2021
Una dosis de fortaleza
Diciembre de 2021


Historias de Fe

Una dosis de fortaleza

Es un regalo del cielo poder tener la certeza del maravilloso plan que el Padre Celestial tiene para cada uno de Sus hijos e hijas. Tengo 17 años de casada y dos hijos: Abel de 14 y Luciana de 13 años. Aunque hemos pasado por adversidades dolorosas y yo en algún momento he querido abandonar el barco, también al mismo tiempo he sentido el cálido abrazo de mi Padre Celestial, dándome la recarga necesaria de amor, humildad y paciencia para seguir adelante, abrazando a mi familia.

Mi esposo Abel se contagió de COVID-19 el año pasado. Fueron duros momentos porque sentía perderlo; sin embargo, cuidarlo y cuidar de mis hijos fortaleció el vínculo, y recientemente me tocó atravesar por la enfermedad donde mi salud fue muy delicada casi por un mes. Físicamente me sentía agotada por tantos medicamentos y por la necesidad de estar conectada a un balón de oxígeno, pero el Señor me mostró una vez más el porqué de sus planes, permitiéndome sentir y ver la dedicación de mi esposo, sus cuidados, atenciones y paciencia para con su compañera eterna y para con nuestros hijos; le tocó atendernos y cuidarnos, al mismo tiempo que trabajaba para proveer lo necesario para nuestro hogar.

Esta experiencia me ha brindado una fortaleza celestial de incalculable valor, necesaria para recuperarme y querer vivir a fin de seguir cuidando de mi familia, priorizar lo que realmente es importante a los ojos de Dios. Esa dosis de fortaleza se la debo a mi amado Abel, con quien quiero seguir dirigiendo este barco para siempre.

Siento que no hay mayor fortaleza que el aliento por la vida cuando ves unos ojos llenos de amor, ternura y con tanto deseo de verte bien y sanita, esas miradas que desean tanto sin decir una sola palabra quedaron grabadas en mi mente y corazón para siempre y más allá.

Se fortaleció mi matrimonio, se fortaleció mi hogar y estoy agradecida a mi Padre Celestial y a Su hijo Jesucristo por ello.