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ELEGIR Y SER UNA COMPAÑERA O UN COMPAÑERO ETERNO


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ELEGIR Y SER UNA COMPAÑERA O UN COMPAÑERO ETERNO

INTRODUCCIÓN

Entrar en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio es esencial para recibir el grado de gloria más alto del reino celestial (véase D. y C. 131:1–4). Una de las decisiones más importantes que jamás tomaremos es la de elegir a un compañero eterno, y tan importante como encontrar al compañero adecuado, es serlo uno mismo. Ayude a sus alumnos a entender que la forma de vivir atrae a otras personas con valores, intereses, deseos y metas similares. Dado que el compromiso entre los cónyuges tiene una naturaleza eterna, es esencial buscar y recibir la guía divina al respecto. “La Familia: Una proclamación para el mundo” ofrece orientación sobre cómo elegir y ser un compañero eterno.

Al abordar el tema del matrimonio eterno, tenga en cuenta que hay muchas personas justas, especialmente hermanas, que aún no han tenido la oportunidad de disfrutar de las bendiciones del matrimonio. Puede que algunos de sus alumnos padezcan los efectos del fracaso matrimonial o que estén pasando por problemas en su matrimonio actual. Si bien el matrimonio es un requisito para alcanzar el grado más alto del reino celestial, sea considerado con lo sentimientos de sus alumnos.

Principios para comprender

  • Un matrimonio logra florecer cuando esposo y esposa comparten valores e intereses similares.

  • Debemos prepararnos para ser los mejores compañeros posibles.

  • Debemos buscar la confirmación del Señor al elegir la persona con quien vamos a casarnos.

  • La proclamación sobre la familia es una guía para aquilatar nuestra actitud y la de nuestro futuro cónyuge.

  • El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro, y también a sus hijos.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA

Un matrimonio logra florecer cuando esposo y esposa comparten valores e intereses similares.

Invite a los alumnos a pensar en una pareja felizmente casada, a la que conozcan, y pregunte:

  • ¿Qué intereses y valores comparten ambos cónyuges?

  • ¿Cómo los ayudan dichos valores a fortalecer su matrimonio?

Pida a los alumnos que lean las citas de los presidentes Spencer W. Kimball y N. Eldon Tanner en las páginas 75–76 de sus manuales y pídales que señalen las características que contribuyen a edificar un matrimonio feliz. Escriba las respuestas en la pizarra. La lista podría incluir:

  • Antecedentes económicos, educativos, religiosos y sociales similares

  • Intereses parecidos

  • Valores similares sobre el dinero, la religión, el trabajo, los hijos, el uso del tiempo libre y la educación

  • Habilidad para comunicarse

  • Dignidad para casarse en el templo

Pregunte:

  • ¿Por qué las semejanzas tienden a fortalecer el matrimonio?

  • ¿Cómo pueden las diferencias en los valores debilitar el matrimonio?

Pida a los alumnos que consulten la lista de características que contribuyan a un matrimonio feliz y que comenten aquellas que consideren más importantes. Pida que varios alumnos compartan sus sentimientos sobre las características elegidas.

Comparta la siguiente declaración del presidente Spencer W. Kimball:

“Las diferencias religiosas se cuentan entre las más duras e insalvables de todas” (“Unidad en el matrimonio”, Liahona, octubre de 2002, pág. 41).

Pregunte:

  • ¿Por qué creen que esta declaración es verdadera?

  • ¿Cómo se relaciona esto con el consejo de los líderes de la Iglesia de salir en citas sólo con miembros que tengan normas elevadas?

  • ¿De qué modo el Evangelio sirve como un vínculo de unión en el matrimonio?

Debemos prepararnos para ser los mejores compañeros posibles.

Invite a los alumnos a mencionar cinco o seis cualidades que consideren importantes en su futuro cónyuge. Pregunte:

  • ¿Cómo van a encontrar a una persona con todas esas cualidades?

  • ¿Hasta qué punto han desarrollado ustedes esas cualidades en su propia vida?

Escriba en la pizarra la siguiente declaración del presidente Ezra Taft Benson y analicen su aplicación al matrimonio: “Al seleccionar a un compañero, no esperen la perfección” (véase “Para las hermanas adultas solteras de la Iglesia”, Liahona, enero de 1989, pág. 104).

Pregunte: ¿Por qué esta cita es un buen consejo?

