2017
Cinco preguntas que debes hacerte cuando no sientas respuestas a las oraciones
January 2017


CinPreguntas que hay que hacer cuando se piensa que no se han contestado las oraciones

La autora vive en Nueva York, EE. UU.

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Questions about prayer

¿Alguna vez han ofrecido una oración y esperado una respuesta que parecía no llegar? No están solos, aunque pueden estar seguros de que el Padre Celestial en efecto ha escuchado sus oraciones. Es importante recordar que las respuestas tal vez no lleguen cuando o como las deseen y que nuestro Padre Celestial siempre sabe lo que es mejor.

Aquí hay algunas preguntas que podrían hacerse cuando están luchando por recibir respuesta a una oración:

1 ¿Estoy listo para actuar según la respuesta?

Orar con fe significa estar listo para actuar de acuerdo a la respuesta que recibiste, ya sea la respuesta que esperabas o no. En una ocasión, el profeta José Smith recibió la siguiente instrucción: “Por tanto, prepara tu corazón para recibir y obedecer las instrucciones que estoy a punto de darte, porque todos aquellos a quienes se revela esta ley, tienen que obedecerla” (D. y C. 132:3). Si oras sobre si debes ir o no a una fiesta ¿obedecerás sin importar la respuesta (aunque la respuesta sea no)?

2 ¿He hecho todo lo que estaba a mi alcance?

Digamos que no estudiaste para tu examen de ciencias porque en vez de ello saliste con tus amigos. ¿Te ayudará el Padre Celestial a pasar el examen si simplemente le pides Su ayuda?

Tenemos que hacer nuestra parte para recibir las bendiciones. Así que, al estudiar para un examen, podrías orar y pedir fortaleza para hacerlo bien de acuerdo con tu preparación.

Considera el ejemplo de los hijos de Mosíah, que tuvieron éxito en la obra misional cuando hicieron un esfuerzo extra: “Mas esto no es todo; se habían dedicado a mucha a oración y ayuno; por tanto, tenían el espíritu de profecía y el espíritu de revelación, y cuando enseñaban, lo hacían con poder y autoridad de Dios” (Alma 17:3).

3 ¿He ignorado la respuesta?

El Padre Celestial siempre te escucha, así que, ¡es posible que Él ya haya contestado tu oración! Tal como dice en Doctrina y Convenios 6:14: “…cuantas veces lo has hecho, has recibido instrucción de mi Espíritu”. Puedes orar y pedir ojos espirituales para reconocer la respuesta, ya que a veces las respuestas pueden ser en forma sutil o indirecta, como por medio de las acciones de otras personas.

También, no te olvides de dedicar tiempo a escuchar. El élder Richard G. Scott (1928–2015) del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó: “Muy raramente recibirás Sus respuestas mientras aún te encuentres de rodillas. … sino que recibirás inspiración en momentos de silencio en que el Espíritu pueda llegar más efectivamente a tu mente y a tu corazón” (“Utilizar el don supremo de la oración”, Liahona, mayo de 2007, pág. 9).

4 ¿Son justos mis deseos?

Si alguna vez pediste algo que no era lo mejor para ti, es muy probable que tu petición no se te concediera. El Salvador enseñó que debemos “…siempre orar al Padre en mi nombre” (3 Nefi 18:19), lo cual sugiere que pidamos cosas que sean justas y Ellos nos las concederán. Pregúntate a ti mismo: “¿Cómo se sentirá el Salvador sobre mis deseos?”. Si tus deseos están basados en el egoísmo o son incorrectos de alguna manera, ora para tener un cambio de corazón y para saber lo que al Salvador le gustaría que tú desearas.

5. ¿Es el momento adecuado?

Lo que pidamos debe ser correcto, pero el momento también debe ser el correcto. El Padre Celestial tiene un gran plan reservado para nosotros, pero nuestro calendario a veces es un poco diferente al de Él. “… mis palabras son ciertas y no fallarán… Mas todas las cosas tienen que acontecer en su hora” (D. y C. 64:31–32. Esto puede significar esperar un poco más para que esa herida sane o para encontrar esa mascota perdida, y algunas veces el tiempo del Señor incluye la vida venidera, pero puedes estar seguro de que Él te escuchará y ayudará a lo largo del camino.

Puede resultar difícil ser paciente, especialmente cuando la respuesta a tu oración no sea obvia. Pero a medida que buscas, puedes tener valor al saber que siempre encontrarás las respuestas que necesitas si las buscas con verdadera intención: “… y me buscaréis y me hallaréis cuando me busquéis con todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13).