2019
La importancia eterna de las decisiones rectas
Agosto de 2019


La importancia eterna de las decisiones rectas

De un discurso pronounciado en un devocional de la Universidad Brigham Young-Hawái, el 20 de noviembre de 2018, y en la Universidad Utah Valley, el 1º de febrero de 2019.

Las decisiones que tomamos son cruciales; son la clave de nuestro futuro y de nuestra felicidad.

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people walking toward a bright door

Ilustraciones de Getty Images

Vivimos en un mundo que recalca la diversidad por encima de la unidad. Muchas personas suponen que es prácticamente imposible que personas de diferentes culturas y orígenes estén unidas en objetivos comunes. Algunos han afirmado: “Carecemos de un argumento unificador para explicar cómo un pueblo diverso vive” junto1. Algunas personas creen que “el mundo está determinado por tu identidad tribal particular. Describen la sociedad como un campo de batalla” que “cultiva la desconfianza, la división y la gelidez emocional”2.

La respuesta unificadora a tales afirmaciones es el evangelio restaurado de Jesucristo. La rectitud es el principio subyacente que proporciona unidad y felicidad. Me encanta el capítulo 9 de 2 Nefi, que contiene una increíble enseñanza sobre el conocimiento, la sabiduría, las riquezas, el trabajo y el negarse a ver o escuchar las consecuencias del pecado. Contiene una doctrina profunda que nos permite seguir las sendas de la rectitud que conducen al Salvador.

Compartiré cinco principios que creo que contribuirán a su búsqueda fructífera de fe en el Señor Jesucristo, rectitud y conocimiento. Estos objetivos pueden ser compatibles y complementarios. En el plano práctico, muchos de ustedes se están preparando para la vida familiar y están buscando medios de sostén para su familia. La fe, la rectitud y el conocimiento los ayudarán en gran manera en ambos aspectos. Toda labor honrada vale la pena y es digna de admiración. Un trabajo que entraña valores, aportes valiosos y nuevas ideas, y que bendice al género humano es particularmente significativo.

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man harvesting ideas

1. Seguir aprendiendo.

El primer principio que compartiré es proseguir la búsqueda de conocimiento con entusiasmo y rectitud. Uno de mis héroes en esta categoría es Paul Cox, un miembro activo de la Iglesia. Obtuvo una licenciatura en Ciencias en la Universidad Brigham Young con especialización en Botánica y consiguió varios títulos de posgrado. Sirvió en una misión en Samoa y luego vivió con su familia en Savai‘i, Samoa, durante muchos años. Uno de sus campos fue la etnomedicina, en la que estudió algunas de las plantas que habían utilizado varias generaciones de madres samoanas para tratar problemas de salud. Como coautor, escribió “Plants, People, and Culture: The Science of Ethnobotany” [Plantas, pueblos y cultura: La ciencia de la etnobotánica]3.

Él ha impulsado grandes adelantos en el tratamiento de enfermedades. Aunque ha hecho muchas cosas en su excepcional carrera, lo que deseo mencionar ocurrió hace muchos años. Paul y un jefe samoano, Fuiono Senio, realizaron investigaciones etnobotánicas en la aldea de Falealupo, en la región occidental de Samoa.

Un artículo de la publicación BYU Magazine narra: “La aldea había autorizado a regañadientes la concesión para la explotación de su bosque tropical a una empresa de tala de árboles para recaudar fondos a fin de construir una escuela, ya que, según dice Cox, ‘pensaban que tenían que escoger entre sus hijos y su selva, lo cual era una decisión verdaderamente terrible para ellos’. Cuando se enteró de la transacción con la empresa, Cox le dijo a los jefes que él mismo pagaría la construcción de la escuela si podían detener la tala” de la selva tropical4.

Él edificó la escuela con la ayuda de hombres de negocios que eran influyentes en Samoa5. El hermano Cox ha recibido muchas distinciones y premios, entre ellos, el Premio Medioambiental Goldman para los héroes del medio ambiente de base popular. Él representa la constante búsqueda de conocimiento para bendecir a la humanidad. Este relato ejemplifica el amor por el aprendizaje y la sinergia del conocimiento.

