Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
El fortalecimiento de nuestro testimonio del Evangelio restaurado


Lección 46

El fortalecimiento de nuestro testimonio del Evangelio restaurado

Objetivo

Que los niños fortalezcan el testimonio de que Jesucristo restauró Su Iglesia verdadera por medio del profeta José Smith y que Jesucristo dirige la Iglesia en la actualidad.

Preparación

  1. Estudie, con oración, 2 Nefi 28:30, Éter 4:11 y los siguientes pasajes de las Escrituras que describen las partes de un testimonio:

    1. Doctrina y Convenios 19:16–19, 46:13, 76:22–23; José Smith—Historia 1:17. (Jesús es el Hijo de nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador.)

    2. Doctrina y Convenios 21:1–3135:3; José Smith—Historia 1:33. (José Smith fue el profeta por medio del cual Jesucristo restauró Su Iglesia sobre la tierra.)

    3. Moroni 10:3–5, Doctrina y Convenios 17:6. (El Libro de Mormón es verdadero.)

    4. Doctrina y Convenios 1:30115:4; José Smith—Historia 1:10–19. (La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única iglesia verdadera.)

    5. Doctrina y Convenios 1:38; 21:1, 4; 28:6–7. (En la actualidad, tenemos un profeta que nos dirige.)

    Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños los relatos y los acontecimientos históricos y de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, págs. VI–VIII y “La enseñanza de los acontecimientos históricos y de las Escrituras”, págs. VIII–X.)

  2. Lectura complementaria: Principios del Evangelio (31110 002), capítulos 16–17.

  3. Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.

  4. Prepare tiras de cartulina o papel con las siguientes inscripciones:

    • Puedo fortalecer mi testimonio de que:

    • Jesucristo es el Hijo de nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador.

    • José Smith fue el profeta por medio del cual Jesucristo restauró Su Iglesia sobre la tierra.

    • El Libro de Mormón es verdadero.

    • La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única iglesia verdadera.

  5. Materiales necesarios:

    1. Un Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio para cada niño.

    2. Varios libros de referencias, como por ejemplo, un diccionario o enciclopedia; revistas, como la Liahona, o libros de texto apropiados para utilizar en la Primaria.

    3. Una lámina o fotografía del profeta actual (de la biblioteca del centro de reuniones o de la revista Liahona); varias láminas elegidas de lecciones anteriores para ilustrar los acontecimientos que repasará a medida que enseñe el relato de las Escrituras.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.

Actividad para despertar el interés

Escriba la palabra conocimiento en la pizarra.

• ¿En qué forma se aprenden cosas nuevas y se adquiere conocimiento?

Reparta entre los niños los libros de referencias, las revistas o los libros de texto y pídales que busquen rápidamente algo de lo que puedan hablar brevemente al resto de la clase. (Si tiene más niños que libros, haga pequeños grupos para que trabajen en conjunto.) Una vez que los niños hayan hablado al resto de la clase sobre lo que encontraron, explique que obtener conocimiento es importante, pero que el saber que el Evangelio de Jesucristo es verdadero es el conocimiento más importante que puedan adquirir. Ese conocimiento se llama testimonio. Escriba la palabra testimonio en la pizarra junto al término conocimiento.

• ¿Cómo se adquiere un testimonio?

Lea 2 Nefi 28:30 junto con los niños y analicen el significado de esos versículos. Explique que el testimonio del Evangelio lo adquirimos poco a poco. A medida que aprendemos algunas cosas acerca del Evangelio y vivimos de acuerdo con él, adquirimos más conocimiento y fortalecemos la fe que tenemos en lo que ya hemos aprendido. Al vivir los principios del Evangelio, el Espíritu Santo nos ayuda a saber que son verdaderos. Pida a los niños que presten atención a la siguiente cita para saber la forma en que el presidente Joseph F. Smith, sexto Presidente de la Iglesia, obtuvo su testimonio. Lea la siguiente cita, o pida a uno de los niños que lo haga:

“…frecuentemente iba y le pedía al Señor que me manifestara alguna cosa maravillosa, a fin de que pudiese recibir un testimonio. Pero el Señor no me concedió milagros, y me mostró la verdad, línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí… No tuvo que enviar un ángel de los cielos para hacerlo… Mediante el susurro de la voz quieta y delicada del Espíritu del Dios viviente Él me dio el testimonio que poseo” (Joseph F. Smith, Doctrina del Evangelio, pág. 7).