Ayude a los alumnos a entender que tener unas expectativas sumamente elevadas e irreales por el futuro cónyuge puede impedirles encontrar a alguien con el que crean que pueden estar felizmente casados. Comparta la siguiente declaración del presidente Spencer W. Kimball:

“Aunque la mayoría de nuestros jóvenes tratan con toda diligencia y devoción de encontrar una persona con la cual la vida pueda ser más compatible y hermosa, también es cierto que casi todo buen hombre y toda buena mujer podrían tener felicidad y éxito en el matrimonio si ambos estuvieran dispuestos a pagar el precio” (“Unidad en el matrimonio”, Liahona, octubre de 2002, pág. 38).

Pregunte: ¿Qué significa “pagar el precio” para ser felices y tener éxito en el matrimonio?

Pida que los alumnos lean la cita del élder Richard G. Scott en las páginas 76–77 de sus manuales y que comienza así: “El carácter digno…” y señale la preparación que él sugiere para el matrimonio.

Debemos buscar la confirmación del Señor al elegir la persona con quien vamos a casarnos.

Pregunte:

  • ¿Cómo se elige al cónyuge?

  • ¿Por qué no deben limitarse a orar y pedirle al Señor que les muestre con quién casarse?

  • A la hora de elegir un cónyuge, ¿por qué es importante entender que la decisión de con quién casarnos debemos tomarla nosotros?

Pida que los alumnos lean las citas bajo el epígrafe “Debemos buscar la confirmación del Señor al elegir la persona con quien vamos a casarnos” en la página 77 de sus manuales.

Ayúdelos a entender que son responsables de encontrar a una persona junto a la cual edificar un matrimonio feliz. Además, deben hacer todo lo posible para elegir correctamente a su compañero eterno y buscar la confirmación del Señor mediante el ayuno y la oración.

La proclamación sobre la familia es una guía para aquilatar nuestra actitud y la de nuestro futuro cónyuge.

Pida a los alumnos que consulten “La Familia: Una proclamación para el mundo” en la página 113 de sus manuales. Explique que este documento inspirado puede ser una guía para evaluar nuestra actitud y la de nuestro futuro cónyuge. Lea las siguientes citas de la proclamación con los alumnos y analicen las preguntas tras cada una de ellas. Tal vez desee seleccionar otros pasajes de la proclamación especialmente adecuados a las necesidades de sus alumnos. Recuérdeles que sus futuros cónyuges deberían tener opiniones similares sobre estos temas tan relevantes.

“Nosotros, la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, solemnemente proclamamos que el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es la parte central del plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos”.

  • ¿Por qué creen que el matrimonio es ordenado por Dios?

  • ¿De qué manera la familia es importante en el plan de nuestro Padre Celestial para el destino eterno de Sus hijos?

“Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual de padres celestiales… El ser hombre o mujer es una característica esencial de la identidad y el propósito eternos de los seres humanos en la vida premortal, mortal y eterna”.

  • ¿Cómo nos faculta el conocimiento de nuestro primer estado para entender el papel vital del ser hombre o mujer en el plan de Dios?

“Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos permiten que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente”.

  • ¿Qué cualidades podemos desarrollar ahora en nosotros mismos y en nuestra familia que serán de valor eterno?

  • ¿Cómo puede ayudarnos el servicio frecuente en el templo a conservar frescas en nuestra mente las ordenanzas y su importancia?

“Declaramos que el mandamiento que Dios dio a Sus hijos de multiplicarse y henchir la tierra permanece inalterable. También declaramos que Dios ha mandado que los sagrados poderes de la procreación se deben utilizar sólo entre el hombre y la mujer legítimamente casados, como esposo y esposa”.

  • ¿Por qué creen que el Señor nos mandó multiplicarnos y henchir la tierra?

“Afirmamos la santidad de la vida y su importancia en el plan eterno de Dios”.

  • ¿Cómo aborda la cuestión del aborto esta declaración sobre la santidad de la vida?

“Hay más posibilidades de lograr la felicidad en la vida familiar cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo”.

  • ¿Cómo podría emplearse esta declaración a modo de guía para elegir a la persona con la cual casarse?

  • En calidad de esposos o esposas, ¿qué harán ustedes para edificar y mantener su vida familiar “en las enseñanzas del Señor Jesucristo”?

Comparta el siguiente remedio que recetó el presidente Gordon B. Hinckley para combatir las influencias destructivas sobre la familia:

“Al mirar hacia el futuro, veo poco de qué entusiasmarme con respecto a la familia tanto en los Estados Unidos como en el mundo. Las drogas y el alcohol están causando grandes estragos que no parecen disminuir. El lenguaje áspero del uno para con el otro, la indiferencia ante las necesidades ajenas, todo parece ir en aumento. Hay tanto abuso infantil; hay tanto abuso del cónyuge; el creciente abuso de los ancianos, todo esto seguirá sucediendo y empeorará a menos que exista un reconocimiento serio, una convicción fuerte y ferviente con respecto al hecho de que la familia es un instrumento del Todopoderoso. Es Su creación; es también la unidad básica de la sociedad.

