aplica a los que fueron llamados como los Doce y no a la gente en general. (Mat. 5:3-4; 6:25-27; 7:6-17.)” (McConkie, DNTC, 1:213-14).

(8-3) Mateo 5:29,30. “Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala”

“…Cuando el Señor habló de partes del cuerpo, es evidente que tenía en mente a los amigos cercanos o parientes que se esfuerzan por apartarnos de la senda de la rectitud y de la obediencia humilde a los mandamientos divinos que recibimos del Señor.

“Si algún amigo o pariente se esfuerza por apartar de los mandamientos a una persona, es mejor dejar esa amistad y asociación que seguir en prácticas malvadas que llevan a la destrucción. Este uso de la comparación o ilustración eran tan común en los días antiguos como lo es en la época actual. Al leer en el Nuevo Testamento expresiones como ésta registrada por Marcos y pronunciadas por el Salvador, no debemos interpretarlas literalmente. Propiamente entendida se convierte en una impresionante expresión figurativa” (Smith, Answers to Gospel Questions, 5:79).

(8-4) Mateo 6:1-4. ¿Cómo se puede dar limosna en forma justa?

Dar limosna es la contribución de dádivas gratuitas para ayudar al necesitado; el espíritu que acompaña a esa acción es de Dios y encuentra su más alta manifestación en las empresas caritativas organizadas de su reino terrenal…En los tiempos modernos la mayor porción de las limosnas de los santos es administrada mediante el Programa de Bienestar de la Iglesia” (McConkie, Mormon Doctrine, págs. 30-31).

(8-5) Mateo 6:5-15. ¿Cómo se ora en secreto?

“…id donde podáis estar a solas, id donde podáis pensar, donde podáis arrodillaros, id donde podáis hablarle en voz alta. El dormitorio, el cuarto de baño, o cualquier otra parte servirá. Y bien, imaginadlo en vuestra mente. Pensad en Aquel con quien estáis hablando, controlad vuestros pensamientos, no les permitáis divagar, dirigíos a El como vuestro Padre y amigo y decidle lo que realmente sentís que debéis decirle—no frases trilladas y sin sentido, sino tened una plática sincera, de corazón. Confiad en El, pedidle perdón, rogadle, dadle gozo, agradecedle, expresad le vuestro amor y luego escuchad sus respuestas. Escuchar es parte esencial de la oración. Las respuestas del Señor vienen en forma callada, siempre muy quedamente. De hecho, pocos oyen sus respuestas audiblemente, por eso es que debemos escuchar con mucha atención o no llegaremos a reconocerlas. La mayoría de las respuestas del Señor llegan al corazón como una expresión cálida y confortable, o también pueden venir como pensamientos a nuestra mente. Vienen a aquellos que están preparados y son pacientes” (H. Burke Petersen, “Adversity and Prayer”, Ensign, enero de 1974, pág. 19).

(8-6) Mateo 6:19-23. ¿Cuáles son los tesoros en el cielo?

“Los tesoros en el cielo son el carácter, las perfecciones y los atributos que los hombres adquieren mediante la obediencia a la ley. De este modo, los que obtienen tales atributos de santidad tales como el conocimiento, fe, justicia, juicio, misericordia y verdad, encontrarán estos mismos atributos restaurados a ellos en la inmortalidad. (Alma 41:13-15.) Cualquier principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantará con nosotros en la resurrección’ (D. y C. 130:18). El tesoro más grande que es posible heredar en el cielo consiste en obtener la continuación de la unidad familiar en el mayor grado de gloria que hay en el mundo celestial” (McConkie, DNTC, 1:239-40).

(8-7) Mateo 6:24. ¿Qué es “riquezas”?

“…Así, Jesucristo dice: ‘No podéis servir a Dios y a las riquezas’, o la mundanalidad que siempre resulta del amor al dinero” (McConkie, DNTC, 1:240).

(8-8) Mateo 6:25-34. ¿Los miembros de la Iglesia no deben preocuparse realmente por las cosas temporales?

“Esta parte del Sermón del Monte fue dirigida a los apóstoles y a los discípulos que fueron llamados a abandonar sus empresas temporales para llevar el mensaje de salvación al mundo. No hay ahora y nunca lo ha habido, un llamamiento dirigido a los santos en general, de ‘vende todo lo que tienes’ (Lucas 12:33) y darlo a los pobres y luego no preocuparse de las necesidades temporales del presente ni del futuro. En cambio, como parte de su probación mortal, de los verdaderos seguidores del Maestro, El espera que provean para sí mismos y para sus familias. (Véase D. y C. 75).

