2019
La mejor inversión
Agosto de 2019


Las bendiciones de la autosuficiencia

La mejor inversión

Tras ser despedida de su trabajo, Blanca Gregory estaba estresada por tener que buscar un nuevo empleo, pero entonces se unió a un grupo de autosuficiencia de Buscar un mejor empleo.

Imagen
paper collage of woman reading

Collage en papel de la hermana Gregory, por David Green

Blanca Gregory llevaba veintisiete años trabajando para entidades bancarias, doce de ellos como directora adjunta; así que su despido fue para ella una gran sorpresa, la cual pronto dio paso a la preocupación y al estrés.

Afortunadamente, Eric, el esposo de Blanca, sí tenía trabajo y la familia contaba con ahorros para salir del apuro. Tras recuperarse de una enfermedad y estar desempleada durante más de un año, la hermana Gregory empezó a buscar un nuevo trabajo.

Actualizó su currículum, se matriculó en clases de informática, asistió a ferias de empleo y comenzó a enviar solicitudes de empleo. Como resultado, la llamaron para hacer varias entrevistas de trabajo. Con su experiencia laboral, ella pensó que le resultaría fácil encontrar un nuevo empleo.

La hermana Gregory dice: “Empecé a preocuparme cuando no tuve noticias de nadie. Me preguntaba qué estaba pasando”.

Pasaron los meses sin recibir ni una sola oferta de trabajo. Finalmente, su esposo, que entonces prestaba servicio como obispo de su barrio en Newport Beach, California, EE. UU., le sugirió a Blanca que echara un vistazo a la iniciativa de autosuficiencia de la Iglesia y se uniera a un grupo de Buscar un mejor empleo.

“Se siente el Espíritu”

Como miembro de un grupo de Buscar un mejor empleo, la hermana Gregory comenzó un curso de doce semanas que la ayudó a aprender a establecer redes de contactos, determinar oportunidades, actualizar su currículum, presentarse profesionalmente y prepararse para hacer entrevistas de trabajo. También se fijó metas diarias relacionadas con encontrar recursos, establecer contactos y tener entrevistas en persona.

“Una clase de autosuficiencia no se parece a ninguna otra clase; es una inspiración. Allí se siente el Espíritu”, afirma. “Nuestra clase nos enseñó a ejercer la fe, ser diligentes, trabajar arduamente y suplicar al Señor, y no depender únicamente de nuestras destrezas y capacidad para buscar trabajo, sino depender también de la ayuda del Padre Celestial”.

Gracias a su grupo de “Buscar un mejor empleo”, la hermana Gregory practicó mucho cómo expresar sus aptitudes y establecer contacto con personas y empresas mediante una herramienta para establecer redes de contactos denominada “Yo en 30 segundos”. Una presentación “Yo en 30 segundos” ayuda a los empleadores a entender el tipo de trabajo que busca un empleado potencial, la experiencia de la persona y cómo podría esa persona ayudar a que la empresa tenga éxito.

Un día, unas ocho semanas después de empezar el curso, la hermana Gregory sintió que debía arrodillarse y orar constantemente durante todo el día para pedir ayuda.

“Me humillé”, dice. “Oré de verdad al Padre Celestial para que me ayudara a encontrar algo. No le dije que quería ser directora ni que quería ganar una cantidad de dinero. Solo necesitaba un trabajo y derramé mi corazón ante el Señor”.

Como parte de sus “tareas” de ese día, envió cinco solicitudes de empleo en formato electrónico. Al día siguiente, recibió la llamada de un empleador potencial que quería entrevistarla para un puesto de directiva de una sucursal bancaria. Ella estaba entusiasmada porque sus oraciones habían tenido respuesta tan rápidamente.

“Como había practicado tanto en clase, no me puse nerviosa por la entrevista”, explica la hermana Gregory. Sin embargo, oró fervientemente antes de la entrevista y rogó: “Padre Celestial, pon palabras en mi boca para que pueda responder correctamente y para que las personas que me entrevisten vean el valor de lo que puedo ofrecer”.

“Les cambiará la vida”

En marzo de 2018, unos días después de la entrevista de la hermana Gregory, Mickey y Margaret Foster llegaron al estacionamiento de un centro de reuniones de la Estaca Newport Beach para visitar al grupo de Buscar un mejor empleo de esa tarde. Los Foster, que en ese momento prestaban servicio como misioneros mayores a tiempo completo en los Servicios de autosuficiencia, llegaron temprano y se sorprendieron al ver a Blanca, que ya había estacionado.

El élder Foster lo relata así: “Estaba tan entusiasmada que entró de golpe a nuestro vehículo para decirnos que había conseguido un trabajo. Describió lo mucho que amaba a su Padre Celestial y lo que la iniciativa de autosuficiencia y su grupo habían significado para ella en su búsqueda de empleo”.

Además, la hermana Gregory testificó a los Foster que nunca se había sentido tan cerca del Salvador ni había sentido tanto la intervención personal de Él en su vida. Invadidos por la gratitud y la emoción, los tres lloraron. Un año después, la hermana Gregory sigue estando agradecida por su grupo de autosuficiencia, por la ayuda celestial y por su puesto de directiva de una entidad bancaria.

“El sueldo es bueno, el horario es bueno y los beneficios también”, afirma. Está utilizando sus destrezas, cultivando nuevos talentos y “progresando en la empresa”.

“Unirse a un grupo de Buscar un mejor empleo por doce semanas es la mejor inversión que se puede hacer”, afirma, dirigiéndose a quienes busquen trabajo o quieran cambiar de empleo. “No solo los ayudará a actualizar su currículum y expresar sus aptitudes, sino que también los ayudará a aprender a ejercer la fe y a aumentar su testimonio. Eso es lo que marca la diferencia. La clase solo les llevará un par de horas cada semana, pero les resultará verdaderamente útil. Les cambiará la vida”.