2003
Preguntas y respuestas
agosto de 2003


Preguntas y respuestas

¿Por qué la Iglesia no hace una lista en la que se me indique exactamente las cosas que puedo hacer y las que no puedo hacer?

Las respuestas tienen por objeto servir de ayuda y exponer un punto de vista, y no deben considerarse como pronunciamientos de doctrina de la Iglesia.

La Respuesta de Liahona

En realidad, el Señor nos ha dado una lista de cosas que debemos y que no debemos hacer; esa lista se llama los Diez Mandamientos. También nos ha dado otra dirección, entre la que se cuentan los convenios que concertamos en el bautismo y en el templo, para protegernos del daño y ayudarnos a ser como Él. Además, los líderes de la Iglesia también nos dan consejos específicos sobre lo que debemos y lo que no debemos hacer. Para ello, han preparado un magnífico recurso titulado Para la fortaleza de la juventud: Cumplir nuestro deber para con Dios (36550 002). Este folleto facilita pautas concretas que van desde el vestir y la apariencia personal hasta la observancia del día de reposo. Esas pautas pueden ayudarte a vadear con éxito las aguas turbulentas de los últimos días.

Sin embargo, en ocasiones las Escrituras y las palabras de los profetas vivientes no abordan una situación concreta en la que puedas encontrarte. ¿Y si la decisión no es entre lo bueno y lo malo sino entre lo bueno y lo bueno? ¿Cómo se toma una decisión así?

Tal y como señalaron muchos lectores, la vida es demasiado compleja para que la Iglesia publique una lista exhaustiva que abarque cada situación. Es más, por alguna razón, el Señor nos ha dado el albedrío. No venimos a la tierra para demostrar que podemos obedecer instrucciones detalladas como una computadora o un robot. El Señor desea que seamos como Él, lo cual significa que debemos aprender a tomar decisiones sabias. Debemos aprender a reconocer la verdad y obrar de acuerdo con ella.

Como miembros de la Iglesia del Señor se nos ha dado un don maravilloso para ayudarnos a tomar decisiones difíciles: el don del Espíritu Santo. “Te daré de mi Espíritu”, explicó el Señor, “el cual iluminará tu mente y llenará tu alma de gozo” (D. y C. 11:13). No precisamos una lista que nos diga lo que debemos hacer, pero sí necesitamos escuchar los susurros del Espíritu.

Cada uno debe desarrollar la capacidad de seguir el Espíritu hasta que podamos escoger sabiamente entre el bien y el mal, y reconocer las sutiles distinciones que existen entre dos opciones que pudieran ser igualmente buenas. “Lo que es de Dios es luz”, enseña el Señor, “y el que recibe luz y persevera en Dios, recibe más luz, y esa luz se hace más y más resplandeciente hasta el día perfecto” (D. y C. 50:24). Somos hijos de Dios, pero Él no desea que nos quedemos siendo niños espiritualmente, sino que maduremos, que progresemos y que terminemos por llegar a ser como Él (véase 3 Nefi 27:27).

Las Respuestas de los Lectores

La belleza del plan de salvación reside en que nos permite descubrir por nosotros mismos lo que está bien. No obstante, también contamos con una guía magnífica que está al alcance de todos; se llama Para la fortaleza de la juventud.

Brian Middleton, 17, Barrio El Dorado, Estaca El Dorado, California

La Iglesia no nos proporciona una lista de lo que debemos y lo que no debemos hacer porque contamos con el Espíritu Santo, el cual nos enseña y nos revela lo bueno y lo malo. Tenemos el albedrío para escoger si vamos a obedecer. En segundo lugar, nuestro Padre Celestial nos ha dado mandamientos, Escrituras y las palabras de los líderes de la Iglesia. Y por último, tenemos a nuestros padres, los cuales nos han enseñado lo que es correcto y lo que nos hará felices.

Sini Falatau, 20, Barrio Veitongo, Estaca Nuku’alofa Sur, Tonga

Mi presidente de misión me explicó la idea de que la doctrina conduce a los principios, y éstos a las reglas. Si estudiamos la doctrina y comprendemos los principios correctos que emanan de ella, entenderemos las reglas más detalladas gracias al Espíritu. Si buscamos siempre la guía del Espíritu por medio de la oración y el estudio de las Escrituras, sabremos con claridad lo que está bien y lo que está mal.

Élder Yudai Ito, 22, Misión Japón Sapporo

El Señor y Su Iglesia ya nos han dado conocimiento sobre lo que debemos y lo que no debemos hacer a través de los Diez Mandamientos (véase Éxodo 20) y los dos grandes mandamientos (véase Mateo 22:36–40). Lo único que debemos hacer es guardar los mandamientos de Dios.

Kate Mensah, 22, Barrio Cape Coast 2, Estaca Cape Coast, Ghana

Si hubiera una lista, sería muy larga. Nunca podría estar completa por la sencilla razón de que hay demasiadas cosas que debemos y no debemos hacer. Además, nuestro Padre Celestial desea que aprendamos, y al carecer de respuestas determinantes para todo, debemos buscarlas. Es decir, buscamos conocimiento y aprendemos.

Katrina Voigt, 14, Rama Preston, Estaca Rochester, Minesota

Las Escrituras nos mandan: “Deleitaos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer” (2 Nefi 32:3). Sé diligente en tu estudio y digno del Espíritu Santo, y sabrás qué camino tomar.

Anna Vitalyevna Sursyakova, 20, Rama Donetsk Kievsky, Distrito Donetsk, Ucrania

El profeta José Smith dijo una vez: “Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos” (citado por John Taylor en Millennial Star, 15 de noviembre de 1851, pág. 339). En la Iglesia se nos enseñan principios verdaderos y tenemos la responsabilidad de gobernarnos a nosotros mismos. La mayor parte del tiempo no se nos tiene que decir lo que debemos hacer. El Espíritu Santo nos guía, y si nos ceñimos a sus susurros seremos bendecidos.

Marneilo M. Dala, 19, Barrio Initao, Estaca Cagayán de Oro Oeste, Filipinas

Haz Tú Lo Justo

“Estás progresando en la disciplina espiritual, o sea, la aptitud que tienes de discernir los susurros del Espíritu y la facultad de seguirlos. Con el tiempo, esa aptitud crecerá y aumentará cada vez más fuerte hasta que se convierta en algo cada vez más y más fácil hasta hacer lo correcto de manera automática… Puesto que esa disciplina espiritual está desarrollándose, debes tener mucho cuidado y evitar elecciones que te hagan salir del camino de la felicidad”.

Élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, “Haz tú lo justo”, Liahona ,marzo de 2001, pág. 11.