“Sin embargo, una regla especial se aplica a aquellos que son llamados a ir al mundo sin bolsa ni alforja a predicar el evangelio. Durante el tiempo de su servicio misional no deben tener preocupación en cuanto a empresas de negocios o asuntos temporales. Deben estar libres de obligaciones que los estorben, las que siempre acompañan a los que manejan asuntos temporales. Toda su atención, toda su fuerza y talentos deben ser enfocados en la obra del ministerio y ellos tienen la promesa del Padre de que El se ocupará de sus necesidades diarias” (McConkie, DNTC, 1:243).

(8-9) Mateo 7:1. ¿Deben los discípulos verdaderos seguir el mandato de “no juzguéis”?

El elemento de juzgar y discernir es parte necesaria de la vida. La revisión inspirada de la Biblia, hecha por José Smith, hace una aclaración en este sentido.

“Y éstas son las palabras que Jesús enseñó a sus discípulos y que ellos debían decir a la gente.

“No juzguéis injustamente, para que no seáis juzgados; mas juzgad con juicio recto” (Mateo 7:1,2. Versión Inspirada, traducción no oficial). Véase también Lucas 6:37.

Algunas formas de juicio, sin embargo, deben ser realizadas solamente por el Señor. El presidente N. Eldon Tanner, usando el llamamiento de David (1 Samuel 16:7) como un ejemplo, dijo:

“Por lo tanto, la razón por la que no podemos juzgar, es obvia. No podemos ver lo que se encuentra en el corazón; no conocemos los motivos, pese a que se los achacamos a cada acción que vemos. Quizás sean puros mientras nosotros pensamos que son impropios”.

“No es posible juzgar a otro justamente a menos que conozcais sus deseos, su fe y sus metas. La gente no se encuentra en la misma situación a causa del ambiente diferente, oportuniclades injustas y muchas otras circunstancias. Uno quizás empiece desde arriba y el otro abajo, encontrándose a medida que van en direcciones opuestas. Alguien ha dicho que lo que cuenta no es dónde uno esté, sino la dirección en la que vaya, ni lo cerca que esté del fracaso o del éxito sino el rumbo que está llevando. Con todas nuestras flaquezas y debilidades, ¿cómo nos atreveremos a adjudicarnos el puesto de jueces? A lo más, el hombre puede juzgar solamente lo que ve; no puede juzgar el corazón o la intención, ni siquiera empezar a juzgar el potencial de su prójimo.

“Cuando tratamos de juzgar a la gente, cosa que no debemos hacer, tenemos una gran tendencia a buscar y sentirnos orgullosos de encontrar debilidades y faltas, tales como la improbidad, la inmoralidad y la intriga; como resultado vemos el aspecto malo de aquellos a quienes estamos juzgando” (”No juzguéis; para que no seáis juzgados”, Discursos de conferencias generales, 1970-1972, pág. 284).

(8-10) Mateo 7:13,14. “Entrad por la puerta estrecha”

“La senda que lleva a la vida eterna es estrecha y recta al mismo tiempo. Es recta porque tiene una dirección invariable; siempre es la misma, no hay desvíos, no hay sendas torcidas ni tangentes que lleven al reino de Dios. Es estrecha porque es angosta y restringida, un curso donde se requiere la plena obediencia a toda la ley. La rectitud tiene relación con la dirección, la estrechez con el ancho. La puerta es estrecha; la senda es estrecha y recta” (McConkie, Mormon Doctrine, pág. 769).

PUNTOS A CONSIDERAR

LA META SUPREMA DE LOS SANTOS DE LOS ULTIMOS DIAS ES LLEGAR A SER COMO DIOS EL PADRE

¿Han pensado lo suficiente en cuanto a cuál es su meta suprema? ¿Cómo se sienten al leer estas palabras de Jesucristo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”? (Mateo 5:48). El potencial divino que ustedes poseen es llegar a ser como nuestro Padre Celestial: perfectos y sin pecado.

(8-11) La doctrina de llegar a ser como Dios ha sido enseñada por los Profetas

“El Señor nos ha prometido que si sabemos cómo adorar, y sabemos qué adorar, podremos dirigirnos al Padre en su nombre y en el debido tiempo recibiremos de su plenitud. Tenemos la promesa de que si obedecemos sus mandamientos, recibiremos de su plenitud y seremos glorificados en El como El lo es en el Padre. (Véase D. y C. 93:11-20, 26-28.)

