2020
¿Se supone que debo prepararme para la Santa Cena?
Agosto de 2020


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¿Se supone que debo prepararme para la Santa Cena?

El dedicar tiempo todas las semanas para darte cuenta de las importantes bendiciones de la Santa Cena puede proporcionarte fuerza espiritual y experiencias maravillosas.

Recuerdo claramente mi primera experiencia con la Santa Cena. Los misioneros me habían invitado a asistir a la Iglesia por primera vez pero, lamentablemente, no sabía nada de la Santa Cena, cómo funciona o qué simboliza, así que las chicas con quienes estaba sentada tuvieron que explicarme todo el proceso mientras la repartían.

Al pensar en esa experiencia, me doy cuenta de que me hubiera servido de mucho el tratar de aprender un poco más sobre la Santa Cena antes de ir; pero tuve la suerte de que las jóvenes con las que me había sentado esa primera vez estuvieran tan dispuestas a explicarme todo en ese momento. Desde entonces, mi vida ha cambiado mucho, incluso mi conocimiento del Evangelio y del significado de la Santa Cena.

También ha habido muchos cambios durante las conferencias generales pasadas. Cuando el presidente Russell M. Nelson clausuró la Conferencia General de octubre de 2019, reveló algunas revisiones de las preguntas que se hacen en la entrevista para la recomendación del templo; mencionó la pregunta 8: “¿Se esfuerza por santificar el día de reposo tanto en su casa como en la Iglesia, asistir a las reuniones, prepararse para participar dignamente de la Santa Cena y vivir en armonía con las leyes y los mandamientos del Evangelio?” (énfasis agregado).

Me impresionó la palabra prepararse.

Me he dado cuenta de que la Santa Cena no es algo para lo cual uno se prepara momentos antes de que repartan el pan y el agua; te preparas durante toda la semana, a fin de sentir con fuerza el Espíritu y de tener un sentido de renovación todos los domingos.

Desde entonces, he empezado a prepararme de esta forma, a lo largo de la semana, para tomar la Santa Cena:

  1. Estudio las Escrituras con Ven, sígueme; y pienso en ideas que pueda compartir con otras personas y en la próxima Escuela Dominical.

  2. El sábado por la noche preparo y guardo todo lo que voy a necesitar para las reuniones del domingo (¡el gozo de trabajar en el turno de la noche!). Me cercioro de tener preparadas las Escrituras y una libreta para tomar notas en la reunión sacramental; y oro para recibir respuestas en la Iglesia sobre lo que pueda hacer para progresar durante la semana.

  3. Escucho música espiritual el domingo por la mañana antes de ir a la reunión sacramental; eso me ayuda también a sentir el Espíritu y a tener la actitud mental apropiada.

  4. Leo los himnos de la reunión sacramental y busco los pasajes de las Escrituras a los que se refieren; eso contribuye a que comprenda mejor el mensaje y el significado que contienen y a reflexionar sobre ello durante la reunión.

  5. Y, finalmente, antes de que repartan la Santa Cena, pienso en la razón por la que la tomamos. Y pienso en que durante toda la semana debo recordar siempre el “porqué” de la Santa Cena y su importancia: el Salvador.

El propósito de la Santa Cena es recordar a Jesucristo y Su sacrificio expiatorio por nosotros (véase Mateo 26:26–28). Además, nos motiva a renovar nuestro convenio bautismal y a revalidar nuestro compromiso de parecernos más a Él, de recordarlo y de ser mejores discípulos; también nos permite empezar la semana renovados espiritualmente.

Desde aquel primer día en la Iglesia he aprendido mucho sobre la Santa Cena, y ahora siento mucho gozo cuando voy a la reunión sacramental sabiendo que voy a pensar en el sacrificio de mi Salvador por mí y a ser más diligente en el cumplimiento de mis convenios. El prepararse hace que haya un cambio positivo en la forma de sentir el Espíritu durante la reunión. Antes de haber aprendido sobre la Santa Cena, muchas veces me sentía vacía, como si me faltara algo importante; y no sabía que lo que me faltaba era una ordenanza tan sencilla pero al mismo tiempo tan importante y significativa, una ordenanza que hace más profundo mi amor por el Salvador y me ayuda a apreciar todo lo que Él hace por mí.