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Lección 13: El Templo de Kirtland


“Lección 13: El Templo de Kirtland”, La historia de los Santos de los Últimos Días: 1815–1846, Material para el maestro, 2018

“Lección 13”, La historia de los Santos de los Últimos Días: 1815–1846, Material para el maestro

Lección 13

El Templo de Kirtland

Introducción y cronología

En diciembre de 1830 el Señor mandó a los santos a que se congregaran en Ohio (véase D. y C. 37), y más adelante prometió que en ese lugar serían “investidos con poder de lo alto” (D. y C. 38:32). En diciembre de 1832, el Señor mandó a los santos edificar “una casa de Dios”, o sea, un templo, en Kirtland (D. y C. 88:119). En junio de 1833 no habían avanzado mucho y el Señor los reprendió (véase D. y C. 95:1–3). Después de ser reprendidos, los santos comenzaron inmediatamente a trabajar en el templo, lo cual requirió grandes esfuerzos y sacrificios. El 21 de enero de 1836, el profeta José Smith recibió una visión del Reino Celestial en el templo casi finalizado. El Profeta dedicó el templo el 27 de marzo (véase D. y C. 109) y el 3 de abril el Señor se apareció en el templo y lo aceptó como Su casa (véase D. y C. 110:7). También se aparecieron Moisés, Elías y Elías el Profeta, quienes confirieron llaves del sacerdocio a José Smith y a Oliver Cowdery.

Diciembre de 1832El Señor manda a los santos a edificar un templo (véase D. y C. 88:119).

Principios de junio de 1833Los santos habían empezado la construcción del Templo de Kirtland.

21 de enero de 1836José Smith recibe una visión del Reino Celestial (véase D. y C. 137).

27 de marzo de 1836José Smith dedica el Templo de Kirtland.

3 de abril de 1836Jesucristo acepta el Templo de Kirtland y Moisés, Elías y Elías el Profeta confieren llaves del sacerdocio a José Smith y a Oliver Cowdery.

Lecturas para el alumno

Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días, tomo I, El estandarte de la verdad, 1815–1846, 2018, capítulos 20–21

Sugerencias para la enseñanza

Los santos de Kirtland responden al mandamiento de edificar una Casa de Dios

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Templo de Kirtland

Muestre la imagen adjunta y explique que es una fotografía del Templo de Kirtland. Explique que el Señor mandó a los santos construir el Templo de Kirtland en la revelación registrada en Doctrina y Convenios 88:1–126, que el profeta José Smith recibió en diciembre de 1832.

Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 88:119 en voz alta y pida a la clase que preste atención para averiguar cómo describió el Señor la “casa”, o templo, que Él les mandó construir.

  • ¿Qué les llama la atención en esa descripción de la “casa” que se mandó construir a los santos?

Explique que en junio de 1833 —seis meses después de que se mandó a los santos de Ohio construir una Casa de Dios— se había avanzado poco en la construcción del templo. Invite a un alumno a leer Doctrina y Convenios 95:3, 8, 11–14 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que busque lo que el Señor dijo acerca de los esfuerzos de los santos.

  • En el versículo 3, ¿qué dijo el Señor en cuanto a la falta de progreso de los santos en la construcción del templo?

  • ¿Qué principio encontramos en el versículo 11 basado en la promesa del Señor a Sus santos? (Después de que los alumnos respondan, escriba el siguiente principio en la pizarra: A medida que guardemos los mandamientos, tendremos poder para llevar a cabo la voluntad del Señor).

  • En los versículos 13–14, ¿qué prometió hacer el Señor que ayudaría a los santos a construir el templo?

Invite a un alumno a leer en voz alta los dos párrafos siguientes y pida a la clase que preste atención a cómo el Señor cumplió Su promesa.