“Esta es una doctrina que encantaba al presidente Snow, tal como sucede con todos nosotros. En los primeros años de su ministerio él recibió mediante revelación directa y personal, el conocimiento de que (según las palabras del profeta José Smith) ‘¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre glorificado, y está sentado sobre su trono allá en los cielos!“ y que los hombres tienen que aprender cómo ser dioses…tal como lo han he.cho antes todos los Dioses…(Smith, Enseñanzas pág. 427).

“Después que el Profeta enseñó esta doctrina, el presidente Snow se sintió libre para enseñarla también y la resumió en uno de los dichos más conocidos en la Iglesia, con estas palabras:

“’Como el hombre es, Dios una vez fue;

como Dios es ahora, el hombre puede llegar a ser’”

(Discurso dado por Joseph Fielding Smith en el Snow College, el 14 de mayo de 1971, págs. 1-8).

PODEMOS COMENZAR A ESCALAR HACIA LA PERFECCION AQUI Y AHORA, PASO POR PASO

(8-12) La perfección es comparada al hecho de subir por una escalera

“Cuando subís por una escalera, tenéis que empezar desde abajo y ascender paso por paso hasta que llegáis a la cima; y así es con los principios del evangelio: tenéis que empezar por el primero, y seguir adelante hasta aprender todos los principios que atañen a la exaltación. Pero no los aprenderéis sino hasta mucho después que hayáis pasado por el velo. No todo se va a entender en este mundo; la obra de aprender nuestra salvación y exaltación aun más allá de la tumba será grande” (Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 430-31).

(8-13) La fidelidad a los mandamientos es la llave de crecimiento

“¿En qué forma pueden los santos recibir de su plenitud y ser iguales al Señor mas no ser como El, esto es, dioses?

“El Padre ha prometido mediante el Hijo que todo lo que El tiene será dado a aquellos que sean obedientes a sus mandamientos. Ellos recibirán aumento en conocimiento, sabiduría y poder, pasando de gracia en gracia, hasta que la plenitud del día perfecto se vuelque sobre ellos. Ellos, mediante la gloria y bendición del Todopoderoso, llegarán a ser creadores. Todo poder y dominio les será dado y ellos serán los únicos sobre quienes esta gran bendición será otorgada…” (Smith, Doctrines of Salvation, 2:36).

EL SERMON DEL MONTE NOS ENSEÑA LO QUE DEBEMOS HACER A FIN DE PARTICIPAR DEL PODER DE CRISTO EN NUESTRA BUSQUEDA DE PERFECCION

(8-14) El Sermón del Monte es nuestro código para alcanzar la perfección

“En ese incomparable Sermón del Monte, Jesucristo nos ha dado ocho formas especificas mediante las cuales podemos recibir gozo. Cada una de sus declaraciones comienza con el vocablo ‘Bienaventurado’. La bienaventuranza se define como algo superior a la felicidad. ‘La felicidad viene de afuera y depende de las circunstancias; la bienaventuranza es una fuente interior de gozo en el alma misma, la cual ninguna circunstancia externa puede afectar seriamente’ (Dummelow’s Commentary). Estas declaraciones del Maestro son conocidas en la literatura del mundo cristiano como las Bienaventuranzas y los comentaristas de la Biblia han dicho con respecto a ellas que son la preparación necesaria para el ingreso al reino del cielo. Para cumplir con el propósito de este comentario permítaseme referirme a ellas como a algo más que una preparación que se aplica a vosotros y a mí. Ellas son, de hecho, EL CODIGO PARA UNA VIDA PERFECTA” (Lee, Decisions for Successful Living, pág. 56).

¿En qué forma puede ayudarles el Sermón del Monte a llegar a ser como nuestro Padre Celestial? ¿No se les ha ocurrido al leer este sermón, que Jesucristo está realmente describiendo las cualidades de un ser glorificado? Teniendo en cuenta esto, las Bienaventuranzas se convierten en escalones de perfección que nos permiten amar verdaderamente a Dios y a nuestros semejantes. Estudien los siguientes comentarios que tratan acerca de las Bienaventuranzas:

Cambiar el amor del mundo por el amor de Dios

  1. Bienaventurados los pobres de espíritu

    “Ser pobre de espíritu significa sentiros espiritualmente necesitados, incluso sentir que dependéis del Señor para la obtención de vuestras ropas, alimentos y el aire que respiráis, vuestra salud y vuestra vida; dándoos cuenta de que no debe pasar un día sin ofrecer una oración ferviente para dar gracias, pedir guía, perdón y fortaleza suficiente para satisfacer las necesidades de cada día…”

  2. Bienaventurados los que lloran

    “Para llorar, como nos enseña la lección del Maestro uno debe mostrar que “la tristeza según Dios produce arrepentimiento” y gana el perdón de los pecados para el penitente, además de impedir que regrese a aquellos actos por los cuales llora”.

