Perfiles de jóvenes adultos
Remos fuertes, testimonios fuertes en la Polinesia Francesa
Una joven pareja de la Polinesia Francesa se ha dado cuenta de que el Evangelio y su deporte favorito tienen varias cosas en común.
En medio del Océano Pacífico hay 118 islas creadas por volcanes subterráneos y atolones de coral. Llenas de palmeras, perlas negras y flores de Tiaré, estas islas son el hogar de unos 275.000 tahitianos (como se llama comúnmente a los habitantes de la Polinesia Francesa).
Gerry Huuti, un converso de 29 años, es uno de ellos. Se deleita en el deporte nacional, va’a, o canotaje polinésico, el cual ha sido una parte importante de su vida desde que tenía 16 años. Cinco años después de que empezó a competir, conoció a Laydreane, que era remadora campeona y miembro de la Iglesia. Gracias a su ejemplo, Gerry se bautizó y prestó servicio en una misión en Nueva Caledonia, mientras que Laydreane prestaba servicio en Tahití. Se casaron seis semanas después de que Gerry regresó a casa.
Ahora, varios años y un hijo después, Gerry sigue participando en torneos de va’a, pero mantiene a su familia haciendo remos para canoas va’a. “Mi negocio está al lado de mi casa”, explica él. “Salgo y busco madera para cortar y pegar a fin de hacer los remos”. Suena fácil, pero confeccionar cada uno de estos hermosos remos de madera toma cinco días completos, y puesto que hay aproximadamente 20.000 remadores en la isla donde viven los Huuti en Tahití, siempre hay demanda de remos.
Aunque Gerry y Laydreane están ocupados con sus llamamientos de la Iglesia, aun así toman tiempo para ir al templo. “Gracias a que asistimos al templo, tenemos una mejor relación”, dice Gerry. “También somos bendecidos en el aspecto de trabajo. Vender remos por cuenta propia puede ser buen negocio; pero si lo haces junto con el Señor, es mejor”. Esa ayuda divina es vital para el matrimonio Huuti. Gerry y su esposa también tienen un fuerte testimonio del diezmo. “Nunca nos preocupamos de que el Padre Celestial nos vaya a bendecir”, dice Gerry. “Si pagas el diezmo, terminarás con más de lo que tienes”.
Para el matrimonio Huuti, el va’a es más que sólo un deporte. Los principios de dedicación y compromiso necesarios para ser buenos remadores han ayudado a Gerry y a Laydreane a ser más dedicados al Evangelio. “En el va’a, lo físico cuenta mucho”, dice Gerry, “pero no es lo más importante. Lo que importa más es lo mental: el estar decidido a terminar la carrera. Cuando tienes que remar durante cuatro horas y media, el cuerpo te dice que no puedes lograrlo, pero la mente te dice que sí. En el Evangelio, la determinación es muy importante. A veces te sientes desanimado, pero la fe puede ayudarte a lograr el éxito al seguir el plan que Dios tiene para tu vida. Siempre se puede aprender algo del va’a que se aplica al Evangelio”.