2020
La mejor honda de Jamaica
Agosto de 2020


La mejor honda de Jamaica

Imagen
The Biggest Slingshot in Jamaica

Donovan apuntó con su honda a la lata de sopa vacía sobre el tocón del árbol.

Estiró el tubo elástico de la honda.

“¿Qué haces?”, le preguntó su hermanita Dana.

“¡Mira esto!”, respondió él.

¡Zas!

Cuando Donovan soltó la goma, esta volvió a su forma original, lanzando por el aire la pequeña piedra. Se oyó el crujir de las hojas de un árbol cercano, pero la lata no se movió. Donovan se metió la honda en el bolsillo de atrás. Había fallado. ¡Otra vez!

Dana ladeó la cabeza. “¿Qué se supone que debo mirar?”.

“Nada”, dijo Donovan. “Ven. Vamos a casa”. Tomaron el camino de regreso a casa.

Donovan apartó con una patada un palo que se interponía en su camino. Por más que lo intentaba, al parecer no sabía usar bien la honda de su papá. ¡Y a él le encantaba mucho! Siempre le gustaba usarla cuando su papá estaba trabajando fuera de la ciudad, como ahora. Lo ayudaba a sentirse cerca de él cuando no podía verlo.

Se sacó la honda del bolsillo y le dio vueltas lentamente en la mano. Hacía mucho que se había alisado la áspera corteza. Su papá había hecho esa honda con la rama de un árbol grande, y la había usado durante años antes de dársela a Donovan.

Aquel día, su papá había señalado la lata de sopa. “Si te concentras, pueden suceder cosas asombrosas”. Donovan todavía se acordaba de lo que ocurrió a continuación. Su papá apuntó con la honda y dio de lleno en la lata de sopa. ¡A la primera! Él hacía que pareciera fácil. Donovan lo echaba mucho de menos.

Esa noche todavía pensaba en su papá cuando se quedó dormido.

A la mañana siguiente, Donovan fue con la honda a su claro favorito del bosque para intentarlo otra vez.

“Concéntrate…”, dijo Donovan, al tiempo que miraba fijamente la lata sobre el tocón. Colocó otra piedra pequeña en la honda y estiró.

Papá sigue intentándolo, aunque las cosas no siempre salgan bien, se dijo.

Donovan trató de dejar de pensar en todas las veces que había fallado antes. Cerró un ojo, tal como su papá le había enseñado. Se concentró de verdad. Donovan no miraba otra cosa que no fuera la lata roja de sopa.

Respiró hondo y soltó.

¡Zas!

¡CLINC!

Donovan parpadeó sorprendido mientras la lata caía del tocón. “¡Le he dado!”, dijo. “¡Sí!”.

Esa noche, Donovan se sentó junto a su mamá después de la cena; sostuvo la honda en alto.

“Hoy por fin le di a la lata”, explicó sonriente.

“¡Bien hecho!”, exclamó la mamá.

“¿Sabes? Creo que esta honda es mi objeto favorito en el mundo entero”, afirmó Donovan.

“¿Sí?”, preguntó la mamá.

“Sí. Porque me ayuda a pensar en papá y a sentirme cerca de él”.

La mamá sonrió. “Creo que a él le haría feliz saber que te sientes así. ¿Y sabes qué? Papá estará en casa en solo tres días. Puedes mostrarle tus nuevas habilidades”.

¡Donovan casi no podía esperar! “Eso me da una idea”, dijo.

Corrió a buscar a Dana. ¡Podría enseñarle a usar la honda de la misma manera que el papá le había enseñado a él!

“Oye, Dana”, dijo. “¿Quieres aprender a usar la mejor honda de Jamaica?”. ●

Si te concentras, pueden suceder cosas asombrosas.