27 marzo – 2 abril
Génesis 3–4; Moisés 4–5
La caída de Adán y Eva
Antes de preparar la lección, lea Génesis 3–4 y Moisés 4–5 y medite en estos capítulos. Anote las impresiones que reciba por medio del Espíritu Santo. Ven, sígueme para uso individual y familiar, así como las siguientes ideas, pueden ayudarle a entender y enseñar la doctrina de estos pasajes de las Escrituras. Mientras estudie, piense en las personas a las que enseña y en cómo puede ayudarles a comprender la caída de Adán y Eva.
Cómo mejorar nuestra enseñanza
Aumentar la participación de los miembros de la clase. Muchas actividades pueden hacerse como clase, en grupos pequeños, en parejas o en un análisis de grupo. Utilice diferentes métodos para permitir que participen aquellas personas que, de otro modo, no tendrían la oportunidad. (Véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 33.)
Invitar a compartir
Uno de sus objetivos como maestro es alentar a los miembros de la clase a aprender de las Escrituras por sí mismos y con sus familias. Considere invitar a los miembros de la clase a compartir un sentimiento que hayan tenido mientras leían acerca de la caída de Adán y Eva, y de la redención por medio de Jesucristo. Aliéntelos a que compartan los versículos que los llevaron a tener esos sentimientos.
Enseñar la doctrina
Génesis 3:16–23; Moisés 4:22–29; 5:4, 7–13
Jesucristo nos ayuda a superar las consecuencias de la Caída.
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Cuando los miembros de la clase comprendan los efectos de la Caída, su aprecio por la expiación de Jesucristo será más profundo. Si los miembros de la clase utilizaron Ven, sígueme para uso individual y familiar durante su estudio personal, tal vez hayan hecho una lista de las consecuencias de la Caída y de cómo nos redime la Expiación. Invítelos a compartir lo que aprendieron, o hagan esta actividad juntos como clase. Una imagen de Adán y Eva saliendo del jardín de Edén (véase medialibrary.lds.org) podría aportar un elemento visual bonito al análisis.
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La Caída trajo la oposición (véase 2 Nefi 2), lo cual puede parecer algo malo, pero la oposición nos ayuda a cumplir con el plan de felicidad; ya que promueve nuestro crecimiento y nos permite tomar decisiones por nosotros mismos. Podría invitar a los miembros de la clase a leer pasajes del discurso del élder Dallin H. Oaks “Oposición en todas las cosas” (Liahona, mayo de 2016, págs. 114–117) y buscar citas sobre la oposición que profundicen su comprensión de Génesis 3 y Moisés 4–5. ¿Qué consejo encontraron en el discurso que podría ayudarlos cuando tengan oposición?
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La historia de esperanza y redención de Adán y Eva puede alentar a los miembros de la clase cuando se sientan sin esperanza. Considere invitarlos a que busquen palabras y frases en Moisés 5:7–12 que les brinden esperanza. ¿Cuándo hemos sentido una esperanza similar a la de Adán y Eva? El himnario contiene muchos himnos que expresan la esperanza que proviene de la Expiación; considere invitar a los miembros de la clase a compartir sus himnos favoritos acerca de Cristo.
El albedrío es esencial para nuestro progreso.
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El albedrío —la habilidad y el privilegio divinos de escoger y obrar por nosotros mismos— es un principio tan fundamental que es fácil darlo por sentado. Sin embargo, el relato de la Caída puede ayudarnos a apreciar lo valioso que es el don del albedrío y cómo nos ayuda a progresar. Cuando Lehi explicó la Caída a sus hijos, habló de cuatro condiciones que necesitamos para ejercer el albedrío: el castigo y la recompensa, la oposición, la ley y el poder para actuar (véase 2 Nefi 2:10–11, 13, 16). A fin de ayudar a los miembros de la clase a comprender esas condiciones, podría invitarlos a escudriñar Moisés 4–5 en busca de versículos que ilustren cada condición. ¿Cómo podríamos responder a las personas que afirman que no hay necesidad de que haya ley, ni castigo ni oposición? A los miembros de la clase podría resultarles útil imaginarse tratando de criar a sus hijos sin reglas ni disciplina.