  3. Bienaventurados los mansos

    “Un hombre manso se define como aquel que no fácilmente se enoja ni se irrita y que muestra paciencia ante el daño y las molestias. La mansedumbre no es sinónimo de debilidad; por el contrario, el hombre manso es fuerte y poderoso, es aquel que tiene completo autodominio; aquel que defiende con valor sus convicciones morales, sin hacer el menor caso de las presiones sociales que lo rodean”.

  4. Bienaventurados todos los que padecen hambre y sed de justicia

    “¿Habéis sentido alguna vez hambre o sed, cuando un solo mendrugo de pan rancio o un sorbo de agua tibia para aliviar la angustia que os aflige, os parece que es la más preciada de todas vuestras posesiones?” Si alguna vez habéis tenido esa sensación, entonces podéis comenzar a comprender lo que quiere decir el Maestro al referirse a “hambre y sed de justicia”. Es esta hambre y sed la que nos induce a salir del hogar para buscar hermanamiento con los santos en los servicios sacramentales y lo que nos induce a la adoración en el Día del Señor dondequiera que estemos. Es aquello que nos susurra una ferviente oración, que conduce nuestros pasos hasta los santos templos y nos motiva a ser reverentes en ellos”.

Aprender a amar a nuestros semejantes

  1. Bienaventurados todos los de limpio corazón

    “Si deséais ver a Dios, debéis ser puros. En los escritos judíos se encuentra la historia de un hombre que vio un objeto en la distancia, un objeto que él imaginó era una bestia. A medida que se acercaba, podía percibir que era un hombre, y cuando estuvo aún más cerca se dio cuenta de que el hombre era su amigo. Podéis ver sólo aquello para lo cual tenéis ojos. Algunos de los seguidores de Jesucristo lo veían sólo como el hijo de José el carpintero; otros pensaban en él como un hombre que bebía vino o un borracho, debido a que no entendían sus palabras; incluso otros pensaban que estaba poseído por demonios. Sólo los justos lo veían como el Hijo de Dios y sólo si vosotros sois puros de corazón veréis a Dios. En un grado menor también seréis capaces de ver el “Dios” o sea lo bueno que hay en cada hombre y de amarlo por causa de la divinidad que veis en él. Poned especial atención en la persona que critica y difama al hombre de Dios o a los dirigentes nombrados por el Señor en su Iglesia; dicha persona habla con un corazón impuro…”

  2. Bienaventurados los misericordiosos

    “Nuestra salvación depende de la misericordia que mostremos por los demás. Las palabras inmisericordes y crueles o los desconsiderados actos de crueldad hacia los hombres o las bestias, aun cuando sea en aparente venganza, descalifica al perpetrador o ejecutante en su reclamo de misericordia cuando necesite de ésta en el día del juicio ante los tribunales terrestres o celestiales. ¿Hay alguien que nunca haya sido herido por la calumnia de otro que pensó era su amigo? ¿Recordáis el esfuerzo que hicisteis por no corresponder de la misma manera? ¡Benditos sois todos los misericordiosos porque obtendréis misericordia!”

  3. Bienaventurados todos los pacificadores

    “Los pacificadores serán llamados hijos de Dios. Los pertubadores y agitadores que están en contra de la ley y el orden, los líderes del populacho, y los que quebrantan la ley, todos son motivados por la maldad y a menos que desistan serán conocidos como los hijos de Satanás, en lugar de hijos de Dios. Apartaos de aquel que provoque dudas y desasosiego al tratar las cosas sagradas en forma ligera, pues éste no desea crear paz, sino esparcir la confusión. Aquel que es pendenciero y contencioso, y cuyos argumentos no son con el propósito de apoyar la verdad, está violando un principio fundamental establecido por el Maestro como parte esencial de una vida plena y rica. ‘En la tierra paz, buena voluntad para con los hombres’ fue el canto de los ángeles que anunciaron el nacimiento del Príncipe de Paz…”

