2021
Comprender tu identidad divina
Diciembre de 2021


Jóvenes adultos

Comprender tu identidad divina

Cuando procuramos comprender verdaderamente nuestra identidad divina, nuestra perspectiva cambia.

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photo of two young adults

Fotografía por Amanda Steed

¿Quién soy? ¿Quién quiero ser? Estas son dos preguntas que todos nos hacemos en algún momento de nuestra vida.

Comprender nuestra identidad es clave para el modo en que nos vemos a nosotros mismos y a los demás. Sin embargo, esas preguntas pueden ser difíciles de responder cuando las voces que nos rodean dicen que nuestra identidad y nuestra valía provienen de cosas temporales como nuestra apariencia, posición social o éxito en el trabajo o en la escuela.

Es demasiado fácil escuchar al mundo, y sus voces pueden hacernos sentir abrumados, desanimados o perdidos, pero cuando comprendemos realmente nuestra naturaleza divina, podemos empezar a vernos a nosotros mismos y a los demás como Dios nos ve.

¿Quiénes somos?

Algunos de nosotros hemos crecido cantando “Soy un hijo de Dios” (Himnos, nro. 196) o lo hemos aprendido en algún momento, pero aunque nos sepamos la letra de memoria, es fácil pasar por alto la importancia de nuestra herencia celestial.

El apóstol Pablo enseñó que somos más que seres mortales:

“Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16).

Los profetas y apóstoles modernos han reafirmado esta verdad. El presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “Por ser hijos de Dios procreados como espíritus, todos tenemos un origen, una naturaleza y un potencial divinos. Cada uno de nosotros ‘es un amado hijo o hija procreado como espíritu por padres celestiales’. ¡Esa es nuestra identidad! ¡Eso es lo que realmente somos!”1.

Esa verdad incluye el conocimiento de que vivimos con Dios antes de esta vida, que fuimos creados a Su imagen y que no solo tenemos una naturaleza divina, sino también un destino divino.

Desarrollar confianza

Incluso con todos esos recordatorios, a veces podemos seguir cuestionando quiénes somos. Satanás trabaja constantemente para hacernos perder de vista quiénes somos porque sabe que cuando comprendemos y vivimos de acuerdo con nuestra identidad divina, somos bendecidos con poder divino. Nuestra confianza puede aumentar a medida que llegamos a conocer mejor al Padre Celestial y a Jesucristo.

Al estudiar las Escrituras, busca evidencias del amor que Dios tiene por Sus hijos. Ora para ver la mano de Dios en tu vida, y anota los momentos en que sientes Su amor o reconoces Su guía. Si acuden pensamientos negativos, recuérdate a ti mismo cómo sabes que Dios te conoce y se preocupa por ti.

Aprende los atributos del Salvador. Al hacerlo, podrás verlos mejor en ti mismo y tendrás una visión más clara de la persona que puedes llegar a ser con Su ayuda (véase Moroni 7:48).

Y el desarrollar una relación más cercana con el Padre Celestial y el Salvador te ayudará a ver el potencial infinito que Ellos ven en ti.

Conocer nuestra naturaleza divina

¿Cómo te beneficia este conocimiento? Cuando comprendemos verdaderamente que somos hijos de Dios, podemos:

  • Encontrar nuestra valía en nuestra relación con Dios en vez de en fuentes temporales o mundanas.

  • Ver que Su amor disipa el miedo y trae paz a nuestra vida (véase 1 Juan 4:18).

  • Mirar más allá de nuestras diferencias y amar a los demás. Todos somos “hermanos y hermanas unidos por una herencia divina común”, explicó el presidente Ballard. “Ese simple hecho unificador debería anular todo lo que permitimos que cause separación y división entre nosotros”2.

  • Tener una perspectiva eterna. Nuestra identidad divina nos recuerda nuestra meta final: llegar a ser como nuestros padres celestiales y volver a vivir con ellos. Como enseñó el élder José A. Teixeira: “El entender quiénes son en realidad los prepara mejor para reconocer y recordar el camino de regreso al hogar celestial y anhelar estar allí”3.

  • Encontrar la confianza y seguir confiando en la guía de Dios a través de todas las oportunidades, desafíos y experiencias que se nos presentan.

Saber quiénes somos realmente nos ayuda a encontrar felicidad y paz duraderas. De modo que cuando la vida se vuelva difícil o las voces del mundo sean más fuertes, recuerda que nuestro Padre Celestial siempre estará ahí para ayudarnos a vernos como lo que realmente somos y podemos llegar a ser.

Notas

  1. M. Russell Ballard, “Esperanza en Cristo”, Liahona, mayo de 2021, pág. 53.

  2. M. Russell Ballard, “Children of Heavenly Father”, (devocional de la Universidad Brigham Young, 3 de marzo de 2020), pág. 4, speeches byu.edu.

  3. José A. Teixeira, “Recuerden el camino de regreso a casa”, Liahona, mayo de 2021, pág. 92.