“Pocos días después [de que se recibió la revelación que está registrada en Doctrina y Convenios 95], el Señor cumplió Su promesa, dando a José Smith y a sus consejeros de la Primera Presidencia una visión extraordinaria en la cual observaron planos detallados para el templo. Frederick G. Williams, el Segundo Consejero de la Primera Presidencia, comentó más adelante: ‘José [Smith] recibió la palabra del Señor de llevar a sus dos consejeros, [Frederick G.] Williams y [Sidney] Rigdon, y presentarse ante el Señor, y Él les mostraría el plano o modelo del edificio que había que construir. Nos pusimos de rodillas, invocamos al Señor y el edificio apareció al alcance de nuestra vista, siendo yo el primero en descubrirlo. Luego todos lo vimos a la vez. Después de ver bien el exterior, el edificio pareció aproximarse y nos encontramos en él’ [Frederick G. Williams, citado por Truman O. Angell, en Truman Osborn Angell, Autobiography 1884, págs. 14–15, Archivos de la Iglesia, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Salt Lake City, Utah]” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 287).

“Una cuestión fundamental que se resolvió con esta visión fue el asunto de los materiales que habían de usarse para construir la casa. Lucy Mack Smith recordaba una reunión de consejo en la que se decidió que un edificio con estructura de madera sería demasiado caro, y en su lugar se propuso que se construyera de troncos. José Smith les recordó ‘que no estaban construyendo una casa para sí mismos ni para hombre alguno, sino una casa para Dios’. Él dijo: ‘Hermanos, ¿debemos construir con troncos una casa a nuestro Dios? No, yo tengo un plano mejor, tengo el plano de la Casa del Señor que Él mismo dio’. Lucy recordó que José dijo que ese plano les mostraría ‘la diferencia entre nuestros planes y Su idea de las cosas’. Los hermanos quedaron ‘encantados’ cuando José describió el plano completo, que contemplaba una estructura de piedra [Lucy Mack Smith, “Lucy Mack Smith, History, 1844–1845”, libro 14, página 1, josephsmithpapers.org; se estandarizó la puntuación]” (véase Lisa Olsen Tait y Brent Rogers, “Una Casa a nuestro Dios”, en Revelaciones en contexto, edición de Matthew McBride y James Goldberg, 2016, pág. 178, o history.ChurchofJesusChrist.org).

  • Según estos relatos, ¿cómo cumplió el Señor Su promesa de ayudar a los santos a llevar a cabo Su voluntad?

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construcción del Templo de Kirtland

Muestre la imagen adjunta de la construcción del Templo de Kirtland. Explique que “[e]n el verano de 1833 había solo ciento cincuenta miembros de la Iglesia viviendo en [la] región [de Kirtland]” y que estos afrontaron muchos obstáculos al esforzarse por construir el templo (Lisa Olsen Tait y Brent Rogers, “Una Casa a nuestro Dios”, pág. 180).

Divida la clase en grupos pequeños de dos o tres alumnos y entregue a cada grupo uno de los volantes adjuntos sobre las dificultades que los santos afrontaron para construir el templo y algunas formas en las que superaron esas dificultades. Pida a los grupos que lean juntos el volante y que analicen sus respuestas a la pregunta que figura en él.

Volante 1: Hacer frente a la “pobreza y [la] aflicción”

El presidente Heber C. Kimball (1801–1868), de la Primera Presidencia, que en ese entonces prestaba servicio como miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, escribió sobre su regreso a Kirtland después de su misión en el este de los Estados Unidos:

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Heber C. Kimball

“Cuando llegué a Kirtland los hermanos estaban ocupados con la construcción de la Casa del Señor… La Iglesia se encontraba en una situación de pobreza y aflicción y, como resultado, parecía casi imposible que el mandamiento [de construir el templo] pudiera cumplirse” (“Extract from the Journal of Elder Heber C. Kimball”, Times and Seasons, 15 de enero de 1845, pág. 771).

En enero de 1835, John Tanner, miembro de la Iglesia, llegó a Kirtland desde Nueva York a consecuencia de una impresión que había recibido:

“Recibió la impresión por medio de un sueño o visión nocturna que se le necesitaba y debía ir inmediatamente al lugar donde estaba establecida la Iglesia en el occidente… 

“Al llegar a Kirtland, supo que en el momento en que recibió la impresión de que debía trasladarse inmediatamente hasta donde estaba la Iglesia, el profeta José y algunos de los líderes se habían reunido en oración y le pidieron al Señor que les enviara un hermano o algunos hermanos que tuvieran los medios para ayudarles a pagar la hipoteca de la granja sobre la cual se estaba edificando el templo.