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Moisés 5 ilustra claramente las consecuencias positivas y negativas de las decisiones. A fin de ayudar a los miembros de la clase a ver esto, podría dividir el capítulo entre ellos e invitarlos a buscar ejemplos de consecuencias. ¿De qué manera las decisiones determinan nuestro destino? (Véase “Recursos adicionales para Génesis 3–4; Moisés 4–5”). ¿Cuándo han usado los miembros de la clase el albedrío para tomar una decisión correcta aun cuando era difícil? ¿Qué bendiciones recibieron como resultado? ¿Por qué el albedrío es una parte tan importante del plan Dios?
Satanás nos tienta a desobedecer los mandamientos de Dios.
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¿Cómo puede ayudar a los miembros de la clase a determinar las maneras en que Satanás nos tienta a hacer lo malo? Una manera sería pedir a la mitad de la clase que lea Moisés 4:5–12 y a la otra mitad que lea Moisés 5:13, 18–33, y luego invitarlos a hacer una lista de las tácticas de Satanás y que las compartan con la clase. También podría mostrar los primeros dos minutos del video “Adicción: Serán libres” (LDS.org) donde el élder M. Russell Ballard compara los señuelos de pesca con las tácticas que Satanás emplea para engañarnos. Luego pida a los miembros de la clase que busquen los “señuelos” que usó Satanás para tentar a Adán, a Eva y a Caín (véase Moisés 4:5–12; 5:12–33). ¿Cómo podemos resistir la tentación?
2:55
Alentar el aprendizaje en el hogar
A fin de inspirar a los miembros de la clase a leer Génesis 5 y Moisés 6 para la clase de la próxima semana, podría decirles que en estos capítulos aprendemos cómo se accede al poder expiatorio de Cristo en nuestra vida.
Recursos adicionales para Génesis 3–4; Moisés 4–5
La oposición es parte del plan.
El élder Dallin H. Oaks explicó la necesidad de la oposición:
“La oposición en las difíciles circunstancias que afrontamos en la vida mortal también forma parte del plan que impulsa nuestro progreso en la vida mortal.
“Todos nosotros experimentamos situaciones de oposición que nos ponen a prueba. Algunas de esas pruebas son tentaciones para que pequemos. Algunas son desafíos de la vida mortal no relacionados con el pecado personal. Algunas son inmensas y otras son menores. Algunas son continuas y otras no son más que episodios. Ninguno de nosotros está exento. La oposición nos permite progresar hacia lo que nuestro Padre Celestial desea que lleguemos a ser” (“Oposición en todas las cosas”, Liahona, mayo de 2016, págs. 115–116).
Las decisiones determinan nuestro destino.
El presidente Thomas S. Monson enseñó:
“Cuando dejamos nuestra existencia preterrenal y entramos en la vida mortal, trajimos con nosotros el don del albedrío. Nuestra meta es alcanzar la gloria celestial, y las decisiones que tomamos determinan, en gran parte, si alcanzaremos o no nuestra meta.
“La mayoría de ustedes están familiarizados con Alicia, de la novela clásica de Lewis Carroll Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Tal vez recuerden que ella llegó a una encrucijada con dos caminos que la llevaban adelante, pero en direcciones opuestas. Al considerar qué camino tomar, la confronta el gato de Cheshire, a quien Alicia pregunta: ‘¿Qué camino debo seguir?’.
“El gato le responde: ‘Eso depende de a dónde quieras ir. Si no sabes a dónde quieres ir, no importa el camino que tomes’ [Adaptado de la obra de Lewis Carroll, Alice’s Adventures in Wonderland, 1898, pág. 89; traducción libre].
“A diferencia de Alicia, nosotros sabemos a dónde queremos ir, y sí importa por cuál camino vayamos, porque el camino que tomemos en esta vida conduce a nuestro destino en la venidera” (“Decisiones”, Liahona, mayo de 2016, pág. 86).
“Asombro me da”.
Cantar “Asombro me da” (Himnos, nro. 118) podría ayudar a los miembros de la clase a meditar en los sentimientos que tienen acerca de la expiación de Jesucristo. (En medialibrary.lds.org encontrará un video del Coro del Tabernáculo Mormón cantando este himno.)