  4. Bienaventurados todos los que son perseguidos

    “Ojalá que toda la juventud recuerde esta amonestación cuando estéis expuestos a la burla y el escarnio debido a que os rehusáis a transigir vuestras normas de abstinencia, honestidad y moralidad con el fin de ganar el aplauso del populacho. Si perseveráis y contendéis con firmeza por el bien a pesar de las mofas de la gentuza y aun de la violencia física, seréis coronados con la gloria del gozo eterno. ¿Quién sabe si de nuevo en nuestros días a alguno de los santos o incluso apóstoles, como en los primeros días de la Iglesia, se le requiera que dé su vida en defensa de la verdad? Si ese día llegara, que Dios no permita que fallen.”

  5. Los esfuerzos continuos por poseer los atributos de Dios

(Todas las citas anteriores fueron tomadas de Decisions por Successful Living, por Harold B. Lee, págs. 56-63).

¿Pueden ver mediante este esquema que las Bienaventuranzas forman la escaclinata que lleva hacia Cristo mediante la cual pueden recibir poder de El para llegar a ser como El? Pero recuerden: se requiere esfuerzo para subir esa escalinata. Algunos dicen que es imposible, pero esa es una idea falsa.

Una noche me desperté repentinamente al oír que sonaba el teléfono. Al otro lado de la línea estaba un miembro de la Iglesia muy perturbado. Indicó que tenía algunos problemas en su hogar y preguntó si podría ir a verlo.

Al entrar al hogar de Ricardo y Julia sentí el ambiente tenso. Ricardo habló primero y casi estaba llorando. Julia había decidido abandonarlo a él y a los niños. El habló vagamente de algunos problemas que ella había tenido durante el día, obviamente queriendo protegerla. Fue entonces cuando Julia interrumpió: “¿Por qué no dejas de andar con rodeos, Ricardo? ¡Dilo! Dile que le pegué a uno de los niños. ¡Dile lo que te he dicho a ti y a los niños! ¿O tienes temor de lo que el obispo pueda pensar de nuestro hogar ‘modelo’…?”. Ricardo solamente me miraba.

“Julia, ¿qué te parece si me dices lo que está pasando”, dije.

“Ya he tenido bastante…eso es lo que anda mal, obispo. Estoy harta de mi marido, de mis hijos y de esta casa. Estoy cansada de que pretendamos ser una ideal familia Santos de los Ultimos Días cuando somos otra cosa. Quiero salir de esta situación y cuanto antes mejor”.

Y así escuché —desde la una hasta las tres de la mañana —a una mujer que anteriormente había gozado del Espíritu del Señor, pero que ahora estaba llena de veneno y de sentimineto acusatorio. No es necesario intentar recrear la escena sórdida, ni los acontecimientos del día o de los días anteriores que produjeron esta pesadilla. Es suficiente decir que esta hermana a la que una vez había acompañado el Espíritu, ahora se había alejado de El. Todo sentimiento de refinamiento, sensibilidad, bondad, entendimiento y caridad había desaparecido. En su lugar estaba la acusación, la dureza, la agresividad y el odio. Interiormente oré pidiendo sabiduría más allá de mi habilidad natural para poder ayudar.

Cuando terminó su perorata, dijo desafiante: “Ahora, obispo, supongo que usted va a tratar de disuadirme para que no abandone a Ricardo”.

“No, Julia, me parece que tú ya has decidido lo que vas a hacer, y ni yo ni nadie podría disuadirte. De manera que tal vez lo que tengas que hacer es irte”. Hice una pausa y añadí: “Pero, Julia, quiero que antes de irte esta noche sepas que hay una forma de salir de tu estado de miseria si es que quieres intentarlo”. Aunque no dijo nada sus ojos pidieron ayuda.

“¿Recuerdas lo que el Salvador enseñó a los que buscaban ser sus discípulos? Probablemente has leído o escuchado algunas de esas enseñanzas muchas veces. Recordarás que cuando ibas a la Escuela Dominical siendo niña se te indicó que aprendieras de memoria las enseñanzas de Jesucristo llamadas las Bienaventuranzas. Esta noche, mientras tú hablabas, no pude sino pensar que ellas deben aplicarse aquí.

“’Bienaventurados los pobres de espíritu’. El primer paso, Julia, es comprender que necesitas la ayuda del Señor. El Libro de Mormón dice: ‘Bienaventurados los pobres de espíritu que vienen a mí’. Esta es la manera en la que puedes resolver este problema: yendo al Señor en busca de ayuda. ¿Pero cómo puedes ir a El?

