2022
Lágrimas de tristeza, lágrimas de gozo
Octubre de 2022


“Lágrimas de tristeza, lágrimas de gozo”, Liahona, octubre de 2022.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Lágrimas de tristeza, lágrimas de gozo

La muerte de mi madre fue dolorosa, pero mi dolor ha sido “consumid[o] en el gozo de Cristo”.

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Jesús consuela a María y a Marta

Un domingo por la tarde, comencé a pensar en Jesucristo y en Su sacrificio expiatorio. Esos pensamientos me ayudaron a sentirme sano y salvo.

Sin embargo, de repente recordé el aumento de casos de COVID-19 en mi país. De inmediato, sentí tristeza por las personas de todo el mundo que estaban sufriendo. Me dije: “Ellas no sienten la misma seguridad y paz que yo”. Esos sentimientos me hicieron arrodillarme y comencé a orar.

Oré por los que habían muerto, así como por los que habían perdido a seres queridos. Lloré por ellos, porque sé del dolor que se siente al perder a una persona amada. Durante la pandemia mundial del COVID-19, muchos han llevado solos la carga de perder a un ser querido.

Luego mis pensamientos se dirigieron a mi madre, que falleció cuando yo tenía cinco años. Conforme las lágrimas me seguían rodando por las mejillas, oré al Padre Celestial y le dije cuánto la extrañaba. Luego recordé que Jesús lloró con María y Marta después de que Lázaro, hermano de ellas y amigo de Él, había muerto (véase Juan 11:19–35). Su compasión me consoló, pero las lágrimas seguían brotando al pensar en lo mucho que extrañaba a mi madre.

Al seguir orando, incluí a mamá en la oración. Pensé en ella y me la imaginé frente a mí. Le dije al Padre Celestial cuánto la amaba y la extrañaba. Le agradecí el tiempo que pasé con ella en este mundo. La extraño, pero creo que un día nos volveremos a ver y estaremos juntos como familia para siempre.

Hice una pausa y el corazón se me llenó de esperanza. Rogué al Padre Celestial que nos bendijera a mi padre y a mí para que perseveráramos hasta que pudiéramos volver a ver a mamá. Entonces derramé lágrimas de gozo y esperanza por ese glorioso recogimiento que es posible mediante la resurrección del Salvador.

Siento una inmensa gratitud hacia el Padre Celestial por el Plan de Salvación. La muerte de mi madre fue dolorosa, pero mi dolor ha sido “consumid[o] en el gozo de Cristo” (Alma 31:38). Estoy agradecido por Él. Él renueva mi esperanza en la vida venidera. Ahora más que nunca Su resurrección tiene más significado para mí. Gracias a mi Salvador, veré a mi madre de nuevo.