Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
El ser buenos ciudadanos


Lección 44

El ser buenos ciudadanos

Objetivo

Animar a los miembros de la Iglesia a ser buenos ciudadanos al participar en el gobierno, obedecer la ley y fortalecer la comunidad.

Preparación

  1. Estudie los pasajes de las Escrituras y los demás materiales que se indican a continuación, y ore al respecto:

    1. Doctrina y Convenios 58:21–22, 26–28; 98:4–10; 134; Artículos de Fe 1:12.

    2. Nuestro Legado, páginas 133–134, donde se menciona el servicio que prestó el élder Ezra Taft Benson como Secretario de Agricultura de los Estados Unidos de América.

  2. Repase el material correspondiente a esta lección en la Guía de estudio para el miembro de la clase (35686 002) y planifique la forma en que lo utilizará durante la lección.

  3. Para obtener una mayor comprensión de los acontecimientos históricos relacionados con la doctrina de esta lección, considere repasar los siguientes:

    1. “De gobiernos y leyes.”

    2. “El ministerio de Ezra Taft Benson: Un Santo de los Últimos Días en Washington, D. C.”

    3. Material histórico adicional para esta lección.

Nota al maestro: Los gobiernos y las leyes varían entre los diversos países y las diversas culturas. Tenga muy presentes las condiciones locales al decidir lo que tratará en esta lección. En algunas áreas será preferible dedicar la mayor parte del tiempo de la clase a tratar la tercera sección de la lección. Evite el intercambio de opiniones que anime la controversia y la crítica. Recuerde que los líderes de la Iglesia siempre nos han enseñado a trabajar dentro de la ley para llevar a cabo los cambios que haga falta hacer.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Actividad para despertar el interés

Si lo considera apropiado, utilice la siguiente actividad o una de su preferencia para comenzar la lección.

Explique que en 1952, el entonces presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, pidió al élder Ezra Taft Benson, que era miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, que ocupara el cargo de Secretario de Agricultura del país. Con el aliento del Presidente de la Iglesia, David O. McKay, el élder Benson aceptó el nombramiento y lo cumplió bien. En el discurso que pronunció en la primera conferencia general después de haber llegado a ser Secretario de Agricultura, dijo:

“Me siento feliz por el privilegio de servir, en pequeña medida al menos, a este gran país y al gobierno bajo el cual vivimos. Estoy agradecido a la Primera Presidencia y a mis hermanos porque han estado dispuestos no tan sólo a dar su consentimiento, sino también su bendición al responder yo al llamamiento del primer mandatario” (en “Conference Report”, abril de 1953, pág. 40).

• ¿Por qué consideran ustedes que se alentó al élder Benson a aceptar esa responsabilidad?

Explique que los líderes de la Iglesia nos han alentado a ser buenos ciudadanos y a fortalecer nuestras comunidades y nuestros países. Hay muchas maneras de ser buenos ciudadanos; entre ellas se cuentan el participar en los procedimientos gubernamentales o políticos, obedecer la ley y prestar servicio en nuestras comunidades. En esta lección se tratan las enseñanzas del Señor con respecto al gobierno y al ser buenos ciudadanos.

Análisis y aplicación

Con oración, escoja el material de la lección que satisfaga mejor las necesidades de los miembros de su clase. Aliente a éstos a compartir experiencias que se relacionen con los principios de las Escrituras.

1. El participar en el gobierno.

Explique que en agosto de 1835, en una asamblea general de la Iglesia que se celebró en Kirtland, Ohio, se aprobó unánimemente la declaración de la creencia con respecto a los gobiernos. Esa declaración se encuentra registrada en D. y C. 134.

• ¿Qué objetivos tienen los gobiernos civiles? (Véase D. y C. 134:1, 6–8, 11. Entre las respuestas se pueden mencionar las que se enumeran a continuación.)

  1. “…para el bien y la protección de la sociedad” (D. y C. 134:1).