Ponga de manifiesto que, aun cuando José F. Smith llegó a ser un profeta, no obtuvo su testimonio de forma espectacular, sino poco a poco.

Indique a los niños que en esta lección analizarán algunas de las partes básicas de un testimonio del Evangelio, repasarán lo que ya saben acerca de ellas y aprenderán sobre la forma de fortalecer sus testimonios del Evangelio.

La enseñanza de las Escrituras

Ponga a la vista la tira de cartulina Puedo fortalecer mi testimonio de que:. Analice con los niños qué es un testimonio. Explíqueles que un testimonio es un conocimiento, el cual el Espíritu Santo confirma que es verdad. Es importante que los niños comprendan que, a medida que estudiamos el Evangelio y oramos sobre lo que aprendemos, el Espíritu Santo nos hace saber que el Evangelio de Jesucristo es verdadero.

Coloque las demás tiras de cartulina, una por una, y a medida que lo haga utilice los pasajes de las Escrituras que se encuentran en la sección “Preparación” y las preguntas para analizar y aplicar con el fin de enseñar a los niños las partes básicas de un testimonio del Evangelio de Jesucristo. Si lo desea, repase (o pida a uno de los niños que lo haga) los acontecimientos analizados en las lecciones anteriores, mostrando las láminas en los momentos apropiados, para que los niños comprendan mejor las partes que componen un testimonio.

Después de analizar lo escrito en las tiras de cartulina, trate de que los niños entiendan que el testimonio que recibimos por medio del Espíritu Santo de que esas cosas son verdaderas es ese sentimiento que se experimenta cuando escuchamos que Jesucristo es el Hijo del Padre Celestial y nuestro Salvador, que José Smith fue el profeta por medio del cual Jesucristo restauró Su Iglesia sobre la tierra, que el Libro de Mormón es verdadero, que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única iglesia verdadera y que en la actualidad tenemos un profeta que nos dirige.

Es importante que los niños comprendan que ellos ya han empezado a tener un testimonio y que para fortalecerlo deben estudiar el Evangelio, orar acerca de él, obedecer los mandamientos de nuestro Padre Celestial y dar a conocer su testimonio a otras personas (véase las actividades complementarias Nº 1, 2, 3 y 5). Explique que, cuando expresamos nuestro testimonio a los demás, debemos incluir las partes básicas del testimonio.

Preguntas para analizar y aplicar

Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.

• ¿Quién es Jesucristo? (José Smith—Historia 1:17.) ¿De qué manera es Jesús nuestro Salvador? (D. y C. 19:16–19; 46:13.) ¿Cómo sabemos que Jesucristo es nuestro Salvador?

• ¿Qué aprendieron acerca de Jesucristo cuando aprendieron sobre la Primera Visión y la aparición de Jesucristo en el Templo de Kirtland? ¿En qué forma esas cosas fortalecen el testimonio que ustedes tienen de que Jesucristo es el Hijo de Dios y nuestro Salvador?

• ¿Cómo supo José Smith a qué Iglesia debía unirse? (José Smith—Historia 1:10–19.) ¿De qué manera el imitar el ejemplo de José Smith fortalece nuestro testimonio del Evangelio?

• ¿Qué restauró Jesucristo sobre la tierra por medio de José Smith? ¿Cómo sabemos que José Smith fue el profeta mediante el cual Jesucristo restauró Su Iglesia? (Véase la actividad complementaria Nº 4.)

• ¿De qué manera ayudó José Smith al Salvador en la restauración de la Iglesia verdadera sobre la tierra? (D. y C. 135:3; si lo desea, pida a los niños que hablen acerca de los diferentes acontecimientos que contribuyeron a la restauración de la Iglesia de Jesucristo; por ejemplo, la aparición de Moroni a José Smith, el recibo de las planchas por José Smith, la traducción de las planchas por José Smith o la organización de la Iglesia por José Smith.)

• ¿Por qué es importante leer y estudiar el Libro de Mormón a través de nuestra vida? ¿Cómo podemos obtener un testimonio de que el Libro de Mormón es verdadero? (Moroni 10:3–5; es importante que los niños comprendan que podemos utilizar el procedimiento que se describe en Moroni 10:3–5 para obtener un testimonio de cualquier principio del Evangelio y no solamente de que el Libro de Mormón es verdadero.)

