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Lección 21 — Material de preparación para la clase: La doctrina del matrimonio eterno y la familia


“Lección 21 — Material de preparación para la clase: La doctrina del matrimonio eterno y la familia”, Fundamentos de la Restauración: Material para el maestro, 2019

“Lección 21 — Material de preparación para la clase”, Fundamentos de la Restauración: Material para el maestro

Lección 21 — Material de preparación para la clase

La doctrina del matrimonio eterno y la familia

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pareja frente a un templo

El presidente Dallin H. Oaks ha enseñado: “El objetivo de la vida terrenal y de la misión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es preparar a los hijos y a las hijas de Dios para su destino: llegar a ser como nuestros Padres Celestiales” (“La atracción entre personas del mismo sexo”, Liahona, marzo de 1996, pág. 14). Al estudiar la doctrina del matrimonio eterno y la familia, determina los principios que pueden ayudarte a comprender de qué manera el matrimonio y la familia nos preparan para ser más como nuestros Padres Celestiales.

Sección 1

¿Cuáles son los objetivos del matrimonio en el plan eterno de Dios?

En 1831, un miembro de la Iglesia recientemente bautizado llamado Leman Copley visitó al profeta José Smith. Leman había sido previamente miembro de los tembladores, una secta religiosa que rechazaba el matrimonio y creía que el celibato total (abstención de relaciones sexuales) era la mayor muestra de devoción cristiana. Después de la visita de Leman, el profeta José Smith preguntó al Señor acerca de las enseñanzas de los tembladores y recibió la revelación que se encuentra en Doctrina y Convenios 49. (Tal vez te resulte útil leer la introducción de esa sección). Considera marcar palabras y frases en el siguiente pasaje de las Escrituras que enseña sobre la doctrina del Señor en cuanto al matrimonio.

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Lee Doctrina y Convenios 49:15–17 (véase también Jacob 2:27–30).

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó por qué el matrimonio es ordenado por Dios. Podrías marcar lo que te llame la atención de su declaración.

Hay dos razones doctrinales convincentes que nos ayudan a entender por qué el matrimonio eterno es esencial para el plan del Padre.

Razón 1: La naturaleza del espíritu del hombre y la naturaleza del espíritu de la mujer se complementan y se perfeccionan mutuamente y, por tanto, se ha dispuesto que progresen juntos hacia la exaltación […].

… A fin de llevar a cabo el plan de felicidad se necesitaba la combinación singular de facultades espirituales, físicas, mentales y emocionales tanto de hombres como de mujeres. Solos, ni el hombre ni la mujer podrían cumplir con los propósitos de su creación […].

Razón 2: Por designio divino, se necesitan tanto el hombre como la mujer para traer hijos a la tierra y para proporcionar el mejor entorno para la crianza y el cuidado de los hijos.

El mandamiento que se dio antiguamente a Adán y a Eva de multiplicarse y henchir la tierra permanece en vigor hoy día […]. Por tal razón, el matrimonio entre un hombre y una mujer es el conducto autorizado por el cual los espíritus entran en la tierra […].

El hogar en el que haya un esposo y una esposa leales y llenos de amor es el entorno supremo en el que se puede criar a los hijos en amor y rectitud, y en el que se pueden satisfacer las necesidades espirituales de los hijos. Del mismo modo que las características singulares tanto del hombre como de la mujer contribuyen a la plenitud de la relación matrimonial, esas mismas características son vitales para la crianza, el cuidado y la enseñanza de los hijos. (David A. Bednar, “El matrimonio es esencial para Su plan eterno”, Liahona, junio de 2006, págs. 51–52)

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¿Cómo podrías explicar por qué el matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para el plan del Padre Celestial?

Sección 2

¿Cuáles son algunas de las bendiciones del matrimonio eterno?

En Nauvoo, José Smith empezó a enseñar más ampliamente la doctrina del matrimonio eterno. Esta era una doctrina nueva y asombrosa para los santos; la mayoría de ellos creía que el matrimonio finalizaba con la muerte.

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José y Emma Smith

Representación de José y Emma Smith, quienes fueron sellados el uno al otro por la eternidad en mayo de 1843.

El élder Parley P. Pratt, del Cuórum de los Doce Apóstoles, describió cómo se sintió cuando el Profeta le enseñó acerca de la posibilidad del matrimonio eterno.

De [José Smith] aprendí que la esposa de mi corazón podía quedar ligada a mí por el tiempo y por toda la eternidad […]. Fue de él que aprendí que podemos cultivar esos afectos, que pueden crecer y aumentar hasta la eternidad, mientras que el resultado de nuestra unión imperecedera será una posteridad tan numerosa como las estrellas del cielo o las arenas del mar […].

Yo había amado antes, pero no sabía el porqué; mas ahora amaba con una pureza, una intensidad de un sentimiento elevado y exaltado. (Autobiography of Parley P. Pratt, editado por Parley P. Pratt, hijo, 2007, pág. 260)

En 1843, el Profeta dictó la revelación ahora registrada en Doctrina y Convenios 132, la cual incluye la doctrina del matrimonio eterno.

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Lee Doctrina y Convenios 132:19–20.

El presidente Russell M. Nelson explicó:

A fin de ser merecedores de la vida eterna, debemos hacer un convenio eterno y sempiterno con nuestro Padre Celestial [véase Doctrina y Convenios 132:19]. Esto significa que el matrimonio en el templo no es solo entre esposo y esposa, sino que es una sociedad que incluye a Dios [véase Mateo 19:6] […].