  2. “…para proteger a los inocentes y castigar a los culpables” (D. y C. 134:6).

  3. “…para la protección de todo ciudadano en el libre ejercicio de su creencia religiosa” (D. y C. 134:7).

  4. “…para exigir reparación de toda injusticia y agravio” (D. y C. 134:11).

• ¿Qué podemos hacer en calidad de ciudadanos para cumplir con esos objetivos de los gobiernos?

Lea la siguiente declaración del élder L. Tom Perry, del Quórum de los Doce:

“Como miembros de la Iglesia, vivimos bajo la bandera de diversos países. (Cuán importante es que comprendamos cuál es nuestro lugar y posición en los varios países en que vivimos! Tenemos que conocer la historia, el patrimonio y las leyes que gobiernan nuestro respectivo país. En los países que nos otorgan el derecho de participar en los asuntos del gobierno, debemos utilizar nuestro libre albedrío y tomar parte activa en la causa de apoyar y defender los principios de la verdad, la justicia y la libertad” (“Una celebración conmemorativa”, Liahona, enero de 1998, pág. 70).

• ¿Cómo podemos apoyar y defender la verdad, la justicia y la libertad por medio de nuestra participación en el gobierno?

• En Doctrina y Convenios 134 se nos enseña que debemos buscar y sostener líderes que “administren la ley con equidad y justicia” (vers. 3). ¿Qué otras cualidades debemos buscar en las personas al escoger líderes que nos dirijan? (Véase, por ejemplo, D. y C. 98:10.) ¿Cómo podemos prepararnos para escoger sabiamente a los líderes?

Explique que, al participar en procedimientos gubernamentales y políticos, debemos actuar con el entendimiento de que la “Iglesia es neutral en asuntos de política y no patrocina partidos, plataformas ni candidatos políticos. Ningún candidato debe dar a entender que está patrocinado por la Iglesia ni por sus líderes. Los líderes y los miembros de la Iglesia deben evitar cualquier declaración o conducta que pueda interpretarse como patrocinio de la Iglesia para partidos o candidatos políticos” (Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2: Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, 1999, pág. 387).

2. El obedecer las leyes del país.

• ¿Cuál es nuestra responsabilidad con respecto a las leyes del país? (Véase D. y C. 58:21–22; 98:4–6; 134:5–6; Artículos de Fe 1:12.) ¿Cómo pueden tanto los padres como los maestros y los líderes enseñar a los niños a obedecer las leyes del país?

• ¿Cómo debemos tratar a los agentes de la policía y a los demás funcionarios civiles? (Véase D. y C. 134:3, 6.) ¿Cómo podemos manifestar nuestro agradecimiento por el trabajo que realizan?

• ¿Qué relación debe existir entre los gobiernos religiosos y los gobiernos civiles? (Véase D. y C. 134:4, 9. En estos versículos se enseña que el gobierno no debe imponer leyes sobre la religión a no ser que el ejercicio de la religión infrinja los derechos y las libertades de los demás.) ¿De qué manera puede la religión fortalecer el gobierno?

3. El fortalecer la comunidad.

Lea la siguiente declaración que se encuentra en el Manual de Instrucciones de la Iglesia:

“Los miembros deben cumplir su deber cívico apoyando aquellas medidas que fortalezcan moral, económica y culturalmente a la sociedad. Se les exhorta a participar activamente en buenas causas para mejorar la comunidad y hacer que sea un lugar sano donde vivir y criar a los hijos” (Libro 2, pág. 388).

Escriba en la pizarra: Fortalecer la comunidad.

• ¿De qué formas podemos fortalecer nuestra comunidad? (Utilice la información que se da a continuación para analizar las respuestas que den los miembros de la clase o para añadir sugerencias a las de ellos. Vaya anotando en la pizarra los encabezamientos a medida que los vayan tratando.)

Prestar servicio a los demás

• ¿Por qué es importante que los miembros de la Iglesia presten servicio en sus respectivas comunidades?

