Relatos de las Escrituras
Capítulo 57: La muerte del Profeta: Junio de 1844


“Capítulo 57: La muerte del Profeta: Junio de 1844,” Relatos de Doctrina y Convenios (2002), 201–5

“Capítulo 57,” Relatos de Doctrina y Convenios, 201–5

Capítulo 57

La muerte del Profeta

Junio de 1844

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Nauvoo Temple
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judge speaking with Joseph

Los enemigos de la Iglesia culpaban a José Smith por los problemas en Nauvoo y querían que lo arrestaran a él y a otros líderes. Pero después de que arrestaron a José, un juez dijo que no había hecho nada malo y lo dejó en libertad.

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Governor of Illinois speaking to soldiers

El populacho estaba enojado porque habían soltado a José Smith y amenazaron con atacar Nauvoo. También amenazaron cubrir con brea y plumas a uno de los jueces. José le pidió al gobernador de Illinois que detuviera al populacho, pero el gobernador creyó las mentiras del populacho y no quiso ayudar.

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Hyrum and Joseph

José Smith sabía que tal vez lo pondrían en la cárcel de nuevo, y tenía miedo de que también encarcelaran a su hermano Hyrum. José le dijo a Hyrum que se fuera con su familia a otra ciudad, pero Hyrum no quiso dejar a su hermano.

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Joseph and Hyrum

José Smith sintió que si él y Hyrum se iban de Nauvoo, el populacho no haría daño a los santos, así que decidieron cruzar el río y esconderse. Entonces irían hacia el oeste para encontrar otro lugar en el que pudieran vivir los miembros de la Iglesia.

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Joseph reading letter

Algunas personas pensaron que José Smith se había escapado porque tenía miedo. Emma Smith, la esposa de José, mandó a algunos amigos a encontrarlo y a pedirle que regresara. José pensó que si regresaba a Nauvoo lo matarían, pero hizo lo que sus amigos le pedían que hiciera.

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Joseph being taken by soldiers

El día después de que José y Hyrum regresaron a Nauvoo, ellos y otros líderes de la ciudad fueron a Carthage, un pueblo que estaba como a 30 kilómetros de distancia. En Carthage los arrestaron bajo acusaciones falsas, y a José, a Hyrum y a algunos de sus amigos los pusieron en la cárcel hasta que se pudiera llevar a cabo un juicio.

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Joseph and friends in Carthage Jail

José, Hyrum y sus amigos estuvieron en la cárcel por tres días y, en ese tiempo, el populacho los amenazó y dijo cosas malas sobre ellos. Mientras estaban en la cárcel, José y sus amigos oraron y leyeron el Libro de Mormón. John Taylor cantó una de las canciones favoritas de José que habla de Jesús.

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mob attacking jail

Para la tarde del 27 de junio de 1844, ya sólo quedaban José, Hyrum, John Taylor y Willard Richards en la cárcel de Carthage. Como a las cinco de la tarde, un populacho de más de cien hombres invadió la cárcel. Algunos de ellos dispararon a las ventanas mientras que otros entraron corriendo sin que los guardias pudieran detenerlos y subieron por la escalera a la habitación en la que estaban José y sus amigos.

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Hyrum lying dead on floor

Los hermanos trataron de mantener cerrada la puerta, pero no se pudieron defender en contra de tantas personas. El populacho abrió la puerta y disparó a Hyrum Smith. Cuando José vio que Hyrum estaba muerto, clamó, “¡Ay, querido hermano Hyrum!”. El populacho también disparó a John Taylor, que quedó gravemente herido, pero no murió. A Willard Richards no le dispararon.

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Joseph falling out window

Después de que habían disparado a Hyrum y a John Taylor, José Smith corrió a la ventana. Recibió dos tiros disparados desde la puerta de la habitación, y un tercer tiro disparado desde afuera de la cárcel. Exclamó “¡Oh Señor, Dios mío!” y cayó por la ventana. El Profeta estaba muerto. Había dado su vida por el evangelio de Jesucristo.

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Saints retrieving body of Joseph

Los cuerpos de José y de Hyrum Smith fueron llevados a Nauvoo, donde los sepultaron. Sus familias y otros miembros de la Iglesia estaban muy tristes.

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work of Joseph Smith

El profeta José Smith hizo cosas muy importantes. Tradujo el Libro de Mormón; Jesús restauró Su Iglesia por medio de él; José envió misioneros a enseñar el Evangelio en otras tierras; dirigió a los santos en la construcción de una hermosa ciudad. Dios amaba a José Smith, y los santos también. José Smith hizo más por nuestra salvación eterna que ningún otro hombre, excepto Jesucristo.