Instituto
EL OBSERVAR LAS LEYES DE SALUD FÍSICA


12

EL OBSERVAR LAS LEYES DE SALUD FÍSICA

INTRODUCCIÓN

El apóstol Pablo enseñó que nuestro cuerpo es un templo de Dios (véase 1 Corintios 3:16–17), pero mucha gente piensa y actúa de otro modo. Vivir la ley de salud del Señor nos reporta innumerables bendiciones. Ayude a sus alumnos a entender cómo pueden conservar y mejorar la salud de muchas maneras. El estudio de prácticas saludables, así como el de los efectos de las sustancias dañinas, nos permite fortalecer nuestra determinación de tratar el cuerpo con reverencia y respeto.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER

  • Los buenos hábitos de salud son importantes para vivir el Evangelio.

  • La Palabra de Sabiduría es una parte importante de la ley del Señor sobre la salud.

  • Una dieta adecuada, el descanso y el ejercicio proporcionan beneficios significativos en la salud.

  • Debemos evitar las sustancias y las prácticas que dañan el cuerpo y la mente.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA

Los buenos hábitos de salud son importantes para vivir el Evangelio.

Muestre algunas láminas de templos y analice algunas de las hermosas características de los edificios y sus terrenos. Tal vez desee pedir a los alumnos que contesten las siguientes preguntas y las anoten en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales:

  • ¿Qué y a quién representan estos edificios?

  • ¿Por qué están tan bien cuidados?

  • ¿Cómo contribuye ese cuidado a que las personas sientan el Espíritu?

Pida a un alumno que lea 1 Corintios 3:16.

Pregunte: ¿En qué se parece nuestro cuerpo a un templo?

Lean las palabras del presidente Thomas S. Monson en la página 83 del manual del alumno.

Pregunte: ¿Por qué es importante equilibrar las necesidades físicas y espirituales?

Invite a los alumnos a compartir ejemplos de problemas de salud sobre los que no tenemos control. Comparta el siguiente consejo del élder Russell M. Nelson, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles y cardiocirujano jubilado:

“Por razones en general desconocidas, algunas personas nacen con limitaciones físicas: podría haber partes del cuerpo que sean anormales; podría haber un desequilibrio en los sistemas reguladores. Además, todos nuestros cuerpos están sujetos a la enfermedad y a la muerte; no obstante, el don de un cuerpo físico es invalorable porque sin él no se puede recibir una plenitud de gozo [véase D. y C. 138:17].

“No se requiere un cuerpo perfecto para alcanzar un destino divino; de hecho, algunos de los espíritus más dulces se alojan en cuerpos frágiles. Con frecuencia, aquellos que tienen problemas físicos desarrollan una gran fortaleza espiritual debido precisamente a esos desafíos; tales personas tienen derecho a todas las bendiciones que Dios tiene reservadas para Sus hijos fieles y obedientes [véase Abraham 3:25–26].

“Finalmente, vendrá el tiempo en que cada ‘espíritu y… cuerpo serán reunidos… en su perfecta forma; los miembros así como las coyunturas serán restaurados a su propia forma’ [Alma 11:43; véanse también Alma 40:23; Eclesiastés 12:7; D. y C. 138:17]. Entonces, gracias a la expiación de Jesucristo, llegaremos a perfeccionarnos en Él.

“¿De qué manera estas verdades ejercen influencia en nuestra conducta personal?…

“Consideraremos nuestro cuerpo como un templo que nos pertenece [véase 1 Corintios 3:16], no lo profanaremos ni lo destruiremos en ninguna manera y controlaremos nuestra dieta, además de hacer ejercicio para tener un buen estado físico” (véase “Somos hijos de Dios”, Liahona, enero de 1999, pág. 103).

Pregunte:

  • ¿Cómo nos ayudan los problemas físicos a desarrollar fortaleza espiritual?

  • ¿Cómo afecta a nuestro potencial el desinterés por nuestra salud física?

  • ¿Cómo les han ayudado los buenos hábitos de salud a cumplir con sus responsabilidades cotidianas?

La Palabra de Sabiduría es una parte importante de la ley del Señor sobre la salud.

En la pizarra escriba Palabra de Sabiduría y pida a los alumnos que expliquen el significado que esta frase tiene para ellos.

Pregunte: ¿Por qué creen que el Señor nos dio la Palabra de Sabiduría? (Véase D. y C. 89:4).

Trace tres columnas y escriba las siguientes palabras en la parte superior de cada una: advertencias, recomendaciones y promesas. Invite a los alumnos a leer Doctrina y Convenios 89:4–9 y pídales que anoten en la pizarra las advertencias que nos ha hecho el Señor, lo que nos ha recomendado y las promesas que nos ofrece la Palabra de Sabiduría.

