2022
Una tierna misericordia del Señor
Julio de 2022


“Una tierna misericordia del Señor”, Liahona, julio de 2022.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Una tierna misericordia del Señor

Durante años, me pregunté si mis labores misionales en la Costa Azul habían sido en vano.

Imagen
el autor y su esposa

Fotografía de M. Gary Hadfield y su esposa, por cortesía del autor

Cuando era joven, serví en una misión de 30 meses en Francia, entre 1955 y 1958. Durante los últimos ocho meses de la misión, se me llamó a servir como presidente de rama en Cannes. La Rama Cannes era pequeña, con menos de diez miembros activos.

Nuestro presidente de misión nos informó que planeaba cerrar la rama en breve si no teníamos bautismos. Milagrosamente, tres señoras de edad avanzada no tardaron en solicitar el bautismo. Después del bautismo, una de ellas se mudó a Dijon, donde no existía ninguna rama, y las otras dos tuvieron dificultades para permanecer activas en la Iglesia. Sin embargo, esas nuevas miembros de la Iglesia nos ayudaron a mantener la rama abierta.

Imaginen mi sorpresa cuando regresé a Cannes en la década de 1990 con mi esposa, Kathleen, y encontré una nueva capilla Santo de los Últimos Días en Le Cannet, una acomodada zona en las colinas con vistas a Cannes. La capilla alojaba un vibrante y colmado barrio que aguardaba su división. Cuando la congregación escuchó el humilde relato de mi época en Cannes, nos rodearon tres abuelas que se habían unido a la Iglesia en la década de 1960.

“Si la Rama Cannes no hubiera permanecido abierta”, nos dijeron, “¡nunca habríamos sabido acerca de la restauración de la Iglesia de Cristo! Ahora todas tenemos nietos que prestan servicio en el campo misional”.

Mientras nos regocijamos juntos por el feliz resultado de mantener abierta la rama, un distinguido caballero que había escuchado nuestra conversación se unió a nosotros.

“Soy el hermano Paya y también me uní a la Iglesia en Cannes en la década de 1960”, dijo. “Yo fui obispo aquí, presidente de la Estaca Niza y presidente de misión en España”.

Más adelante, el hermano Paya llegó a ser presidente del Templo de Madrid, España, y Setenta de Área. Todos lloramos de gozo al escuchar sus historias.

Qué tierna misericordia del Señor fue para mí saber que nuestra obra misional en la Costa Azul no fue en vano, como lo había supuesto por tantos años. El Señor vela cuidadosamente por nuestras labores y las bendice con éxito, aunque no podamos prever el resultado futuro como Él.