2020
Una Natividad con vecinos
Diciembre de 2020


Una Natividad de vecinos

La autora vive en Texas, EE. UU.

“Porque un niño nos es nacido” (2 Nefi 19:6).

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A Neighbor Nativity

Rose daba saltos de alegría mientras se asomaba por la ventana. ¡Sus amigos llegarían en cualquier momento!

Rose y su familia hacían una representación de la Natividad todos los años en la época de la Navidad. Siempre invitaban a personas a que los acompañaran. Esta vez, ¡habían invitado a sus vecinos y a las misioneras! Rose estaba entusiasmada porque el bebé de sus vecinos sería el niño Jesús.

Todo estaba casi listo; su mamá estaba sacando las golosinas del horno; los hermanitos de Rose habían recogido todos sus juguetes; Ellen estaba preparando los disfraces y Rose hasta había pegado con cinta adhesiva una enorme estrella en la pared como decoración.

“Rose”, la llamó su mamá desde la cocina. “¿Puedes ayudar a Ellen a preparar los disfraces?”.

“¡Sí, mamá!”. Rose fue a ayudar a su hermana que venía cargando varias frazadas.

“Tenemos frazadas, toallas y prendas del armario”, dijo Ellen. “Esta canasta hasta puede servir de pesebre”. Le dio a Rose una canasta grande. Rose colocó dentro de esta una frazada suave para el bebé.

“Perfecto”, señaló Rose.

Jack, el hermanito de Rose, se tapó la cabeza con una frazada gris e hizo una cara chistosa. “¿Puedo ser el burro?”.

Rose soltó una carcajada. “¡No, niño! ¿Recuerdas que querías ser rey mago?”.

“¡Es cierto!” dijo Jack. Tomó una corona de juguete y se la puso en la cabeza.

En ese momento, alguien llamó a la puerta.

“¡Ya llegaron!”, exclamó Rosa. “Yo abro”.

Al poco rato, la casa estaba llena de personas contentas. Rose ayudó a todos a ponerse su disfraz; las misioneras eran los pastores; sus hermanos y su hermana eran los reyes magos; el bebé era el niño Jesús y sus papás eran María y José.

Rose se puso un sombrero suave y blanco; ella era una oveja.

Por fin, todos tenían puesto su disfraz y estaban listos para comenzar. El élder y la hermana Yancey, que eran un matrimonio misionero de su barrio, abrieron el Nuevo Testamento en la parte del relato de la Natividad. Leyeron los versículos en voz alta mientras cada uno actuaba su parte.

Cuando el relato llegó a su fin, todos cantaron “Noche de luz”. Rose sintió calidez y felicidad; sabía que lo que sentía era el Espíritu Santo. Era como si Jesús estuviera cerca de su corazón.

Después de la canción, la mamá puso el video de “Samuel y la estrella”. Ellen ofreció la oración. Después trajeron las golosinas. Todos la pasaron bien conversando.

“¿Cuál fue tu parte favorita?”, preguntó la hermana Yancey.

“Me encantó cantar la canción”, afirmó Ellen. “Y jugar con el niño Jesús”. Ellen mecía al bebé en el regazo; había estado jugando con el pequeño desde que terminaron de cantar la canción.

“Me gustó llevarle regalos a Jesús”, dijo Jack. Todavía llevaba puesta la corona de juguete.

“¿Y a ti, Rose?”.

Esta extendió los brazos. “¡Me gustó todo!”, dijo con voz fuerte. “Pero, sobre todo, me gustó que todos hayan venido a celebrar a Jesús, porque de eso se trata la Navidad”.