2020
¿Observadores o Participantes?
Junio de 2020


Mensaje del Área

¿Observadores o Participantes?

¿Alguna vez ha asistido a un estadio o gimnasio para observar a dos equipos compitiendo? Es emocionante hacerlo. Me gusta ver a las personas cuando presencian esos eventos. Se les ve como que si estuvieran en el campo también participando del partido y sin embargo no lo están. Si el árbitro marca una falta que el observador considera equivocada, se les ve reclamando, levantan la mano, se enojan y algunas veces hasta le gritan. Cuando su equipo favorito anota algún punto, saltan de su asiento llenos de alegría; cuando el equipo contrario anota, ni se paran, se quedan sentados como si estuvieran deprimidos.

Luego observo a los jugadores, sudando, luchando, buscando la manera de anotar, corriendo de un lado a otro y buscando la mejor estrategia para jugar como equipo y buscar así la victoria. Las emociones de ellos son diferentes. Al anotar un punto salen corriendo por toda la cancha, el resto de los jugadores corriendo detrás de él para abrazarlo, recibe 8-10 abrazos al mismo tiempo hasta que lo tumban al suelo. ¡Qué emocionante es para ellos estar en la cancha y participar en vivo de la competencia! Y lo que logren quedará escrito en la historia para siempre… y en sus memorias.

Y resulta aún más emocionante si se trata del partido final, el partido que define la copa del ganador. Lástima que no todos pueden ser jugadores y se quedan como observadores.

El reino de Dios es bastante diferente, es un lugar en donde TODOS podemos participar y no ser solamente observadores. Adicional a ello, aquel que “mete su hoz con su fuerza”1 recibe la promesa de que no lo hará solo, el Señor estará con él2.

Cuando Jacob citó al profeta Zenós en su alegoría del olivo, escribió en pocas palabras los acontecimientos que sucederían en el mundo hasta la segunda venida del Salvador. Al ver nuestros días escribió:

“Y aconteció que el Señor de la viña envió a su siervo y este fue e hizo lo que el Señor le había mandado, y trajo otros siervos; y eran pocos3.

Usted, nosotros, somos de esos pocos que hemos sido llamados en estos últimos días para realizar esta gran obra antes de la segunda venida del Salvador Jesucristo.

“Y les dijo el Señor de la viña: Id y trabajad en la viña con vuestro poder. Porque he aquí, esta es la última vez que nutriré mi viña; porque el fin se aproxima y la estación viene rápidamente; y si vosotros trabajáis conmigo con vuestro poder, os regocijaréis en el fruto que recogeré para mí mismo, para el tiempo que pronto llegará”4.

¡Ese es el llamado! Hemos conocido el Evangelio no para ser observadores sino para trabajar con nuestro poder.

Es emocionante participar del partido que define la copa en un torneo, pero es aún más emocionante trabajar con nuestro poder en el reino de Dios. Es la última vez, antes de la venida de Jesucristo. No habrá otra oportunidad. Nos tocó a nosotros vivir la última etapa y participar en ella.

La promesa es clara, no trabajamos solos, el Señor estará a nuestro lado, Sus ángeles nos guiarán, el Espíritu Santo tocará nuestra mente y corazón para saber lo que hay que hacer… y nos regocijaremos en el fruto de nuestra labor5.

“Y sucedió que los siervos fueron y trabajaron con todas sus fuerzas; y el Señor de la viña también trabajó con ellos; y en todo obedecieron los mandatos del Señor de la viña”6.

¿Estamos trabajando con todas nuestras fuerzas?

El presidente Nelson dijo: “ustedes fueron enviados a la tierra en este preciso momento, el momento más crucial en la historia del mundo, para ayudar a recoger a Israel”7.

Es interesante que él no dijo: Para que vean cómo se recoge a Israel, el llamado es a participar en el recogimiento de Israel. “La obra más grandiosa sobre la tierra” consiste entonces en invitar a mis conocidos a escuchar el Evangelio y no solamente observar a los misioneros haciéndolo. Consiste en llevar los nombres de mis antepasados al templo y no solamente observar a mis amigos que lo hacen.

Grandes recompensas están por venir a aquellos que siguen al Señor y trabajan con Él.

El Señor dijo al profeta José: “De cierto, de cierto os digo, sois niños pequeños, y todavía no habéis entendido cuán grandes bendiciones el Padre tiene en sus propias manos y ha preparado para vosotros;

“…sed de buen ánimo, porque yo os guiaré. De vosotros son el reino y sus bendiciones, y las riquezas de la eternidad son vuestras.

“Y el que reciba todas las cosas con gratitud será glorificado; y le serán añadidas las cosas de esta tierra, hasta cien tantos, sí, y más.

Haced, pues, las cosas que os he mandado, dice vuestro Redentor”8.

¡Qué gran promesa!

Notas

  1. Véase Doctrina y Convenios 4:4.

  2. Véase Jacob 5:71.

  3. Jacob 5:70; énfasis añadido.

  4. Jacob 5:71; énfasis añadido.

  5. Véase Jacob 5:71.

  6. Jacob 5:72.

  7. “Juventud de Israel.” Presidente Russell M. Nelson y Hermana Wendy W. Nelson. 3 junio 2018.

  8. Doctrina y Convenios 78:17–20; énfasis añadido.