2022
Ninguno tenga en poco tu juventud
Julio de 2022


Mensaje del Área

Ninguno tenga en poco tu juventud

Recuerdo una ocasión, cuando mis hijos eran jovencitos, que les regalé un juego electrónico de aventuras en el cual, para avanzar, debían derrotar a oponentes, los cuales eran más poderosos en cada nivel del juego. Yo aprovechaba la ocasión para compartir con mis hijos y jugaba con ellos, pero llegábamos a un punto en el que enfrentábamos a un oponente muy poderoso que siempre nos vencía a todos; después de un tiempo, llegamos a la conclusión de que esa era la finalidad del juego y que nadie podía vencerlo.

Un día, mientras practicaba para competir con mis hijos en el juego, al enfrentarme al temible oponente, decidí luchar como nunca, para ver cuánto podría resistir antes de que me venciera como siempre ocurría. Para mi sorpresa, después de una lucha tenaz, vencí al oponente y descubrí que había varios niveles más en el juego; con entusiasmo, llamé a mis hijos para que vieran cómo yo había derrotado al oponente que suponíamos era invencible, pero lo que más me sorprendió fue que, luego de ese acontecimiento, cada uno de mis hijos, al llegar al nivel donde enfrentábamos a ese terrible oponente, lo vencieron también.

Aprendimos que la razón por la cual no vencíamos a nuestro oponente era que nos habíamos convencido de que no podíamos lograrlo. Me pregunto, ¿Cuántos de nosotros estamos estancados en nuestro progreso espiritual, solo porque pensamos que no podemos lograrlo? Pienso en el joven Jeremías, cuando el Señor lo llamó a ser profeta, con estas palabras: “Antes que te formase en el vientre, te conocí; y antes que nacieses, te santifiqué; te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). Es obvio que Jeremías pensó: ¡Yo no puedo hacer eso!, cuando le contestó al Señor “¡Ah, ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño” (Jeremías 1:6). Jeremías pensaba que, por ser joven, no estaba calificado para ser un profeta de Dios; sin embargo, el Señor conocía el verdadero potencial de Jeremías y es por eso que le dijo: “No digas: Soy niño, porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.

“No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte” (Jeremías 1:7–8).

Hoy en día, al igual que en la antigüedad, Dios llama a hombres y mujeres jóvenes a llevar a cabo la labor para la cual fueron escogidos antes de nacer y que aceptaron gozosos. ¡Cuán grande es la confianza del Padre Celestial en Sus hijos amados; ¡y cuán necesario es que ustedes, mis queridos jóvenes, tengan esa misma confianza en ustedes mismos! Hagan caso del consejo de Pablo a su joven discípulo Timoteo: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en espíritu, en fe y en pureza” (1 Timoteo 4:12). Antes de dudar de tu capacidad, el Señor te invita a que confíes en Él y en lo que Él puede hacer a través de ti, el Señor te dice, tal como le dijo a Josué: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Josué 1:9).

Nuestro Padre Celestial nos está enseñando que la generación actual de jóvenes es extraordinaria, y que ha sido reservada para esta dispensación con un potencial y una naturaleza divina que les capacita para ser grandes ejemplos ante la sociedad y líderes excepcionales que, con su servicio, ayudan en la obra de salvación y exaltación, y en el recogimiento de Israel, en ambos lados del velo. Te invito a utilizar el programa Niños y Jóvenes, el cual te ayudará a fortalecer tu fe en Cristo y está diseñado para ayudarte a recibir revelación, lo cual es esencial para que llegues a conocer a Dios y Jesucristo y puedas progresar en la senda de los convenios, tal como enseñó nuestro amado profeta, el presidente Russell M. Nelson, cuando dijo: “Aprende por ti mismo, con la edad que tienes ahora, a recibir revelación personal. ¡Y nada marcará una diferencia más grande en tu vida que eso!”1.

Sigue el ejemplo de Nefi que, aun siendo muy joven, buscó con diligencia saber por sí mismo las cosas que su padre había recibido por revelación y enseñado a su familia. Él dijo: “… sentí deseos de que también yo viera, oyera y supiera de estas cosas, por el poder del Espíritu Santo, que es el don de Dios para todos aquellos que lo buscan diligentemente…

“Porque el que con diligencia busca, hallará; y los misterios de Dios le serán descubiertos por el poder del Espíritu Santo, lo mismo en estos días como en tiempos pasados, y lo mismo en tiempos pasados como en los venideros; por tanto, la vía del Señor es un giro eterno” (véase 1 Nefi 10:17, 19).

Mis queridos jóvenes, ustedes son hijos e hijas amados de nuestro Padre Celestial y Él ha demostrado que confía en ustedes tal como lo hizo con Samuel, Daniel, David, Nefi, Mormón, Moroni, José Smith y muchos jóvenes más, quienes han sido instrumentos en Sus manos para guiar y proteger a Su pueblo; ruego a mi Padre Celestial que les bendiga para que tengan el valor de buscar con diligencia la revelación divina, y actuar con fe en cualquiera que sea la responsabilidad que han recibido del Señor. Testifico que Jesús es el Cristo, que vive y que los ama, en el nombre de Jesucristo. Amén.

Referencia

  1. Russell M. Nelson, “Juventud de Israel,” Devocional mundial para la juventud, 3 de junio, 2018, ChurchofJesusChrist.org.