2020
La historia de la Navidad en el Libro de Mormón
Diciembre de 2020


Mensaje del Área

La historia de la Navidad en el Libro de Mormón

Esta es una época especial para aprender más, reflexionar y expresar gratitud por el nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo. Este sentimiento de gratitud puede iluminar la vida de nuestros amigos y familiares a medida que compartimos con ellos la historia de Su Nacimiento. Los invitamos a que puedan hacerlo también por medio de El Libro de Mormón al estudiar y meditar en los pasajes donde se registró este grandioso acontecimiento.

1 Nefi 11:13–21

“Y sucedió que miré, y vi la gran ciudad de Jerusalén, y también otras ciudades. Y vi la ciudad de Nazaret, y en ella vi a una virgen, y era sumamente hermosa y blanca.

“Y ocurrió que vi abrirse los cielos; y un ángel descendió y se puso delante de mí, y me dijo: Nefi, ¿qué es lo que ves?

“Y le contesté: Una virgen, más hermosa y pura que toda otra virgen.

“Y me dijo: ¿Comprendes la condescendencia de Dios?

“Y le respondí: Sé que ama a sus hijos; sin embargo, no sé el significado de todas las cosas.

“Y me dijo: He aquí, la virgen que tú ves es la madre del Hijo de Dios, según la carne.

“Y aconteció que vi que fue llevada en el Espíritu; y después que hubo sido llevada en el Espíritu por cierto espacio de tiempo, me habló el ángel, diciendo: ¡Mira!

“Y miré, y vi de nuevo a la virgen llevando a un niño en sus brazos.

“Y el ángel me dijo: ¡He aquí, el Cordero de Dios, sí, el Hijo del Padre Eterno! ¿Comprendes el significado del árbol que tu padre vio?”

Alma 7:9–13

“Mas he aquí, el Espíritu me ha dicho esto: Proclama a este pueblo, diciendo: Arrepentíos y preparad la vía del Señor, y andad por sus sendas, que son rectas; porque he aquí, el reino de los cielos está cerca, y el Hijo de Dios viene sobre la faz de la tierra.

“Y he aquí, nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados, y siendo ella virgen, un vaso precioso y escogido, a quien se hará sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo, dará a luz un hijo, sí, aun el Hijo de Dios.

“Y él saldrá, sufriendo dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases; y esto para que se cumpla la palabra que dice: Tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo.

“Y tomará sobre sí la muerte, para soltar las ligaduras de la muerte que sujetan a su pueblo; y sus debilidades tomará él sobre sí, para que sus entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne sepa cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos.

“Ahora bien, el Espíritu sabe todas las cosas; sin embargo, el Hijo de Dios padece según la carne, a fin de tomar sobre sí los pecados de su pueblo, para borrar sus transgresiones según el poder de su liberación; y he aquí, este es el testimonio que hay en mí”.

Helamán 14:1–9

“Y aconteció que Samuel el Lamanita profetizó muchísimas otras cosas que no pueden escribirse.

“Y les dijo: He aquí, os doy una señal; porque han de pasar cinco años más y, he aquí, entonces viene el Hijo de Dios para redimir a todos los que crean en su nombre.

“Y he aquí, esto os daré por señal al tiempo de su venida: porque he aquí, habrá grandes luces en el cielo, de modo que no habrá obscuridad en la noche anterior a su venida, al grado de que a los hombres les parecerá que es de día.

“Por tanto, habrá un día y una noche y un día, como si fuera un solo día y no hubiera noche; y esto os será por señal; porque os percataréis de la salida del sol y también de su puesta; por tanto, sabrán de seguro que habrá dos días y una noche; sin embargo, no se obscurecerá la noche; y será la noche antes que él nazca.

“Y he aquí, aparecerá una estrella nueva, tal como nunca habéis visto; y esto también os será por señal.

“Y he aquí, esto no es todo, habrá muchas señales y prodigios en el cielo.

“Y acontecerá que os llenaréis de asombro y admiración, a tal grado que caeréis al suelo.

“Y sucederá que el que creyere en el Hijo de Dios, tendrá vida sempiterna.

“Y he aquí, así me ha mandado el Señor, por medio de su ángel, que viniera y os dijera esto; sí, me ha mandado que os profetizara estas cosas; sí, me ha dicho: Clama a este pueblo: Arrepentíos, y preparad la vía del Señor”.