2020
Ministración con tartas de pollo
Agosto de 2020


Ministración con tartas de pollo

Mis amigas me ayudaron a sentir el amor de mi Padre Celestial cuando más lo necesitaba.

Imagen
chicken pot pie

Ilustración por Allen Garns.

Cuando mi madre murió inesperadamente a los 61 años, me ofusqué completamente; ella era mi fuente de amor, amabilidad, apoyo, fuerza y sentido del humor. Sentía que me habían robado a mi madre y que a mis tres hijos les habían robado a su abuela; incluso me enojé con el Padre Celestial. ¿Cómo había podido hacernos eso?

Durante un tiempo, me despertaba en medio de la noche sin poder volver a dormirme. Una madrugada, me desperté a las tres. Con la esperanza de distraerme y no tener que pensar en una vida sin mi madre, navegué por el teléfono y encontré un video de cocina en el suministro de noticias; era comida reconfortante en todo su esplendor: tarta de pollo. Pensé en lo increíble que sería tener una tarta de pollo, pero no me sentía capaz de preparar ninguna comida para mi familia, aparte de echar leche en un cuenco de cereales. Por ahora, tendría que prescindir de cualquier comida reconfortante, o al menos eso pensaba.

En dos días consecutivos, dos amigas me trajeron tartas de pollo; me emocioné y lloré. Me sentía profundamente conmovida por su bondad; supe que eso no era una coincidencia. Eso reafirmó que Dios estaba pendiente de mí, que me amaba y que le importaba mi aparentemente insignificante deseo de comer una tarta de pollo, incluso aunque estuviera enfadada con Él. Necesitaba muchísimo ese recordatorio.

Estoy agradecida por esas amigas que me trajeron tartas de pollo. Me ministraron de maneras que no podían haber imaginado y me ayudaron a sentir el amor de mi Padre Celestial cuando más lo necesitaba.

Esa experiencia me enseñó la importancia de reconocer y seguir las impresiones del Espíritu Santo. Bien podrían ser la respuesta a la oración de una persona que esté pasando por dificultades.

No debemos dejar que nuestras inseguridades o dudas nos impidan ministrar a los demás. Ruego que siempre nos esforcemos por ser un instrumento en las manos del Señor y compartamos Su amor con los demás.