… Cuando una familia se sella en el templo, esa familia puede llegar a ser tan eterna como lo es el reino de Dios [véase Doctrina y Convenios 132:19–20]. (Véase Russell M. Nelson, “El matrimonio celestial”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 93)

Las bendiciones del matrimonio eterno no son solamente para la próxima vida. Aquellos que se esfuerzan por guardar sus convenios fielmente pueden disfrutar de las bendiciones del matrimonio eterno también en esta vida. El presidente Thomas S. Monson enseñó:

Si escogen con prudencia, y si están dedicados al éxito del matrimonio, no hay nada en la vida que les traerá más felicidad. (“El poder del Sacerdocio”, Liahona, mayo de 2011, pág. 67)

Algunos miembros de la Iglesia tienen preguntas en cuanto a las circunstancias que no permiten que algunas personas experimenten ahora las bendiciones del matrimonio eterno y la familia. El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, abordó este tema:

El declarar las verdades fundamentales relacionadas con el matrimonio y la familia no es pasar por alto ni disminuir los sacrificios y éxitos de aquellos para quienes ese ideal no es una realidad actual. Algunos de ustedes no gozan de la bendición de un matrimonio por razones que incluyen la falta de candidatos viables, la atracción hacia el mismo sexo, las discapacidades físicas o mentales, o simplemente el miedo al fracaso que, por el momento al menos, eclipsa la fe. Quizás se hayan casado, pero ese matrimonio terminó y ahora están solos para manejar lo que dos personas apenas pueden sustentar. Algunos que están casados no pueden tener hijos, a pesar de grandes deseos y oraciones fervientes […].

… Con confianza testificamos que la expiación de Jesucristo ha previsto, y al final compensará, todas las privaciones y pérdidas para aquellos que se vuelvan a Él. Nadie está predestinado a recibir menos que todo lo que el Padre tiene para Sus hijos. (D. Todd Christofferson, “El porqué del matrimonio, el porqué de la familia”, Liahona, mayo de 2015, págs. 52–53)

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Todos los matrimonios, especialmente los eternos, requieren esfuerzo y compromiso por parte de cada cónyuge. Conversa con una pareja casada que conozcas y que tengan un matrimonio fuerte y amoroso, y pregúntales qué han hecho para edificarlo. Además, pregúntales cómo el matrimonio ha enriquecido sus vidas como resultado. Prepárate para compartir con la clase lo que has aprendido.

Sección 3

¿Por qué debo defender la doctrina del Señor en cuanto al matrimonio y la familia?

Al seguir progresando la Restauración, el Señor ha inspirado a Sus profetas para que hagan hincapié en la doctrina del matrimonio y la familia. En la reunión general de la Sociedad de Socorro de septiembre de 1995, el presidente Gordon B. Hinckley leyó “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”. La conclusión de la proclamación enseña que debemos defender la doctrina del Señor en cuanto al matrimonio y la familia.

… [A]dvertimos que la desintegración de la familia traerá sobre las personas, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos.

Hacemos un llamado a los ciudadanos responsables y a los funcionarios de gobierno de todas partes para que fomenten aquellas medidas designadas a fortalecer a la familia y a mantenerla como la unidad fundamental de la sociedad. (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, ChurchofJesusChrist.org)

La hermana Julie B. Beck, quien fue Presidenta General de la Sociedad de Socorro, explicó la necesidad de estudiar la doctrina de la familia que se encuentra en “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”.

A esta generación se le requerirá defender la doctrina de la familia como nunca antes. Si no la conocen, no podrán defenderla […].

El presidente [Spencer W.] Kimball dijo:

“Muchas de las restricciones sociales que en el pasado contribuyeron a reforzar y moldear a la familia están desapareciendo. Llegará una época en la que solo quienes crean profunda y activamente en la familia serán capaces de preservar a sus familias en medio de la maldad que les circundará” [Véase Spencer W. Kimball, “La familia puede ser eterna”, Liahona, febrero de 1981, pág. 5]. (Véase Julie B. Beck, “Enseñar la doctrina de la familia”, Liahona, marzo de 2011, pág. 37)

La hermana Bonnie L. Oscarson, quien fue Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, enseñó:

… [E]s preciso que defendamos intrépidamente las doctrinas reveladas del Señor sobre el matrimonio, la familia, la función divina del hombre y de la mujer, y la importancia del hogar como un lugar sagrado; aun cuando el mundo declare a voces que esos principios están pasados de moda, son restrictivos o ya no son importantes. Toda persona, sea cual sea su estado civil, o cuántos hijos tenga, puede ser defensora del plan del Señor que se describe en la proclamación sobre la familia. Si es el plan del Señor, ¡también debe ser nuestro plan! […]

… Seamos defensoras del matrimonio que el Señor ha ordenado, al mismo tiempo que continuamos demostrando amor y compasión por aquellos que tienen puntos de vista diferentes. (Bonnie L. Oscarson, “Defensoras de la Proclamación sobre la Familia”, Liahona, mayo de 2015, págs. 15–16)

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En tu diario o en el espacio que se ha proporcionado, escribe tus pensamientos en cuanto a cómo un joven adulto puede ser un defensor del matrimonio y la familia. ¿Has defendido alguna vez la doctrina del matrimonio? ¿Cómo fue esa experiencia?