Autosuficiencia
Mi fundamento: Comunicarse


“8: Mi fundamento: Comunicarse”, Hallar fortaleza en el Señor: Resiliencia emocional, 2020

“8: Mi fundamento: Comunicarse”, Hallar fortaleza en el Señor: Resiliencia emocional

Mi fundamento: Comunicarse — Tiempo máximo: 20 minutos

Meditar:

¿En qué ocasiones ha respondido a mis oraciones el Padre Celestial?

Ver:

Creando propulsión”, disponible en srs.ChurchofJesusChrist.org/videos. (¿No tiene el video? Lea la transcripción de “Creando propulsión”).

Creando propulsión

Si no le es posible ver el video, lea el siguiente guion.

Imagen
Dieter F. Uchtdorf

Presidente Dieter F. Uchtdorf:

A fin de lograr que un avión despegue, debe producirse la fuerza propulsora. En aerodinámica, la fuerza propulsora se produce cuando el aire pasa sobre las alas de un avión de manera tal que la presión que hay debajo del ala sea mayor que la presión que hay sobre ella. Cuando la fuerza propulsora supera a la fuerza de la gravedad, el avión se levanta del suelo y empieza a volar.

De manera semejante, nosotros podemos crear una fuerza propulsora en nuestra vida. Cuando la fuerza que nos empuja en dirección al cielo es mayor que las tentaciones y la aflicción que nos arrastran hacia abajo, podemos ascender y remontarnos al reino del Espíritu.

Si bien hay muchos principios del Evangelio que nos ayudan a lograr la fuerza propulsora, quisiera centrarme en uno en particular.

¡La oración!

La oración es uno de los principios del Evangelio que nos ayuda a elevarnos. Puede elevarnos por encima de las preocupaciones del mundo, llevarnos más allá de las nubes de desánimo y oscuridad, hacia un horizonte brillante y despejado.

Una de las más grandes bendiciones, privilegios y oportunidades que tenemos como hijos de nuestro Padre Celestial es que podemos comunicarnos con Él a través de la oración. Podemos hablar con Él de las experiencias, pruebas y bendiciones de nuestra vida. Podemos escuchar para recibir guía celestial por medio del Espíritu Santo, en todo momento y en todo lugar.

(Véase “La oración y el horizonte azul”, Liahona, junio de 2009, págs. 3, 4).

Analizar:

¿Por qué el escuchar es una parte esencial de la oración?

Leer:

El siguiente pasaje de las Escrituras y la declaración del presidente Nelson:

“… [H]ablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará en tu corazón” (Doctrina y Convenios 8:2).

“Su alma será bendecida al aprender a escuchar, y luego al escuchar para aprender de los niños, los padres, los cónyuges, los vecinos y los líderes de la Iglesia, todo lo cual aumentará su capacidad para escuchar el consejo de Dios” (véase Russell M. Nelson, “Escuchad para aprender”, Liahona, julio de 1991, pág. 26).

Analizar:

¿Cómo podemos aprender a reconocer mejor las respuestas a nuestras oraciones?

Leer:

Las siguientes declaraciones de líderes de la Iglesia:

“Nuestro Padre Celestial escucha las oraciones de Sus hijos en toda la tierra pidiendo comida para alimentarse, ropa para cubrir sus cuerpos y la dignidad que viene de poder proveer de lo necesario para sí mismos” (Henry B. Eyring, “Oportunidades para hacer el bien”, Liahona, mayo de 2011, pág. 22).

“Debemos pedir ayuda a nuestro Padre Celestial y buscar la fortaleza por medio de la expiación de Su Hijo Jesucristo. Tanto en los asuntos temporales como espirituales, [esto] nos permite ser proveedores providentes para nosotros mismos y para los demás” (Robert D. Hales, “Seamos proveedores providentes temporal y espiritualmente”, Liahona, mayo de 2009, pág. 8).

Comprométase:

Haré mis oraciones personales y familiares cada mañana y cada noche. Después de cada oración, dedicaré tiempo a escuchar reverentemente para obtener guía.