“Levanto una voz de amonestación a nuestro pueblo. Nos hemos acercado demasiado a la forma de ser de nuestra sociedad en este asunto. Por supuesto que hay buenas familias; las hay en todas partes, pero también existen muchas con problemas. Esta es una enfermedad que tiene remedio. La receta es simple y maravillosamente eficaz: Es amor; es amor y respeto diario claro y simple. Es una planta tierna que necesita abono, pero que vale todo el esfuerzo que podamos ponerle.

“Ahora, para terminar, veo un maravilloso futuro en un mundo muy incierto. Si nos aferramos a nuestros valores, si edificamos sobre nuestro legado, si caminamos en obediencia ante el Señor, si tan sólo vivimos el Evangelio, seremos bendecidos en forma magnífica y maravillosa. Se nos contemplará como un pueblo peculiar que ha encontrado la clave para una felicidad peculiar” (“Miren hacia el futuro”, Liahona, enero de 1998, págs. 81–82).

Pregunte: ¿Cómo contribuirá la obediencia a los principios impartidos en la proclamación de la familia a que nuestro hogar sea un lugar seguro para nuestra familia y una fortaleza contra las tentaciones y los pecados del mundo?

El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro, y también a sus hijos.

Pregunte: ¿De qué modo amar y cuidar el uno del otro ayuda a los cónyuges a prepararse para la paternidad y la maternidad?

Pida a un alumno que lea la siguiente declaración hecha por el élder Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Soy un firme creyente en el matrimonio y considero que es el modelo ideal de vida entre los seres humanos; sé que fue ordenado por Dios y que toda restricción dentro de este vínculo ha sido impuesta para proteger nuestra propia felicidad.

“Reconozco que vivimos una época sumamente difícil. Los problemas que afrontamos repercuten severamente en el matrimonio.

“No pierdan la fe en el vínculo matrimonial, aunque hayan experimentado la angustia de un divorcio y todavía estén rodeados por los escombros de un matrimonio destrozado” (véase “El valor del matrimonio”, Liahona, agosto de 1981, pág. 19).

Sigan leyendo las citas de “La Familia: Una proclamación para el mundo” (pág. 00 [113] del manual del alumno) y analizando las respectivas preguntas de cada una:

“Los padres tienen la responsabilidad sagrada de educar a sus hijos dentro del amor y la rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales, de enseñarles a amar y a servirse el uno al otro, de guardar los mandamientos de Dios y de ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan”.

  • ¿Cómo podemos proveer para las necesidades físicas y espirituales de nuestros hijos?

  • ¿Qué están haciendo ahora para prepararse para las responsabilidades de ser padres?

“Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y mantienen sobre los principios de la fe, la oración, el arrepentimiento, el perdón, el respeto, el amor, la compasión, el trabajo y las actividades recreativas edificantes”.

  • ¿Qué pueden hacer para asegurarse de que esos principios formen parte de sus relaciones matrimoniales y familiares?

  • ¿Qué están dispuestos a hacer para edificar un matrimonio de éxito?

“Advertimos a las personas que violan los convenios de castidad, que abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, que un día deberán responder ante Dios. Aún más, advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre el individuo, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos”.

  • ¿Cuáles son, para ustedes, algunas de las amenazas más serias que padece la familia?

  • ¿Cómo contribuye el fortalecimiento de la familia a tener una comunidad o una nación más fuerte?

Pida a sus alumnos que, con la ayuda de la oración, mediten sobre las cualidades que desean en un cónyuge e ínsteles a fijarse metas significativas para llegar a ser el tipo de cónyuge que viva siempre a la altura de las normas fijadas en “La Familia: Una proclamación para el mundo”.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS

  • Pida a los alumnos que nombren dos familias a las que admiran y pregunte:

  • ¿Qué cualidades poseen esas familias que contribuyen a su éxito y felicidad?

  • ¿En qué se diferencian y en qué se parecen estas familias?

  • Cómo reaccionan ante las situaciones difíciles?

Pida a los alumnos que entrevisten a una de las parejas para descubrir:

  • Qué rasgos de su carácter les gustan el uno del otro.

  • Una práctica habitual que haya desarrollado cada uno y que le permite ser mejor cónyuge.

  • Como pareja, ¿de qué modo fortalecen su fe?

Invítelos a anotar en la sección “Notas e impresiones” lo que aprendieron y que luego redacten un párrafo describiendo lo que tienen pensado hacer para prepararse para el matrimonio o para ser un mejor cónyuge.