El presidente Russell M. Nelson, otro de mis héroes, fue pionero en el desarrollo de la cirugía a corazón abierto, que ha bendecido significativamente a quienes viven en nuestra época. Hace algunos años, le pregunté acerca de la increíble historia de la cirugía a corazón abierto y la importante función que él tuvo en ella. Conversamos al respecto un tiempo y luego dijo con humildad: “Qué maravilloso es que el Señor, quien lo sabe todo, nos permita el gran gozo de descubrir ciertas porciones de conocimiento”.

En 2 Nefi 9:29, leemos: “Pero bueno es ser instruido, si hacen caso de los consejos de Dios”. El conocimiento siempre ha sido importante, y hoy en día estamos en el umbral de muchos nuevos y emocionantes adelantos científicos y tecnológicos. Ciertamente, gran parte de ello supondrá enormes beneficios para la Iglesia y para toda la familia humana. El conocimiento, si se usa con rectitud, ya sea antiguo o nuevo, es importante.

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man standing at a crossroads

2. Las decisiones rectas importan.

Hace muchos años, el élder Bruce C. Hafen, que ahora es miembro emérito de los Setenta, compartió un ejemplo cómico sobre las malas decisiones durante un discurso pronunciado en Nueva Zelanda. Según recuerdo, Comegalletas [Lucas o Triki] (un famoso personaje de Plaza Sésamo) había ganado un concurso y podía elegir entre tres opciones como premio. Primero, podía ganar una casa nueva un mes más tarde; segundo, podía ganar un vehículo nuevo una semana más tarde; o tercero, podía ganar una magnífica galleta, ¡ahora mismo! ¿Qué creen que eligió? ¡Exacto! ¡Escogió la galleta!6.

Nos reímos de eso, pero las decisiones que tomamos son cruciales; son la clave de nuestro futuro y de nuestra felicidad. Recuerden, somos la suma total de cada decisión que tomamos. Vivimos en una época en la cual casi cada decisión se debate y se examina. Mucha gente, casi de inmediato, se opone a cualquier propuesta o principio recto (véase 2 Timoteo 4:3). Cerca del final de su vida, el profeta Lehi enseñó:

“Porque es preciso que haya una oposición en todas las cosas…

“Así pues, los hombres son libres según la carne; y les son dadas todas las cosas que para ellos son propias. Y son libres para escoger la libertad y la vida eterna, por medio del gran Mediador de todos los hombres, o escoger la cautividad y la muerte, según la cautividad y el poder del diablo; pues él busca que todos los hombres sean miserables como él” (2 Nefi 2:11, 27).

Dada la guerra en los cielos por causa del Plan de Salvación (véase Abraham 3), no es de extrañar que los principios religiosos que se enseñan en esta, la última dispensación, se ataquen con ferocidad malévola. No obstante, a fin de no desanimarnos, recordemos el resultado de la guerra en los cielos y el resultado maravilloso que sabemos que vendrá con la segunda venida de Jesucristo.

Un gran enemigo de las buenas decisiones es la racionalización. Muchos sostienen que no tenemos que rendir cuentas por nuestras decisiones. Sin embargo, gracias al evangelio restaurado de Jesucristo, nosotros sabemos que debemos rendir cuentas (véase Doctrina y Convenios 72:3). Además, sabemos a quién debemos rendir cuentas; ¡al Salvador! (véase 2 Nefi 9:41; véase también Hechos 4:12).

A veces, las decisiones importantes son bastante sencillas. Mientras éramos jóvenes misioneros que servían en Inglaterra, mi compañero y yo tuvimos la oportunidad de ir al templo. Al cruzar los jardines del templo, el presidente del templo, Selvoy J. Boyer, caminó hasta nosotros. Al ver nuestras placas de misioneros, nos señaló y preguntó: “Mateo 5:48; ¿conocen ese pasaje de las Escrituras?”. Mi compañero dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. El presidente Boyer replicó: “Es correcto. Élderes, ¿viven ese mandamiento?”.

Comenzamos a tartamudear; ¡sabíamos que no éramos perfectos! El presidente nos ayudó; nos hizo preguntas sobre lo que habíamos hecho durante los últimos tres días; preguntó sobre a qué hora nos íbamos a dormir; a qué hora nos levantábamos; preguntó si estudiábamos las Escrituras individualmente y con el compañero; y si salíamos a hacer proselitismo puntualmente. Luego dijo: “Estoy seguro de que no son perfectos, pero han tomado decisiones perfectas durante los últimos tres días, y eso significa que van en la dirección correcta”. Nos dejó pensando sobre la importancia de lo que nos había preguntado.

