2007
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Julio de 2007


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Un mensaje para mi padre

La revista Liahona de septiembre de 2006 fue extraordinaria. Sé que el presidente James E. Faust estaba verdaderamente inspirado cuando escribió su mensaje “El padre dedicado”. Parecía que iba dirigido directamente a mí y a mi familia. Somos seis hijos y hemos perdido a nuestra madre. Tras leer el artículo, no vacilé en pasarle la revista a mi padre, que se ha vuelto menos activo, porque sé que lo fortalecerá.

Tshibasu M. E. Baron, República Democrática de Congo

Un mapa para mi vida

Una tarde me hallaba leyendo el ejemplar de enero de 2006 de la revista Liahona y de inmediato me llamó la atención el artículo del presidente Gordon B. Hinckley que aparece en la sección Ven y escucha la voz de un profeta, titulado “Permanezcan en el sendero de la rectitud”. Mientras leía tan inspirador mensaje, cada palabra iluminaba todo mi ser. Aquel mensaje se ha convertido en el mapa de mi jornada por la vida.

Coleen Emily G. Mabilog, Filipinas

Un misionero aprende

Volví a la universidad después de mi servicio como misionero y descubrí que las labores académicas me eran muy difíciles. Estudiaba ciencias y matemáticas y parecía haber olvidado mis conocimientos básicos de química, física y matemáticas durante la misión. Si bien al principio me costó volver a la universidad, las cosas que había aprendido en la misión —como el documentarme para encontrar respuestas— me levantaron el ánimo mientras seguía adelante con mis estudios. Me alegra haber puesto al Señor en primer lugar en mi vida y haber ido a la misión. El artículo “En el equipo del Señor”, por R. Val Johnson, que salió en la revista Liahona de marzo de 2006, confirmó estos sentimientos.

Aristotle Kyeremanteng Fokuo, Ghana

Recordé las necesidades de los demás

Creo que el ejemplar de la revista Liahona de octubre de 2006 fue uno de los mejores que se hayan publicado. Sé que hay muchas personas que están investigando la Iglesia y que han sentido que ese ejemplar iba dirigido a ellas. Yo he sido miembro de la Iglesia durante muchos años y entiendo que los miembros que llevamos mucho tiempo como tales podemos llegar a olvidarnos de las preocupaciones, los temores y las necesidades de las personas que acaban de unirse a la Iglesia o que están a punto de hacerlo. El ejemplar de la revista de octubre me recordó de esas necesidades.

Volker P. Gebhard, Alemania

Explicaciones verdaderas

Tuve la suerte de conocer a los misioneros de su Iglesia. Gracias a esos jóvenes, conocí la revista Liahona. ¡Qué revista más maravillosa! Nos brinda una perspectiva completa de la misión y de los principios de su iglesia, aborda problemas así como la forma de solucionarlos y también habla del rumbo que va a seguir su iglesia en el futuro.

Leí el artículo “La caída de Adán y Eva” en el ejemplar de junio de 2006 y deseo darles las gracias por reivindicar a nuestra primera madre, Eva, y por su incansable labor de buscar explicaciones verdaderas a los complejos eventos que se describen en el Evangelio.

Alla R. Muriseva, Rusia