• ¿Por qué fue necesario restaurar la Iglesia de Jesucristo? (José Smith— Historia 1:19; D. y C. 1:30.) ¿Cómo sabemos que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la iglesia verdadera?

• ¿Cuál es el nombre completo de la Iglesia? (D. y C. 115:4.) ¿Quién le puso ese nombre a la Iglesia? Explique a los niños que Jesucristo mismo le dijo a José Smith el nombre de la Iglesia. Recuérdeles que el nombre de la Iglesia significa que esta es la Iglesia de Jesucristo sobre la tierra en la actualidad.

• ¿Quién está a la cabeza de la Iglesia hoy día? (Jesucristo.) ¿Quién es el líder de la Iglesia sobre la tierra? (El profeta actual.) Lea, o pida a uno de los niños que lo haga, la siguiente cita del presidente Gordon B. Hinckley, decimoquinto Presidente de la Iglesia: “Esta Iglesia no pertenece a su Presidente. A la cabeza de ella está el Señor Jesucristo, cuyo nombre cada uno de nosotros ha tomado sobre sí” (“Esta es la obra del Maestro”, Liahona, julio de 1995, pág. 80).

• Muestre una fotografía del profeta actual. ¿Quién es este hombre? ¿Qué saben acerca de él? (Dé a cada uno de los niños la oportunidad de decir algo que sepan del profeta.) ¿Qué hace el profeta? (Nos enseña lo que nuestro Padre Celestial y Jesucristo desean que sepamos o hagamos; véase D. y C. 1:38; 21:1, 4.)

• ¿Cómo sabemos que en la actualidad nos guía un profeta viviente?

• ¿Qué constituye un testimonio del Evangelio de Jesucristo? ¿Cómo recibimos un testimonio? (Por medio del Espíritu Santo; véase Éter 4:11.)

• ¿Por qué es importante para cada uno de nosotros tener un testimonio del Evangelio? ¿De qué manera fortalecemos nuestro testimonio? (Véase las actividades complementarias Nº 1, 2, 3 y 5.)

• ¿De qué manera el aprender este año acerca del libro de Doctrina y Convenios y la historia de la Iglesia ha fortalecido el testimonio que tenían del Evangelio?

Actividades complementarias

En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:

  1. Haga hincapié en la importancia que tiene que cada uno de los miembros de la Iglesia tenga un testimonio del Evangelio de Jesucristo. Lea o pida a uno de los niños que lea la siguiente cita del presidente Harold B. Lee, undécimo Presidente de la Iglesia:

    “Deben dejarse guiar por la luz que llevan dentro [su propio testimonio]. Si no lo tienen, no podrán permanecer” (Stand Ye in Holy Places [Salt Lake City: Deseret Book Company, 1974], pág. 95).

    Explique que mientras nuestro testimonio crece, los testimonios de otras personas nos sirven de ayuda; por ejemplo, nosotros creemos que el Libro de Mormón es verdadero porque sabemos que nuestros padres, el obispo y el profeta actual saben que es verdadero. Sin embargo, cada uno de nosotros debe esforzarse por obtener su propio testimonio y mantenerlo fuerte.

    Pida a los niños que, de a uno, ilustren en la pizarra formas en las cuales podemos fortalecer nuestro testimonio; por ejemplo, prestando atención a lo que dice el profeta, orando, leyendo las Escrituras, siendo misioneros, asistiendo a la Iglesia, participando en las noches de hogar, dando discursos en la Primaria, cantando en la Primaria, obedeciendo la Palabra de Sabiduría y tomando decisiones correctas. (Si lo desea, escriba algunas sugerencias en distintas hojas de papel para que los niños elijan o haga que los niños piensen sus propias sugerencias.) Pida al resto de la clase que trate de adivinar las ilustraciones que el niño haya hecho en la pizarra.

    Después que cada uno de los niños haya tenido su turno, pregunte:

    • ¿En qué forma todas esas cosas han fortalecido su testimonio? ¿Qué podría pasarle a su testimonio si decidieran no hacer más esas cosas?