Lehi expresó esta amonestación sobre las decisiones, la cual cada padre y cada madre que son justos reitera a sus hijos e hijas: “… quisiera que confiaseis en el gran Mediador y que escuchaseis sus grandes mandamientos; y sed fieles a sus palabras y escoged la vida eterna, según la voluntad de su Santo Espíritu” (2 Nefi 2:28).

Tenemos que entender que hay oposición en todas las cosas y que las decisiones rectas que tomemos son cruciales.

Cuando era joven, me enseñaron unas palabras de Harry Emerson Fosdick, un renombrado ministro protestante. Al referirse a las decisiones, dijo: “Con gran frecuencia, los males trágicos de nuestra vida no son intencionados. No comenzamos imponiéndonos ese objetivo mediocre y fácil; esa no era nuestra idea en absoluto… Esa es la razón por la cual el camino al infierno siempre está pavimentado con buenas intenciones; y esa es la razón por la que no resalto los ideales elevados, los grandes objetivos, los propósitos excelsos ni las resoluciones grandiosas, sino que en vez de eso digo que una de las cosas más peligrosas del mundo es aceptarlos y pensar que los creemos, y luego descuidar los instrumentos cotidianos que nos conducen a ellos. ¡Oh, alma mía, presta atención al camino sobre el que andas! Quien escoge un extremo de un palillo también escoge el otro. Quien escoge el principio de un camino también escoge el lugar al cual conduce. Son los medios los que determinan los fines”7.

3. Hacer un esfuerzo consagrado cotidiano.

Un esfuerzo consagrado cotidiano y recto es mejor que las acciones heroicas ocasionales. Un amigo mío, Jim Jardine, manifestó en una conferencia en la Universidad Brigham Young que, cuando era alumno, pensó “en consagrar [su] vida a un gesto heroico y grandioso”, pero llegó a darse cuenta de que la “consagración no es un acontecimiento de una sola vez en la vida; es una dedicación diaria”8.

Cuando era joven, yo también quería mostrar mi valor mediante algún gesto heroico. Mi bisabuelo, David Patten Kimball, fue uno de los jóvenes que rescató y ayudó a trasladar a los miembros de la compañía de carros de mano de Martin a través del río Sweetwater. Aquello parecía el tipo de consagración que yo buscaba. Más adelante, mientras visitaba a mi abuelo Crozier Kimball, me explicó que cuando el presidente Brigham Young (1801–1877) envió a los hombres en la misión de rescate, les mandó hacer todo lo que pudieran para salvar a la compañía de carros de mano. Su consagración consistía específicamente en “seguir al profeta”. Mi abuelo me dijo que la dedicación constante, fiel y recta a nuestro propio deber o a un principio es algo digno de gran admiración.

El hecho de que David Patten Kimball ayudara a rescatar a los pioneros en su día es tan heroico como el que hoy sigamos al profeta obedeciendo su consejo de disminuir el uso de las redes sociales, estudiar el Libro de Mormón y, particularmente, ayudar a recoger al Israel disperso en ambos lados del velo. Si ayudamos a recoger al Israel esparcido, estaremos rescatando las almas del género humano, tal y como mi bisabuelo ayudó a rescatar a los integrantes de la compañía de carros de mano.

Algunos miembros de la Iglesia expresan que se comprometerían con entusiasmo si se les diera un llamamiento importante, pero no consideran que la ministración ni la investigación de historia familiar sean lo suficientemente heroicas como para esforzarse en ellas de manera continua.

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people shaking hands

4. Ser firmes e inmutables en lo tocante a la rectitud.

Hace algunos años, el élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló acerca de algunos de sus amigos personales que eran menos activos en la Iglesia. Dijo que había observado las fluctuaciones de su fe, y cuál era la causa primordial de ello. A continuación, el élder Maxwell dijo:

“Un versículo del Libro de Mormón ofrece la explicación más satisfactoria. Es una pregunta que está en Mosíah 5:13: ‘Porque ¿cómo conoce un hombre al amo a quien no ha servido, que es un extraño para él, y se halla lejos de los pensamientos y de las intenciones de su corazón?’.

