27 febrero – 5 marzo
Somos responsables de nuestro propio aprendizaje
Conforme lea los pasajes de las Escrituras de esta reseña y medite en ellos, anote las impresiones espirituales que reciba. Esto invitará al Espíritu durante su preparación. Ven, sígueme para uso individual y familiar y las siguientes ideas pueden ayudarle a inspirar a las personas de su clase a ser diligentes en aprender del Antiguo Testamento este año. Su objetivo en esta lección es inspirar a los miembros de la clase a ser más autosuficientes al estudiar en el hogar y en la Iglesia.
Cómo mejorar nuestra enseñanza
Mantenerse centrado en la doctrina. Al dirigir los análisis, parte de su responsabilidad es asegurarse de que la clase se mantenga centrada en las Escrituras y enseñanzas de los profetas. Puede lograr esto al hacer preguntas como estas: “¿Qué verdades del Evangelio aprendemos de los comentarios que hemos escuchado?” o “¿Puede alguien compartir una Escritura que se relacione con lo que hemos analizado?” (Véase Enseñar a la manera del Salvador, págs. 20–21).
Invitar a compartir
Uno de sus objetivos como maestro es alentar a los miembros de la clase a aprender de las Escrituras por sí mismos y con sus familias. Por ejemplo, podría pedir a los miembros de la clase que compartan las impresiones que tuvieron acerca de cómo tener un estudio más significativo de las Escrituras.
Enseñar la doctrina
Podemos conocer la verdad por nosotros mismos.
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Muchos pasajes del Antiguo Testamento enseñan principios que pueden guiar nuestra búsqueda de la verdad. Algunos ejemplos: Proverbios 3:5–6; Isaías 28:10; 55:8–9; Jeremías 29:12–13; Amós 3:7; Moisés 5:6 y Abraham 1:2. Podría pedir a cada miembro de la clase que medite en uno de estos pasajes y que comparta lo que nos enseña acerca de cómo hallar la verdad. (Tal vez algunos de ellos hayan leído estos versículos en la reseña de estudio de esta semana en Ven, sígueme para uso individual y familiar).
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Todos nos hallamos en diferentes etapas en nuestra búsqueda de la verdad. Podría haber personas en su clase que tenga preguntas. La mejor manera de ayudarles podría ser repasando principios que ellos puedan seguir para buscar respuestas por sí mismos. Aquí tiene tres principios sencillos que podría compartir con su clase:
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Actuar con fe.
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Mantener una perspectiva eterna.
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Procurar entendimiento mediante las fuentes divinamente señaladas.
Este proceso se describe con más detalle en la reseña de estudio de esta semana en Ven, sígueme para uso individual y familiar, y en el Documento de base sobre el Dominio de la doctrina (Manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2016), págs. 2–3.
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Aprender requiere un esfuerzo diligente.
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Los miembros de la clase tendrán más éxito si ven el aprendizaje como una experiencia activa que requiere esfuerzo de su parte en lugar de algo que reciben de manera pasiva de un maestro. ¿Cómo puede ayudarles a captar esta visión? ¿Cómo se ilustra este principio en el relato de Eliseo y Naamán, que se encuentra en 2 Reyes 5? También podría ser útil leer y analizar la cita del élder David A. Bednar en “Recursos adicionales”. ¿Qué experiencias pueden compartir los miembros de la clase en las que tuvieron que trabajar diligentemente para aprender algo?
¿Qué podemos hacer para que nuestro estudio de las Escrituras sea más significativo?
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Estudiar el Antiguo Testamento podría resultar intimidante para los miembros de la clase que consideran que no tienen el tiempo, la comprensión ni las aptitudes suficientes. ¿Qué puede hacer para ayudarles a tener éxito para aprender del Antiguo Testamento este año? Podría empezar invitando a los miembros de la clase a compartir abiertamente los sentimientos y las inquietudes que tengan acerca del estudio del Antiguo Testamento. Usted u otros miembros de la clase podrían compartir consejos o ideas que les hayan ayudado a estudiar y entender las Escrituras.