• ¿En qué obras de servicio a la comunidad han participado ustedes u otros miembros de la Iglesia? (Pida a los miembros de la clase que cuenten esas experiencias.) ¿Cómo se enteraron de que había una necesidad? ¿Qué hizo el grupo para que la obra de servicio tuviese éxito?

• ¿De qué modo personal e informal, han prestado servicio a la comunidad ustedes u otros miembros de la Iglesia?

• ¿Qué oportunidades de prestar servicio existen hoy en día en nuestra comunidad? (En la segunda sugerencia adicional para la enseñanza hallará ideas al respecto.) ¿Cómo podemos estar más al tanto de las oportunidades de prestar servicio en la comunidad? (Entre las respuestas se podría mencionar el leer los periódicos, hablar de las necesidades de la comunidad tanto en las reuniones de líderes de la Iglesia como en reuniones con funcionarios públicos para deliberar acerca de cómo podríamos ayudar.)

• ¿De qué maneras beneficia a la comunidad el servicio que se presta en ella? ¿En qué formas somos bendecidos cuando prestamos servicio?

Prestar servicio en cargos de servicio público ya sea por elección o por nombramiento

Lea la siguiente declaración de la Primera Presidencia a los miembros de la Iglesia:

“Instamos encarecidamente tanto a hombres como a mujeres a estar dispuestos a prestar servicio en el consejo de establecimientos de enseñanza, en los municipios, en las asambleas legislativas estatales y en otros altos cargos, ya sea por elección o por nombramiento” (carta de la Primera Presidencia, 15 de enero de 1998).

• ¿Podrían mencionar, a modo de ejemplo, algunos cargos de servicio público de nuestra comunidad? ¿Por qué las personas que ocupan esos cargos pueden hacer algo por el bien de la comunidad?

Apoyar causas o actividades dignas

• Lea con los miembros de la clase D. y C. 58:27. ¿Cómo podemos estar “anhelosamente consagrados” a causas buenas en la comunidad?

Cuente el relato que aparece a continuación de una mujer Santo de los Últimos Días que hizo una aportación importante a su comunidad, así como a su país, al apoyar una causa digna:

“Cuando Dolina Smith era presidenta de las Mujeres Jóvenes en la Estaca Ontario, Toronto, Canadá, en 1986, pidió a una persona experta que dirigiera la palabra en una charla fogonera acerca del creciente problema de la pornografía. Posteriormente, llegó a formar parte de un grupo a escala nacional llamado ‘Canadienses a favor de la decencia’, el cual anima a miles de canadienses que están en contra de la pornografía a ponerse en contacto con los funcionarios correspondientes cuando surgen inquietudes con respecto a la pornografía…

“…En 1990 su participación se incrementó al ser nombrada presidenta de dicho grupo ‘Canadienses a favor de la decencia’. Tras asumir su nueva función, ha hecho numerosas presentaciones a organismos provinciales y federales, así como a muchos grupos de ciudadanos que trabajan con gobiernos locales para poner freno a la propagación de la pornografía en sus comunidades” (Donald S. Conkey, “Together We Can Make a Difference”, Ensign, febrero de 1996, pág. 68).

• ¿Podrían nombrar algunas causas dignas que podamos apoyar en la comunidad? ¿Cómo podemos luchar de una manera apropiada en contra de las influencias malignas en nuestra comunidad?

• ¿Qué desafíos supone el prestar servicio en la comunidad? ¿Cómo podemos superar esos desafíos? (Uno de esos desafíos podría ser el programar el tiempo que debamos prestar servicio. Una forma de franquear esa barrera es que los miembros de la familia o los miembros del barrio presten servicio juntos cuando ello sea posible, puesto que eso permite a los miembros de la familia estar juntos en lugar de estar separados mientras prestan servicio.)