“Eso describe lo que sucede habitualmente: las personas que en otros aspectos son mayormente buenas, sencillamente quedan atrapadas en las preocupaciones del mundo. Si en vez de acercarnos más al Maestro llegamos a ser extraños para Él, entonces hemos perdido el camino. Las personas buenas a quienes les ocurre eso no han cometido una transgresión grave, por lo general, sino que se han distanciado del Salvador y Él se ha vuelto un extraño para ellas”9.

Es esencial que coloquemos la fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el centro de nuestra vida. Un magnífico presidente de misión hizo que cada uno de nosotros —los misioneros— memorizáramos una sencilla declaración relacionada con la fe y la rectitud, la cual me ha acompañado toda la vida. Se la recomiendo:

No hay suerte, destino ni fortuna

[que] frustrar ni dominar pueda

la firme convicción de alma alguna10.

Mis queridos amigos, deben ser almas resueltas en lo que respecta a vivir con rectitud.

5. Ganarnos nuestro legado mediante decisiones rectas.

Uno de los grandes relatos del Libro de Mormón es el consejo de Alma a sus tres hijos: Helamán, Shiblón y Coriantón. Alma era hijo de Alma, el profeta, y tuvo una milagrosa conversión cuando era joven. Llegó a ser el juez superior de la nación, y el sumo sacerdote y profeta de la Iglesia. Dos de sus hijos habían tomado buenas decisiones, pero uno de ellos había tomado algunas decisiones muy malas. Para mí, lo que hace más significativo el consejo de Alma es que lo brinda como padre a sus hijos. Su primera preocupación era que tuvieran un testimonio de Dios el Padre, de Jesucristo y del Espíritu Santo.

Alma comienza en el capítulo 36 narrando su conversión milagrosa a Helamán. Un ángel le había dicho a Alma que sería destruido si seguía oponiéndose a la Iglesia. Alma testifica que el conocimiento que compartía no provenía de su propia sabiduría, sino que Dios se lo había revelado. Él quería que Helamán tuviera un testimonio.

Muchos de ustedes, si no la mayoría, tienen un testimonio. Cada uno de nosotros necesita un testimonio personal. El presidente Joseph F. Smith (1838–1919) dijo: “Una falta que deben evitar los santos, jóvenes y mayores, es la tendencia a vivir con luz prestada… [y permitir] que la luz en ellos sea un reflejo más bien que la original”11.

El presidente Heber C. Kimball (1801–1868), que era consejero del presidente Young, dijo:

“Llegará el momento en que ningún hombre ni ninguna mujer podrá perseverar con luz prestada. Cada uno tendrá que ser guiado por la luz que tenga dentro de sí. Si no la tienen, ¿cómo podrán resistir?…

“Si no la tienen, no resistirán. Por esa razón, procuren tener un testimonio de Jesucristo y aférrense a él, a fin de que, cuando llegue el tiempo de probación, no tropiecen y caigan”12.

La sección 76 de Doctrina y Convenios habla de los tres grados de gloria y compara la gloria celestial con el sol. Luego compara el Reino Terrestre con la luna y el Reino Telestial con las estrellas (véase también 1 Corintios 15:41).

Es interesante que el sol tiene luz propia, pero la luna refleja la luz o tiene “luz prestada”. En referencia a quienes hereden el Reino Terrestre, el versículo 79 dice: “Estos son aquellos que no son valientes en el testimonio de Jesús”. No podemos obtener el Reino Celestial y vivir con Dios el Padre con luz prestada.

Agradezcan si han tenido buenos padres que poseen un testimonio y les han enseñado el Evangelio. No obstante, ustedes necesitan su propio testimonio. El filósofo Goethe dijo: “Lo que de tu padre has heredado es un préstamo; gánalo de nuevo a fin de poseerlo en verdad”13.

Cada persona tiene la responsabilidad de tomar decisiones rectas y de meditar seriamente en los cinco aspectos de consejo que he expuesto. Su objetivo principal es edificar su fe personal. Las condiciones del mundo requieren cada vez más una creciente conversión individual al Padre Celestial, a Jesucristo y a Su expiación, y el fortalecimiento de la fe en Ellos.

