2019
Nuestro cuerpo sagrado
Agosto de 2019


Enseñar a adolescentes y a niños más jóvenes

Nuestro cuerpo sagrado

Imagen
illustration of hands and legs

Ilustraciones por David Green

Si no enseñamos a nuestros hijos acerca de la importancia eterna del cuerpo, el mundo no tardará en intervenir y educar equivocadamente a nuestros hijos en nuestro lugar.

En 1 Corintios 6:19, el apóstol Pablo nos enseña que nuestro cuerpo es sagrado: “¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros?”. Esto no es lo que el mundo enseña. En vez de ello, nuestros hijos están rodeados de mensajes confusos que les generan preguntas y dudas.

¿Cuál es el tamaño perfecto para el cuerpo?

¿Cuál es la ropa adecuada que debo vestir?

¿Para qué debería utilizar mi cuerpo?

A continuación se dan varias ideas para ayudar a los niños a apreciar su cuerpo como un maravilloso instrumento para hacer el bien.

Imagen
feet with a bow

Nuestro cuerpo es un don

Hay cuerpos de todas las formas, colores, tamaños y niveles de capacidad. Es posible que el mensaje más valioso que podamos comunicar a nuestros hijos es que todos los cuerpos son una bendición preciada. La obtención de un cuerpo físico constituye una parte importante del plan de felicidad; después de todo, nuestra alma está compuesta por nuestro espíritu y nuestro cuerpo (véase Doctrina y Convenios 88:15). Según enseñó Pablo, nuestro cuerpo es un templo para el Espíritu Santo.

Los niños, al igual que los adultos, pueden sentirse frustrados por el aspecto de su cuerpo o lo que son capaces de hacer con él. Pero está bien. Ayuden a sus hijos a entender que también un cuerpo imperfecto puede ayudarnos a aprender y progresar. Podemos darles ejemplo centrándonos en las cosas buenas que nuestro cuerpo puede hacer, en lugar de preocuparnos demasiado por nuestra apariencia o comparar nuestro cuerpo con el de los demás. Algún día, todos resucitaremos y nuestro cuerpo “será restablecido a su propia y perfecta forma” (Alma 40:23).

Imagen
hand holding toothbrush

Cuidar del cuerpo

Los hábitos saludables que los niños desarrollen los bendecirán durante el resto de su vida. Como padres, tenemos una influencia significativa en la comida que ingieren, sus actividades físicas, sus hábitos de higiene y otras formas de cuidar de su cuerpo. Además de instarlos a vivir de forma saludable, podemos crear un entorno familiar que ejemplifique esas buenas decisiones. Eso incluye mantener conversaciones sinceras y sin vergüenza sobre la intimidad sexual y los cambios que pueden esperar en su cuerpo al ir creciendo. (Para obtener ayuda en cuanto a mantener conversaciones apropiadas según la edad, consulte Una Guía para los Padres en ChurchofJesusChrist.org).

Imagen
foot stepping on nail

Prevenir el abuso

Lamentablemente, más o menos una de cada cuatro personas de todo el mundo sufre abusos en la infancia1. Podemos esforzarnos para proteger y dotar de armas a nuestros hijos. Podemos enseñarles a decir “no” a las cosas que los hacen sentirse incómodos y que, si alguien les hace daño, deben pedir ayuda y seguir pidiéndola hasta que se sientan seguros. Podemos enseñarles los términos exactos para referirse a las partes del cuerpo, entablar conversaciones emocionalmente seguras sobre las preguntas que tengan e instarlos a prestar atención al Espíritu. (Véase “Proteger a los niños” en la revista Liahona del próximo octubre de 2019).

En los medios de comunicación hay muchos mensajes dañinos acerca del cuerpo. ¿Qué leen, ven y escuchan nuestros hijos? Conforme enseñemos a nuestros hijos a reconocer y evitar los contenidos perniciosos, estarán más preparados para distinguir entre la verdad y la mentira (véase “Growing a Healthy Technology Garden”, Ensign, abril de 2017).

Imagen
hand holding heart

Ser bondadosos

¿Alguna vez hacemos comentarios crueles sobre el cuerpo de una persona, incluso el nuestro? Si es así, estamos dándole un ejemplo perjudicial a los más jóvenes. En lugar de hacer eso, podemos adoptar la costumbre de expresar gratitud por las cosas que nuestro cuerpo puede hacer. Podemos dar ejemplo con comentarios amables, por ejemplo, alabando a otras personas por sus acciones y atributos, no solo por su aspecto.

Por último, otras personas pueden tratar su cuerpo de maneras que se nos enseña evitar. Cuando les digamos a nuestros hijos que se abstengan de hacerse tatuajes y perforaciones en el cuerpo, y de llevar ropa inmodesta, asegurémonos de enseñarles también a ser amables. Aunque tal vez no estemos de acuerdo con las decisiones que tomen los demás, siempre deberíamos tratarlos con amor y respeto.

Nota

  1. Véase Organización Mundial de la Salud, “Violence and Injury Prevention” [Prevención de la violencia y los traumatismos] www.who.int/violence_injury_prevention/violence/child [en inglés].