20 – 26 marzo
Génesis 1–2; Moisés 2–3; Abraham 4–5
La Creación
A fin de preparar la lección, primero lea Génesis 1–2; Moisés 2–3 y Abraham 4–5, medite en estos capítulos y anote sus impresiones espirituales. Ven, sígueme para uso individual y familiar, así como las ideas siguientes, pueden ayudarle a entender y enseñar la doctrina de estos capítulos. Mientras estudie, piense en las personas a las que enseña y en cómo puede ayudarles a entender las verdades que se enseñan en estos pasajes.
Cómo mejorar nuestra enseñanza
Ayude a los alumnos a comparar las Escrituras a sí mismos Los mismos principios del Evangelio que inspiraron a Adán y Eva, Abraham, Ester y Job pueden ayudar a las personas a las que enseña a hacer frente a los desafíos actuales. Aliente a los alumnos a aplicar esos principios a sus propias situaciones. (Véase 1 Nefi 19:23; Enseñar a la manera del Salvador, pág. 21).
Invitar a compartir
Invite a los miembros de la clase a compartir sus reflexiones y descubrimientos. Al hacerlo, acuérdese de mantener el análisis centrado en la doctrina y los pasajes de las Escrituras. Podría pedir a los miembros de la clase que compartan sus versículos favoritos de la lectura de esta semana y por qué esos versículos son significativos para ellos.
Enseñar la doctrina
Génesis 1:1–25; Moisés 2:1–25; Abraham 4:1–25
Jesucristo creó la tierra bajo la dirección del Padre Celestial.
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Quizás los miembros de la clase ya estén familiarizados con estos versículos. Considere invitarlos a compartir lo que aprendan acerca de la Creación según los lean. También podría mostrarles imágenes de las bellas creaciones de Dios mientras un miembro de la clase lee Doctrina y Convenios 59:18–20; o invite con antelación a algunos miembros de la clase para que compartan fotos que hayan tomado o que tengan en sus hogares. Invite a los miembros de la clase a compartir las creaciones de las cuales se sienten particularmente agradecidos.
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Tal vez los miembros de la clase hayan notado las diferencias entre los relatos de la Creación en Génesis y en Moisés. Aliéntelos a compartir lo que aporta la Traducción de José Smith (en Moisés) a nuestro entendimiento de la Creación. A fin de permitir que más personas puedan compartir, divida la clase en grupos de a dos y pida a una persona que lea el relato en Génesis mientras la otra sigue la lectura en Moisés fijándose en cualquier diferencia importante. Algunos de los versículos que tienen diferencias importantes se mencionan en “Recursos adicionales para Génesis 1–2; Moisés 2–3; Abraham 4–5”.
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Tal vez a los jóvenes les guste crear carteles que representen cada día de la Creación. Cada joven podría crear un dibujo de lo que sucedió cierto día. Tal vez los jóvenes se encuentren con ideas concernientes al origen de la tierra que son incongruentes con el registro de las Escrituras. ¿Qué desea el Señor que sepan acerca de la Creación? ¿Por qué es importante para los jóvenes entender los mensajes del Señor en el relato de la Creación en las Escrituras? Tal vez resulte útil compartir Doctrina y Convenios 101:32–34 como parte de este análisis.
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Cuando Dios creó a Adán y Eva, les dio dominio sobre la tierra y las criaturas que hay en ella. ¿Cómo nos ayuda Doctrina y Convenios 59:16–21; 104:13–18 a entender mejor lo que significa ejercer un dominio justo sobre la tierra?
Génesis 1:26–30; Moisés 2:26–30
Somos creados a imagen de Dios.
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¿Por qué es importante para los miembros de la clase comprender que fueron creados a imagen de Dios? ¿Cómo puede ayudarles a meditar en esta verdad? Podrían leer Moisés 2:26–30 y Génesis 1:26–30 como clase e invitar a los miembros de la clase a compartir cómo esta verdad afecta la manera en que se ven a sí mismos, a los demás y a Dios. Podrían profundizar más en sus reflexiones con himnos tal como “Oh mi Padre” o “Soy un hijo de Dios” (Himnos, nros. 187, 196).
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En el video “God’s Greatest Creation” [La más grande creación de Dios] (LDS.org), el presidente Russell M. Nelson da testimonio de los sorprendentes atributos del cuerpo humano (véase también “Demos gracias a Dios”, Liahona, mayo de 2012, págs. 77–80). ¿Cómo este video aumenta nuestra gratitud por las verdades de Génesis 1:26–30 y Moisés 2:26–30?