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people walking towards light

Preparados para los tiempos peligrosos.

La Iglesia ha hecho un esfuerzo increíble para brindarles un mapa que los ayudará a tomar decisiones rectas. El Señor nos ha preparado, línea por línea, para los “tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1) que afrontamos en la actualidad. Una breve lista de acciones de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles para brindarles dicho mapa del camino abarca lo siguiente:

  • Se ha vuelto a hacer hincapié en honrar el día de reposo y la sagrada ordenanza de la Santa Cena en los últimos cinco años.

  • Bajo la dirección del obispo, los cuórums de élderes y Sociedades de Socorro fortalecidos se centran en el propósito y en las responsabilidades divinamente señaladas de la Iglesia, ayudando a los miembros a concertar y guardar convenios sagrados.

  • Está adoptándose con gozo el ministrar de una manera más elevada y santa.

  • Al comenzar con el fin en mente, los convenios del templo y el servicio en la historia familiar se están convirtiendo en una parte significativa de la senda de los convenios.

Durante la Conferencia General de octubre de 2018 se presentaron ajustes adicionales para lograr un nuevo equilibrio entre lo que sucede en la Iglesia y en el hogar. Se presentaron ajustes a fin de lograr un enfoque del día de reposo centrado en el hogar y apoyado por la Iglesia. En el discurso que pronuncié, que fue aprobado por la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles, declaramos que los propósitos y las bendiciones que acompañan a este ajuste y a otros cambios recientes abarcan lo siguiente:

  • Profundizar la conversión al Padre Celestial y al Señor Jesucristo, y fortalecer la fe en Ellos.

  • Fortalecer a las personas y a las familias por medio de un plan de estudios centrado en el hogar y apoyado por la Iglesia que contribuye a vivir el Evangelio de forma gozosa.

  • Honrar el día de reposo, centrándonos en la ordenanza de la Santa Cena.

  • Ayudar a todos los hijos del Padre Celestial, en ambos lados del velo, por medio de la obra misional y de recibir las ordenanzas, los convenios y las bendiciones del templo14.

Guardar con rectitud el consejo que se ha dado los bendecirá ahora y durante toda la vida.

Notas

  1. David Brooks, “The Rise of the Amphibians”, New York Times, 15 de febrero de 2018, nytimes.com.

  2. Brooks, “The Rise of the Amphibians”.

  3. Michael J. Balick y Paul Alan Cox, Plants, People, and Culture: The Science of Ethnobotany, 1996.

  4. Julie Walker, “Professor and Samoan Chief Awarded for Saving Rain Forest”, BYU Magazine, verano de 1997, pág. 8; véase también Anne Billings, “El poder de tu influencia: Paul Cox —La preservación de las creaciones de Dios”, Liahona, noviembre de 1998, págs. 32–37.

  5. Entre ellos se incluyen miembros de la Iglesia como Rex Maughan, Ken Murdock y otros.

  6. Véase Bruce C. Hafen y Marie K. Hafen, “Bridle All Your Passions”, Ensign, febrero de 1994, pág. 16.

  7. Harry Emerson Fosdick, Living Under Tension, 1941, pág. 111.

  8. James S. Jardine, “Consecration and Learning”, en Henry B. Eyring, ed., On Becoming a Disciple-Scholar: Lectures Presented at the Brigham Young University Honors Program Discipline and Discipleship Lecture Series, 1995, pág. 78.

  9. Neal A. Maxwell, “Insights from My Life”, Ensign, agosto de 2000, pág. 9.

  10. Ella Wheeler Wilcox, “Will”, en Charles Wells Moulton, The Magazine of Poetry: A Quarterly Review, tomo V, 1893. El presidente de misión era el élder Marion D. Hanks.

  11. Joseph F. Smith, Gospel Doctrine, 5.ª ed., 1939, pág. 87.

  12. Heber C. Kimball, en Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball, 6.ª ed., 1975, pág. 450.

  13. Johann Wolfgang von Goethe, Faust [Fausto], traducción libre, 1912, tomo I, pág. 28.

  14. Véase Quentin L. Cook, “Una conversión profunda y duradera al Padre Celestial y al Señor Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 8–11.