“Capítulo 20: Dones del Espíritu: 8 de marzo de 1831,” Relatos de Doctrina y Convenios (2002), 77–80
“Capítulo 20,” Relatos de Doctrina y Convenios, 77–80
Capítulo 20
Dones del Espíritu
8 de marzo de 1831
Por el poder del Espíritu Santo, Dios da dones especiales a los miembros de la Iglesia. Éstos se llaman dones del Espíritu o dones espirituales. Todo santo tiene por lo menos un don espiritual. Los miembros de la Iglesia deben aprender en cuanto a sus dones y usarlos para ayudarse unos a otros. Jesús le dijo a José Smith cuáles son algunos de esos dones.
A algunos santos se les da el don de saber que Jesucristo es el Hijo de Dios; ellos saben que murió por nosotros. A otros santos se da el don de reconocer y creer los testimonios verdaderos de otras personas en cuanto a Jesús.
A algunos santos se da el don de ser líderes.
Algunos santos reciben el don de saber la diferencia entre los espíritus buenos y los malos. Dios envía los espíritus buenos y nos hacen sentir bien. Satanás envía los espíritus malos y causan un mal sentimiento.
A algunos santos se les da el don de la sabiduría, el cual les ayuda a tomar buenas decisiones y a usar debidamente el conocimiento que nuestro Padre Celestial les da. Algunos santos reciben el don del conocimiento; los que lo tengan deben enseñar a otros y ayudarles a tomar buenas decisiones.
A algunos santos se les da el don de la fe para ser sanados, mientras que otros reciben el don de sanar a los enfermos. El Espíritu Santo da a algunos santos el don de realizar milagros. Los milagros demuestran el poder de Dios.
Algunos santos reciben el don de hablar idiomas que no saben.
A algunos santos se les da el don de la profecía, el cual les ayuda a saber y a entender las cosas que han sucedido en el pasado, las cosas que están sucediendo ahora y las cosas que sucederán en el futuro.
Algunos santos reciben muchos dones; todos los santos deben usar sus dones para servir a los demás y bendecirlos.
El obispo puede saber qué dones tiene cada santo. Él sabe quiénes serán buenos maestros, y sabe qué santos aman a Dios y obedecen los mandamientos.
Los santos justos deben esforzarse y orar para recibir los dones que necesiten. Todos estos dones vienen de Dios.