2:48
Génesis 1:27–28; Moisés 3:18, 21–25; Abraham 5:14–19
El matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios.
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La noción del mundo sobre el matrimonio difiere cada vez más de la verdad eterna. A fin de ayudar a la clase a aprender acerca de la noción de Dios sobre el matrimonio, podría invitarlos a leer los versículos anteriores y anotar en la pizarra las verdades que encuentren. ¿Cuáles de estas verdades se refuerza en la Proclamación para la familia? ¿Cómo ésta difiere de la idea que el mundo tiene del matrimonio? Invite a los miembros de la clase a practicar cómo explicarían nuestras creencias sobre el matrimonio a alguien que piensa de otra manera (véase también “Recursos adicionales para Génesis 1–2; Moisés 2–3; Abraham 4–5”).
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Invite a los miembros de la clase a compartir alguna reflexión útil que hallen en estos versículos acerca del fortalecimiento del matrimonio. ¿Qué palabras y frases enseñan acerca del ideal al que Dios desea que aspiremos en el matrimonio? Esta podría ser una buena oportunidad para que algunas parejas casadas compartan lo que hacen para ser una “ayuda idónea” el uno para el otro o “allegarse” el uno al otro. Para aprender más acerca de esta doctrina, consulte la reseña de estudio de esta semana de Ven, sígueme para uso individual y familiar.
Alentar el aprendizaje en el hogar
Tal vez los miembros de la clase sepan que la Caída trajo el pecado y la muerte al mundo, y separó a Adán y a Eva de la presencia de Dios. Desafíe a los miembros de la clase a buscar las bendiciones y oportunidades que supuso la Caída para Adán y Eva mientras estudian Génesis 3–4 y Moisés 4–5 esta semana.
Recursos adicionales para Génesis 1–2; Moisés 2–3; Abraham 4–5
Principales diferencias entre Génesis 1–2 y Moisés 2–3
La familia es fundamental en el plan de Dios.
“…alentamos a todos a tener presentes los propósitos de nuestro Padre Celestial al crear la tierra y al disponer nuestro nacimiento terrenal y experiencia aquí, como Sus hijos (véase Génesis 1:27–28; 2:24). El matrimonio entre un hombre y una mujer fue instituido por Dios y es fundamental en el plan que Él tiene para Sus hijos y para el bienestar de la sociedad… Dios espera que defendamos y guardemos Sus mandamientos pese a las opiniones o tendencias divergentes de la sociedad. Su ley de castidad es clara: las relaciones sexuales son correctas únicamente entre un hombre y una mujer que estén legal y lícitamente casados como esposo y esposa” (“Church Instructs Leaders on Same-Sex Marriage”, 10 de enero de 2014, mormonnewsroom.org).
Los siguientes puntos podrían ser útiles para explicar por qué los profetas del Señor nos advierten contra todo lo que sea contrario al matrimonio entre un hombre y una mujer:
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La familia es un concepto eterno: todos formamos parte de la familia de Dios, y Su plan es que los hombres y las mujeres se casen y se sellen a fin de vivir como familias por la eternidad (véase Génesis 2:18, 21–25; 1 Corintios 11:11).
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Como parte del plan de Dios se manda a todo esposo y esposa a multiplicarse y henchir la tierra (véase Génesis 1:28) y educar a sus hijos en rectitud.
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El propósito final del plan de Dios es la exaltación en Su presencia, donde los esposos y las esposas fieles pueden tener un crecimiento y gozo eternos (véase D. y C. 132:19–21). No hay otra manera de lograr la exaltación (véase D. y C. 131:1–4).
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El Señor espera que tratemos con amor y caridad a quienes defiendan o participen en algo que no sea el plan de Dios para el matrimonio (como el concubinato o el matrimonio entre personas del mismo sexo). La verdadera caridad incluye el esforzarnos por invitarlos de manera amorosa y paciente a seguir el plan de Dios, que es el único plan de felicidad. En realidad, abrazar o respaldar alternativas al plan de Dios resulta más perjudicial que útil.
Música sobre la Creación
Cantar o escuchar la grabación del himno “Por la belleza terrenal” (Himnos, nro. 43) podría ayudar a los miembros de la clase a sentir gratitud por la belleza de las creaciones de Dios.