2021
Ministrar a las personas con discapacidades
Abril de 2021


Principios de ministración

Ministrar a las personas con discapacidades

No tenga temor a tender la mano y aprender cómo ayudar.

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women visiting in a kitchen

En el centro: ilustración fotográfica por Nancy Ann Kirkpatrick; a la derecha: ilustración fotográfica de Getty Images.

Ministrar a amigos y vecinos que tengan discapacidades puede resultar intimidante. Aunque queremos tender la mano de manera cristiana, a veces simplemente no estamos seguros de cómo hacerlo.

Mientras vivían en New Canaan, Connecticut, EE. UU., a la familia Thompson se la bendijo con dos mellizas. Cuando las niñas nacieron de modo prematuro y con síndrome de Down, el barrio acudió al rescate y los apoyó durante las cirugías a corazón abierto de las mellizas y durante meses de hospitalizaciones. Algunas de aquellas primeras necesidades fueron fáciles de ver; los miembros se organizaban para preparar comidas, cuidar a los niños, limpiar la casa, ayudar con lo relativo a la Navidad, y aun más.

No obstante, la ayuda amorosa no cesó conforme las niñas crecieron y las necesidades se volvieron menos notorias. Hubo amigos, líderes y hermanos y hermanas ministrantes amorosos que hicieron el esfuerzo de consultar a los Thompson en cuanto a cómo podían ayudar.

“Una amiga me preguntó qué cosa nos resultaba difícil”, dijo la hermana Thompson. “Le mencioné que los domingos eran difíciles, pues mi esposo y yo a menudo estábamos ocupados en nuestros llamamientos y solo podíamos dejar que nuestra hija mayor se hiciera cargo. Mi amiga de inmediato se ofreció a cuidar a las mellizas durante algunas horas cada domingo; y lo hizo durante muchos meses”.

Cuando las mellizas llegaron a la adolescencia, los líderes conversaban con los padres con regularidad a fin de planificar actividades que fueran inclusivas y entretenidas para ellas, así como para el resto de las jóvenes. Otra amiga invitaba a las jovencitas a su casa para que los Thompson pudieran participar en los ensayos del coro.

Después que los Thompson se mudaron a Utah, se asignó a un matrimonio que ministrara a la familia. “Antes de visitarnos, siempre preguntaban qué necesitábamos y qué tipo de mensaje se adecuaría mejor a la familia”, dijo la hermana Thompson. “Dedicaron tiempo a conocer a cada miembro de la familia, lo cual es importante, pues con frecuencia se presta menos atención a los hermanos de quienes tienen necesidades especiales”. El matrimonio a menudo invitaba a las mellizas a salir para realizar actividades especiales, dándole así un descanso a la familia.

La hermana Thompson aconseja a los hermanos y hermanas ministrantes que no teman preguntar a los padres qué les resulta difícil y cómo pueden ayudar. “Tan solo tiendan la mano; cuanto más lleguen a conocer a alguien, tanto más entenderán cómo ministrarle mejor”.

Sugerencias para ministrar a las personas con discapacidades y sus familias

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group of people supporting young woman in a wheelchair

En el centro: ilustración fotográfica por Nancy Ann Kirkpatrick; a la derecha: ilustración fotográfica de Getty Images.

  1. Conozca a la persona tal como es, más allá de su discapacidad. Pregúnteles qué les gustaría que sepa en cuanto a ellos. ¿Cuáles son sus aficiones?

  2. Hábleles del modo en que les hablaría a otras personas de su edad; procure mostrar respeto en su tono de voz y en sus acciones. Procure hablarles directamente a ellos.

  3. No ignore a las personas que tengan discapacidades; téngalas presente e inclúyalas. Consulte al miembro y a la familia de este en cuanto al modo en que les gustaría colaborar y servir.

  4. En el caso de las personas con discapacidades que sean menores de edad, use expresiones como, por ejemplo, “Háblenme en cuanto a David”, a fin de permitir que la familia mencione aquello con lo que se sienta cómoda.

  5. Ofrecerse a pasar tiempo con niños que tengan discapacidades puede proporcionar a los padres una pausa para centrarse en los demás hijos o atender otras ocupaciones. Además, nos hace comprender mejor la carga que llevan sobre sus hombros las personas que brindan ese cuidado.

  6. Puede brindar ayuda aunque no le sea posible estar presente; recibir notas de aliento o escuchar una voz amigable puede significar muchísimo. Incluso puede realizar compras en internet en ocasión de los cumpleaños o para atender otras necesidades.