“’Bienaventurados todos los que lloran’. Vamos al Señor mostrando un corazón quebrantado y un espíritu contrito. En otras palabras, lloramos por la condición que nos impide ser sus amigos y tener siempre con nosotros su Espíritu. No estoy hablando de autocompasión, Julia; estoy hablando acerca de la clase de pesar que purga de sentimientos y deseos feos al corazón. El Salvador nos dice cómo podemos vencer esta depresión y esta desesperación que es tan grande carga para ti en este momento.

“’Bienaventurados los mansos’. Ser manso es humillarse ante el Señor y pedir y rogar que nos dé su ayuda para vencer nuestra debilidad. El Salvador también ha dicho: ‘…mi gracia es suficiente para los mansos’, ¿Qué significa eso? ‘Y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes…porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos’ (Eter 12:26,27).

“Ahora, Julia, has descubierto una debilidad en tu carácter y ella te impide tener el Espíritu del Señor. ¿No deseas las bendiciones que te permitirán vencer tus debilidades? ¿No deseas ese gozo y felicidad que han estado ausentes en tu vida durante estos últimos meses?

“’Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán llenos del Espíritu Santo’. Esa es la bendición que tú necesitas tan desesperadamente, Julia. Ahora consideremos las demás Bienaventuranzas del Salvador.

“¿Quieres ser más bondadosa? ‘Bienaventurados los misericordiosos’.

“¿Quieres realmente vencer la hipocresía? ‘Bienaventurados los de limpio corazón’.

¿Quieres tener paz en tu propio hogar? ‘Bienaventurados los pacificadores’.

“Y luego está la enseñanza acerca de ser capaz de soportar la persecusión. ¿Y qué piensas en cuanto a soportar la tensión y las persecusiones del adversario en tu propio hogar?

“El punto, Julia, es que si realmente quieres estos atributos, están a tu alcance si es que sientes ‘hambre y sed’ de ellos. Esta es la rectitud a la que se refiere el Salvador —estas son las bendiciones que vienen cuando uno está lleno del Espíritu Santo. Reconociendo tu necesidad de depender diariamente, aun a cada hora, del Señor, ayunando y orando puedes vencer este problema que ahora te hace sentir tanta miseria interior. Aquí está la promesa del Señor para ti:

“’Y ahora recordad…recordad que es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, que debéis establecer vuestro fundamento, para que cuando el diablo lance sus impetuosos vientos, sí, sus dardos en el torbellino, sí, cuando todo su granizo y furiosa tormenta os azoten, no tenga poder para arrastraros al abismo de miseria y angustia sin fin, a causa de la roca sobre la cual estáis edificados, que es un fundamento seguro, sobre el cual, si los hombres edifican, no caerán’ (Helamán 5:12).

“Luego di mi testimonio en cuanto a la veracidad de estos principios. Sus lágrimas, primera indicación del espíritu de arrepentimiento, me dijeron también que ella sabía que era verdad. Había una salida, había una esperanza. Posiblemente por primera vez en su vida, ella comenzó a sentir cómo el evangelio llega a ser un poder para resolver nuestros problemas, para refinar nuestra naturaleza y ayudarnos a tener una disposición más semejante a la de Cristo.

“Antes de retirarme aquella noche, nos arrodillamos juntos en oración. Al terminar, yo sabía que Julia no iba a abandonar su hogar.

“Han pasado siete años desde aquel incidente y Julia y Ricardo tienen tres hijos más que en ese entonces. Vencer sus problemas no fue fácil; de hecho, ha sido una lucha intensa. Gradualmente, sin embargo, ella ha encontrado, aplicando los principios del Salvador diariamente, una fuerza que no había conocido anteriormente.”

(Basado en una experiencia verídica).

Así como con Julia, tal vez ustedes encuentren sus debilidades y problemas difíciles de vencer. ¿Pero podrían sentirse justificados ante Dios si fracasaran en hacer el esfuerzo de subir por la escalinata hacia la perfección? ¿Pueden ver que es posible para ustedes progresar paso a paso hacia la meta suprema de la perfección?

Ahora tal vez deseen repasar el resto del Sermón del Monte, haciéndose estas preguntas: ¿En qué forma puedo aplicar estas cualidades sugeridas por Jesús, que me ayudarán a crecer hacia la perfección?