  2. Escriba la palabra testimonio en un globo sin inflar y pida que los niños sugieran cosas que harían crecer su testimonio; tales como orar, leer las Escrituras y dar a conocer su testimonio a otras personas (véase las sugerencias de la actividad complementaria Nº 1). A medida que los niños digan sus sugerencias, vaya inflando el globo. Analice la forma en que, al igual que el globo, el testimonio crece a medida que hacen las cosas que han sugerido.

    • ¿Qué pasará con nuestro testimonio si no hacemos esas cosas?

    Lentamente deje escapar el aire del globo y explique que si no hacemos nada para mantener nuestro testimonio en crecimiento, al igual que el globo, se hará cada vez más pequeño.

  3. Explique a los niños que el obtener un testimonio se puede comparar con el hecho de sembrar una semilla. Lea y analice con los niños Alma 32:36–39.

  4. Relate la siguiente experiencia que tuvo el presidente Gordon B. Hinckley, decimoquinto Presidente de la Iglesia, en una reunión de sacerdocio cuando contaba apenas con doce años de edad: “El salón se encontraba lleno de hombres… que elevaban sus voces al unísono cantando ese extraordinario himno: ‘Al gran Profeta rindamos honores. Fue ordenado por Cristo Jesús a restaurar la verdad a los hombres y entregar a los pueblos la luz’ [Loor al Profeta, Himnos, N° 15]… En ese momento sentí dentro de mi corazón la convicción de que ese hombre [José Smith], al cual cantaban, fue realmente un profeta de Dios. Me siento muy agradecido de poder decir que esa convicción que recibí, según creo, por el poder del Espíritu Santo, nunca me ha abandonado”.

    Pida a los niños que relaten experiencias que hayan tenido, en las cuales, por medio del Espíritu Santo, hayan sentido con gran fuerza dentro de sí que el Evangelio (o algún otro principio del Evangelio) es verdadero. Si lo desea, relate alguna experiencia que usted haya tenido al respecto.

  5. Pida a uno de los niños que lea la siguiente cita del élder Bruce R. McConkie, miembro fallecido del Quórum de los Doce Apóstoles:

    “¿Quisierais tener una fórmula en cuanto a cómo obtener revelación personal? Ésta se podría escribir de muchas maneras. La mía consiste sencillamente en lo siguiente:

    “1. Escudriñar las Escrituras

    “2. Obedecer los mandamientos

    “3. Pedir con fe”

    (“Cómo obtener revelación personal”, Liahona, mayo de 1981, pág. 9).

    • ¿Cómo aplicó José Smith esta fórmula? ¿Cómo pueden aplicarla ustedes?

    Si lo desea, escriba esta fórmula en pequeñas tarjetas u hojas de papel para que los niños las lleven a casa y las coloquen en un lugar visible y de esa forma recuerden siempre que deben fortalecer continuamente sus testimonios.

  6. Pregunte a los niños qué piensan con respecto a una o más de las declaraciones escritas en las tiras de cartulina que se utilizaron durante la lección. Es importante que ellos se den cuenta de que el buen sentimiento que tienen con respecto a la Iglesia y sus enseñanzas es el comienzo de un testimonio.

  7. Canten o repitan la letra de las canciones “La Iglesia de Jesucristo” (Canciones para los niños, pág. 48) o “Yo sé que vive mi Señor” (Himnos, No. 73).

Conclusión

Testimonio

Haga hincapié en lo importante que es que todos los miembros de la Iglesia tengan un testimonio personal del Evangelio de Jesucristo. Recuerde a los niños que ellos ya tienen el comienzo de uno y que por medio del estudio y de la oración pueden fortalecerlo. Exprese la gratitud que siente hacia Jesucristo, hacia el profeta José Smith, hacia el Libro de Mormón, hacia la Iglesia y hacia el profeta actual. Hable sobre las experiencias que haya tenido al obtener su testimonio y pida a los niños que expresen lo que sienten acerca del Evangelio.

Inste a los niños a hablar de sus testimonios con sus respectivas familias.

Sugerencias de lectura

Sugiera que los niños estudien en casa Moroni 10:3–5 y Doctrina y Convenios 1:30, 76:22–23 como repaso de la lección de hoy.

Sugerencias para que los niños hablen con la familia

Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella la “Sugerencia de lectura” que tienen para estudiar en casa.

Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.