“El día después de su llegada a Kirtland… se le informó que estaba por vencerse la hipoteca de la granja mencionada, por lo que le prestó al Profeta dos mil dólares, aceptando un pagaré del Profeta que certificaba que se le devolvería el dinero más el interés correspondiente. De esta manera, se pudo pagar el préstamo y retener la granja” (“Sketch of an Elder’s Life”, Scraps of Biography, 1883, pág. 12; véase también Nuestro Legado: Una breve historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 1996, pág. 34).

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Volante 1: Hacer frente a la “pobreza y [la] aflicción”

Volante 2: “Los hombres, las mujeres y aun los niños trabajaron con todas sus fuerzas”

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gente trabajando en el Templo de Kirtland

“La primavera y el verano de 1834 fueron épocas difíciles para la construcción del templo, porque la mayoría de los hombres de la comunidad fueron con José Smith a Misuri en el Campamento de Israel [Campo de Sion], con la esperanza de socorrer a los santos que habían sido expulsados de sus hogares por la violencia del populacho. Al faltar los hombres, las mujeres continuaron con la labor. Algunas hacían trabajos de albañilería, otras atendían el ganado y acarreaban roca, y aún otras cosían, hilaban y tejían para hacer ropa para los obreros” (Lisa Olsen Tait y Brent Rogers, “Una Casa a nuestro Dios”, en Revelaciones en contexto, edición de Matthew McBride y James Goldberg, 2016, pág. 181, o history.ChurchofJesusChrist.org).

La hermana Eliza R. Snow (1804–1887), quien más tarde prestó servicio como Presidenta General de la Sociedad de Socorro, vivía en Kirtland cuando se estaba construyendo el templo y describió la fe y los sacrificios de los santos:

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Eliza R. Snow

“Los santos eran pocos en número y la mayor parte de ellos eran muy pobres. Si no hubiera sido por la certeza de que Dios había hablado y mandado que se edificara una casa a Su nombre… todos los participantes habrían tildado de descabellado el intento de construir ese templo en aquellas circunstancias…

“Con muy poco capital —salvo intelecto y músculos—, combinado con una confianza inquebrantable en Dios, los hombres, las mujeres y aun los niños trabajaron con todas sus fuerzas… todos ellos viviendo con la mayor frugalidad posible, a fin de que cada centavo pudiera [dedicarse] al gran objetivo” (Eliza R. Snow, en Eliza R. Snow: An Immortal, 1957, págs. 54, 57).

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Volante 2: “Los hombres, las mujeres y aun los niños trabajaron con todas sus fuerzas”

Una vez que les haya concedido suficiente tiempo, pida a un alumno de uno de los grupos que haya estudiado el volante 1 y a un alumno de uno de los grupos que haya estudiado el volante 2 que resuman la información de su volante para la clase. Invítelos a explicar cómo superaron los santos las dificultades que afrontaron a medida que obedecieron el mandamiento de construir el templo. Luego pregunte a la clase:

  • ¿En qué ocasiones han recibido poder para llevar a cabo la voluntad del Señor al estar guardando Sus mandamientos?

José Smith dedica el Templo de Kirtland al Señor

Explique que, en enero de 1836, el profeta José Smith y otras personas comenzaron a utilizar las partes del templo que se habían completado.

Pida a los alumnos que busquen el capítulo 21 de Santos: tomo I. Invite a varios alumnos a tomar turnos para leer en voz alta en la página 237, comenzado con el párrafo que dice “En la tarde del 21 de enero…”, y terminando con el párrafo de la página 239 que dice “Llenos del Espíritu…”. Pida a la clase que busque lo que el Señor reveló al Profeta en el templo.

  • ¿Cómo nos ayudan esas revelaciones en cuanto a los niños pequeños y los que mueren sin el conocimiento del Evangelio a entender mejor la justicia, la misericordia y el amor del Padre Celestial?

Explique que el 27 de marzo de 1836, los santos se congregaron en el Templo de Kirtland para su dedicación. El día anterior, el Señor había revelado una oración dedicatoria a José Smith, Oliver Cowdery y otras personas, que la imprimieron para la dedicación (véase D. y C. 109, encabezamiento de la sección).

Invite a un alumno a leer en voz alta Doctrina y Convenios 109:22 y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar lo que el profeta José Smith pidió en la oración dedicatoria.