A fin de recalcar las bendiciones físicas que se reciben al obedecer la Palabra de Sabiduría, comparta la primera parte de esta historia relatada por el presidente James E. Faust, consejero de la Primera Presidencia:

“Cuando yo era presidente de la Estaca Cottonwood, el Dr. Creed Haymond era uno de los patriarcas… De joven había sido capitán del equipo de atletismo de la Universidad de Pensilvania. En 1919, el hermano Haymond y su equipo fueron invitados a participar en la competencia anual de atletismo de la Asociación Intercolegial. La noche antes de la competencia, el entrenador… dijo a los miembros del equipo que tomaran un poco de vino. En aquella época, los entrenadores erróneamente creían que el vino daba vigor a los músculos endurecidos por un riguroso entrenamiento. Los demás miembros del equipo tomaron el vino, pero el hermano Haymond rehusó porque sus padres le habían enseñado la Palabra de Sabiduría. El hermano Haymond se puso muy nervioso porque no le gustaba desobedecer al entrenador. Tenía que competir contra los hombres más veloces del mundo. ¿Qué pasaría si no corría bien al día siguiente? ¿Cómo podría enfrentarse a su entrenador?”

Pregunte: Si ustedes hubieran sido amigos del hermano Haymond, ¿qué le habrían aconsejado que hiciese?

El presidente Faust prosiguió:

“Al día siguiente, en la competencia, el resto de los miembros de su equipo estaban muy enfermos y no corrieron bien. Algunos estaban tan enfermos que ni siquiera compitieron. Sin embargo, el hermano Haymond se sentía bien y corrió en las carreras de los 100 y 200 metros planos. Su entrenador le dijo: ‘Acabas de correr los 200 metros planos en menos tiempo que cualquier otro ser humano’. Esa noche y el resto de su vida, Creed Haymond estuvo agradecido por la fe sencilla que le ayudó a guardar la Palabra de Sabiduría” (véase “El enemigo interior”, Liahona, enero de 2001, págs. 54–55]).

Pregunte:

  • ¿Considerarían de otra forma su decisión de no tomar vino si su actuación deportiva hubiera sido mala y la de los miembros del equipo buena? ¿Por qué o por qué no?

  • ¿Vemos siempre los resultados positivos de nuestras buenas decisiones al poco tiempo de tomarlas?

  • ¿Qué papel desempeña la fe en la obediencia a mandamientos como la Palabra de Sabiduría?

Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 89:18–21 y anoten las bendiciones posibles por vivir la Palabra de Sabiduría y obedecer los mandamientos. Analicen cada bendición, según sea pertinente.

Una dieta adecuada, el descanso y el ejercicio nos proporcionan beneficios significativos en la salud.

Comparta la siguiente declaración hecha por el presidente Ezra Taft Benson, por aquel entonces Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, y pida a los alumnos que indiquen qué dijo para mantenernos sanos:

“La condición del cuerpo físico puede afectar al espíritu. Es por esto que el Señor nos dio la Palabra de Sabiduría. También dijo que fuéramos a la cama temprano y nos levantáramos también temprano (véase D. y C. 88:124), que no debemos correr más aprisa de lo que nos permitan nuestras fuerzas (véase D. y C. 10:4.) y que debemos emplear con moderación todas las cosas buenas. En general, cuantos más alimentos tomemos en su estado natural y sin que estén refinados ni tengan aditivos, más saludable será para nosotros. El alimento puede afectar a la mente, porque las deficiencias de ciertos elementos en el cuerpo pueden provocar depresión mental. Un buen examen físico y periódico es una salvaguarda que podría detectar problemas que pueden remediarse a tiempo. El descanso y el ejercicio físico son esenciales, y un paseo al aire fresco puede refrescar el espíritu. La sana recreación es parte de nuestra religión; un cambio de ritmo es necesario y aun su anticipación puede elevar el espíritu” (véase “No os desesperéis”, Liahona, febrero de 1975, pág. 44).

Pregunte:

  • ¿Por qué la gente tendría mayor capacidad para servir al Señor si descansaran lo suficiente?

  • ¿Qué beneficios espirituales nos reportan las actividades recreativas edificantes?