Conclusión

Comparta el siguiente mensaje del élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce:

“En la Iglesia, a menudo decimos: ‘Debemos estar en el mundo pero no ser del mundo’… Quizás debamos repetir la frase que mencioné anteriormente como dos advertencias separadas: Primero, ‘Estén en el mundo’. Participen; manténganse informados. Traten de entender y tolerar y apreciar a las diferentes personas. Hagan contribuciones significativas a la sociedad por medio del servicio y la participación. Segundo, ‘No sean del mundo’. No sigan las sendas erradas ni se dobleguen para adaptarse ni aceptar lo que no está bien…

“Los miembros de la Iglesia debemos tener más influencia sobre los demás que la que los demás tienen sobre nosotros. Debemos trabajar para detener la ola de pecado y maldad en vez de dejarla pasar indiferentes. Cada uno de nosotros debe ayudar a resolver el problema en vez de hacer oídos sordos o evitarlo” (véase “Los efectos de la televisión”, Liahona, julio de 1989, pág. 96).

Ponga de relieve que los Santos de los Últimos Días debemos ser buenos ciudadanos vivamos donde vivamos. Anime a los miembros de la clase a hacer lo que puedan por apoyar el buen gobierno y fortalecer sus comunidades.

Sugerencias adicionales para la enseñanza

Si lo desea, utilice una o más de las ideas que se dan a continuación con el fin de complementar la reseña que se sugiere para la lección.

1. Presentar un informe sobre servicios voluntarios en la comunidad

Con anticipación, dé a un miembro del barrio o de la rama la asignación de presentar un informe sobre los servicios voluntarios que se presten en la comunidad y sobre cómo se toma parte en ellos. O pida a un miembro de la clase que ya participe en algún tipo de servicio comunitario que explique lo que hace.

Como parte de la discusión de clase, haga hincapié en que no es preciso que los líderes de la Iglesia nos hagan un llamamiento o nos den una designación para que prestemos servicio en la comunidad en forma individual o en grupo.

2. Sugerencias de servicio comunitario

Si a los miembros de la clase les resultara difícil imaginar maneras de prestar servicio en la comunidad, si desea, podría mencionar las sugerencias que se dan a continuación. Como parte de la discusión de clase, pida a los miembros de la clase que lean Mateo 25:34–40.

Servicios de salud: Hacer ropa y preparar comida para personas que estén enfermas; cuidar de niños enfermos en un hospital o en el vecindario; llevar flores a personas internadas en un hospital que no tengan parientes; en días festivos especiales, recordar a personas que estén enfermas.

Servicios sociales: Ayudar a organizar o a dirigir grupos de personas que ayuden a los jóvenes a adquirir conocimientos prácticos; hacer demostraciones de costura, del arte de cocinar, de artesanía o de otras técnicas en orfanatos y en escuelas comunitarias o a personas discapacitadas; leer para personas internadas en hogares de ancianos; enseñar el idioma que uno hable a los que no lo hablen; leer para invidentes; visitar a personas mayores de nuestra propia familia y de nuestro vecindario y conversar con ellas.

3. El fortalecer la comunidad por medio de actos de cortesía

Comparta el siguiente mensaje del presidente Gordon B. Hinckley:

“Es increíble lo que puede lograr la cortesía, mientras que es lamentable lo que produce la falta de consideración. Lo vemos todos los días en el tránsito automotor de nuestras ciudades. Un simple momento para permitir el paso de alguien beneficia tanto al que recibe la ayuda como al que la da. Un cambio ocurre dentro de nosotros mismos cuando somos corteses y considerados hacia los demás. Todo es parte de un proceso de refinamiento que, si perseveramos en ello, transformará nuestra propia naturaleza” (“Sed limpios”, Liahona, julio de 1996, pág. 53).

• ¿Qué oportunidades tenemos todos los días de ser corteses con los demás? (Entre las respuestas se podría mencionar que las tenemos cuando trabajamos, conducimos un vehículo, vamos de compras o sencillamente cuando andamos por la calle.) ¿Por qué la cortesía fortalece una comunidad?