  • Según el versículo 22, ¿qué bendiciones podemos recibir cuando adoramos al Señor en el templo? (Una vez que los alumnos respondan, escriba el siguiente principio en la pizarra: Cuando adoramos al Señor en el templo, podemos armarnos con Su poder, tomar Su nombre sobre nosotros, recibir Su gloria y tener ángeles que nos guarden).

  • De acuerdo con su lectura del capítulo 21 de Santos: tomo I, ¿cuáles fueron algunas de las manifestaciones espirituales que los santos vivieron antes, durante y después de la dedicación del Templo de Kirtland? (Si es necesario, explique que muchos sintieron un gran derramamiento del Espíritu, algunos vieron una nube brillante y una columna de fuego sobre el templo, otros vieron al Salvador y algunos vieron ángeles).

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el Salvador se aparece en el Templo de Kirtland

Muestre la imagen adjunta y explique que el domingo 3 de abril de 1836 —una semana después de la dedicación del Templo de Kirtland—, el Salvador se apareció al profeta José Smith y a Oliver Cowdery en el templo y lo aceptó como Su casa (véase D. y C. 110:1–8).

Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del presidente James E. Faust (1920–2007), de la Primera Presidencia, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para determinar quién más se apareció a José Smith y a Oliver Cowdery en esa ocasión.

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James E. Faust

“Moisés se apareció al profeta José Smith y a Oliver Cowdery, y les entregó las llaves del recogimiento de Israel. Después, Elías se apareció y entregó el evangelio de Abraham, ‘diciendo que en nosotros y en nuestra descendencia serían bendecidas todas las generaciones después de nosotros’ [D. y C. 110:12]. Tras él se presentó Elías el Profeta, quien les entregó las llaves de esta dispensación, llaves que incluyen el poder para sellar y atar en el cielo lo que se ate en la tierra en el interior de los templos (véase D. y C. 110:13–16). De ese modo, los profetas de dispensaciones anteriores del Evangelio entregaron sus llaves al profeta José Smith en esta, la ‘dispensación del cumplimiento de los tiempos’, de la que habló el apóstol Pablo a los efesios [Efesios 1:10]” (véase James E. Faust, “La restauración de todas las cosas”, Liahona, mayo de 2006, págs. 62, 67).

  • ¿De qué maneras somos bendecidos actualmente por las llaves del sacerdocio que se entregaron a José Smith y a Oliver Cowdery en el Templo de Kirtland? (Por ejemplo, los alumnos podrían mencionar que el poder para sellar que restauró Elías el Profeta ata o sella por la eternidad a los cónyuges y miembros de la familia que son justos).

Haga alusión al principio que está escrito en la pizarra: “Cuando adoramos al Señor en el templo, podemos armarnos con Su poder, tomar Su nombre sobre nosotros, recibir Su gloria y tener ángeles que nos guarden”. Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del élder Joseph B. Wirthlin (1917–2008), del Cuórum de los Doce Apóstoles, y pida a la clase que preste atención a qué tipo de poder podemos recibir cuando adoramos al Señor en el templo.

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Joseph B. Wirthlin

“En la Casa del Señor, los miembros fieles de la Iglesia pueden ser investidos ‘con poder de lo alto’ [D. y C. 95:8], poder que nos permitirá resistir la tentación, honrar convenios, obedecer los mandamientos del Señor y expresar un fervoroso e intrépido testimonio del Evangelio a la familia, a los amigos y a los vecinos” (véase Joseph B. Wirthlin, “El cultivar atributos divinos”, Liahona, enero de 1999, pág. 31).

Pida a los alumnos que mediten en la forma en la que han sido bendecidos con poder al adorar al Señor en el templo. Invite a varios alumnos a compartir lo que piensan con la clase. (Recuérdeles que no compartan nada demasiado personal ni demasiado sagrado). Usted también podría compartir una experiencia y su testimonio.

Inste a los alumnos a adorar al Señor en el templo con tanta frecuencia como lo permitan sus circunstancias, a fin de que se puedan armar con Su poder.

Invite a los alumnos a leer los capítulos 22–23 de Santos: tomo I a fin de prepararse para la siguiente clase.

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Volante 1: Hacer frente a la “pobreza y [la] aflicción”
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Volante 2: “Los hombres, las mujeres y aun los niños trabajaron con todas sus fuerzas”