Prepare la siguiente encuesta para cada alumno:

Usando una escala del 1 al 5, siendo 5 la puntuación más alta, evalúese en cada una de las siguientes aseveraciones:

  1. Mi dieta incluye fruta, verdura y cereales.

  2. Hago ejercicio con frecuencia.

  3. Duermo lo suficiente casi todas las noches.

  4. Me informo de las enfermedades más habituales y de los tratamientos cuando resultan necesarios.

  5. Evito las prácticas y las sustancias perjudiciales para el cuerpo y la mente.

  6. Me esfuerzo por mantener limpios y en orden a mi mismo, a mi familia y a mi hogar.

Después de que los alumnos realicen la encuesta, pídales que analicen cómo afectaría a su salud un mejor rendimiento en cada uno de los mencionados temas. Ínsteles a fijarse metas razonables para mejorar su salud y a que las anoten en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales.

Pregunte: ¿Cómo nos ayuda el ejercicio a controlar el peso y a conservar la buena salud?

Brevemente haga recordar a los alumnos que el ejercicio quema calorías; nos ayuda a controlar el peso y reducir la presión sanguínea; fortalece los músculos; reduce el estrés, la tensión y la fatiga; aumenta nuestra energía; y contribuye a nuestro bienestar mental y emocional.

Lea la siguiente declaración del presidente Ezra Taft Benson:

“El cuerpo necesita el rejuvenecimiento resultante del ejercicio. Caminar al aire libre puede resultar vigorizador y refrescante. En las condiciones adecuadas, correr tiene ciertos efectos beneficiosos. Unos ejercicios abdominales sencillos, u otra actividad deportiva, también resultan útiles” (The Teachings of Ezra Taft Benson, 1988, pág. 479).

Anime a los alumnos que no se ejercitan con regularidad a seleccionar un ejercicio que puedan hacer en los próximos meses. Explíqueles que deben fijarse metas razonables. Si lo desean pueden compartir sus metas unos con otros o trabajar juntos en ellas. También es útil hacer una gráfica donde registrar su progreso. Otra idea para motivarlos es tener un compañero con el que hacer ejercicio.

Debemos evitar las sustancias y las prácticas que dañan el cuerpo y la mente.

Pregunte a los alumnos: ¿Cómo reaccionarían si ustedes tuvieran un hijo que les dijera: “Es mi cuerpo y con él hago lo que quiero”?

Escriba la siguiente ecuación en la pizarra: Drogas = Adicción = Miseria. Pregunte

  • ¿Por qué la adicción a las drogas no conduce a la felicidad?

  • ¿Cómo afecta el mal uso de las drogas a lo que la gente puede hacer con su vida?

Comparta el siguiente consejo del élder Marvin J. Ashton, antiguo miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Me viene a la memoria un joven, casado y con hijos, que abusa de las drogas; poniendo en peligro a su familia, su empleo, su dignidad y su propia vida. Sus lamentos proclamándose adicto penetran el alma. El uso de la cocaína y otras drogas encadena al vicio a los que las consumen. Los traficantes de drogas no sólo proveen las cadenas para otros sino que también ellos se ponen los grilletes de la iniquidad. A los que no han caído les digo: rechacen las drogas con todas sus fuerzas; a los que tienen el vicio: busquen la ayuda necesaria para sacudirse las cadenas que les arrastrarán y ahogarán. Las drogas no son una ‘solución rápida’, sino una salida rápida por una puerta que a menudo se abre sólo para dar paso al sufrimiento y la autodestrucción.

“Créanme si les digo que ver a un drogadicto es uno de los espectáculos mas lamentables que he presenciado en mi vida; son prisioneros en su propio cuerpo; muchos se sienten totalmente indefensos, dependientes y desesperados; pero ninguno debería sentirse desahuciado. Levanten esas cadenas y luchen por su dignidad, su paz y su propósito en la vida. Cualquiera que les diga que las drogas son ‘divertidas’ es un mentiroso” (“Sacudíos de las cadenas con las cuales estáis sujetos”, Liahona, enero de 1987, pág. 14).

Pregunte:

  • ¿Qué le dirían a la persona que dice que su adicción a las drogas sólo lo perjudica a él?

  • ¿Cómo puede la drogadicción destruir la familia de una persona?

  • ¿Qué pasos puede dar una persona para librarse de una adicción?

Pida a la mitad de la clase que lea las palabras del presidente Gordon B. Hinckley en las páginas 86–87 del manual del alumno y que la otra mitad lea las del élder Boyd K. Packer en la página 87 del mismo manual. Cada grupo enseñará al otro lo que haya aprendido de esas declaraciones.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS

  • Pida a los alumnos que estudien sus hábitos alimenticios durante una semana y que decidan si sus comidas son equilibradas.

  • Invite a los alumnos a comenzar un programa de ejercicios si es que no tienen uno.