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En “Recursos adicionales” de esta lección encontrará una lista de ideas para mejorar el estudio de las Escrituras. Tal vez un miembro de la clase podría compartir experiencias que haya tenido al usar algunas de las ideas de la lista. Podría ser útil acudir a un capítulo del Antiguo Testamento (como Génesis 1) e intentar alguna de estas ideas como clase. Esto podría dar confianza a los miembros de la clase a medida que empiecen a estudiar el Antiguo Testamento por sí mismos.
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La devoción a la palabra de Dios es un tema principal en el Antiguo Testamento. Algunos de los pasajes que incluyen esa enseñanza son: Deuteronomio 6:6–9; Josué 1:8 y Esdras 7:10. Podrían leer estos pasajes como clase o en grupos pequeños y pedir a los miembros de la clase que identifiquen palabras clave o frases que sugieran lo que piensan acerca de nuestro estudio de la palabra de Dios.
Los maestros y alumnos deben trabajar juntos para invitar al Espíritu.
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A fin de inspirar un análisis acerca de cómo invitar al Espíritu durante el aprendizaje, podría pedir a los miembros de la clase que compartan lo que aprendan acerca del Espíritu mientras leen 1 Reyes 19:11–12; Salmos 51:10–11 y Joel 2:28–29. ¿Qué podemos hacer para que se “derrame [el] Espíritu” en la clase? (véase Joel 2:29).
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Tal vez algunos miembros de la clase no se den cuenta de que son tan responsables como el maestro de invitar el Espíritu a la clase. A fin de ayudarles a ver esto, podría invitar a la clase a leer Doctrina y Convenios 50:13–22; 88:122 y considerar lo que pueden hacer los maestros y lo alumnos para invitar al Espíritu. Podría resultar útil anotar las respuestas en la pizarra bajo encabezamientos como estos: Qué puede hacer el maestro y Qué pueden hacer los alumnos. ¿Resultaría útil crear un cartel con las metas de aprendizaje de la clase para exhibirlo por algunas semanas?
Alentar el aprendizaje en el hogar
A fin de alentar a los miembros de la clase a estudiar en el hogar como preparación para el análisis de la próxima semana, podría decirles que la reseña de estudio de Ven, sígueme para uso individual y familiar, ayudará a sentar las bases para el estudio satisfactorio del Antiguo Testamento en el hogar y en la Escuela Dominical.
Recursos adicionales
Cómo reclamar conocimiento espiritual para nosotros mismos
El élder David A. Bednar explicó: “He descubierto una característica común entre los maestros que más han influido en mi vida; que me ayudaron a buscar conocimiento por la fe y se negaron a darme respuestas fáciles a las preguntas difíciles. De hecho, no me dieron respuesta alguna, sino que me indicaron el camino y me ayudaron a dar los pasos necesarios para encontrar mis propias respuestas. No siempre aprecié ese método, pero la experiencia me ha permitido entender que no solemos recordar por largo tiempo la respuesta de otra persona, si es que la recordamos; mas la respuesta que descubrimos u obtenemos mediante el ejercicio de la fe, por lo general la conservamos toda la vida… Solo así puede una persona pasar de confiar en el conocimiento y las experiencias espirituales de otros a reclamar esas bendiciones para sí mismo. Solo así podemos prepararnos espiritualmente para lo que venga” (“Buscar conocimiento por la fe”, Liahona, septiembre de 2007, pág. 67).
Ideas para mejorar el estudio de las Escrituras
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Lea solo unos pocos versículos a la vez y léalos lentamente, varias veces.
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Utilice las notas al pie de página de las Escrituras, de la Guía para el Estudio de las Escrituras y de otras ayudas para el estudio para obtener ideas adicionales.
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Busque en un diccionario las definiciones de las palabras difíciles.
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Piense cómo los relatos y las enseñanzas de las Escrituras se aplican a su vida.
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Piense algunas preguntas y busque las respuestas.
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Trate de visualizar lo que está sucediendo en las Escrituras. Imagínese el entorno del relato y piense sobre cómo las personas pueden haberse sentido y actuado.
Si desea más ideas, vea “Ideas para mejorar su estudio personal de las Escrituras” en Ven, sígueme para uso individual y familiar.