2022
Un llamado a cuidar a la juventud de la Iglesia en el Caribe
Julio de 2022


Mensaje de la Presidencia del Área

Un llamado a cuidar a la juventud de la Iglesia en el Caribe

El presidente Russell M. Nelson desafió a los jóvenes a alistarse en el “Batallón del Señor”. En el Área del Caribe, queremos atender al llamado. Él dijo: “Mis queridos jóvenes extraordinarios, ustedes fueron enviados a la tierra en este preciso momento, el momento más crucial en la historia del mundo, para ayudar a recoger a Israel. No hay nada que esté ocurriendo en esta tierra ahora que sea más importante que eso. No hay nada que sea de mayor consecuencia. Absolutamente nada. Ese recogimiento debería significar todo para ustedes. Esta es la misión para la cual fueron enviados a la tierra”1.

Esta responsabilidad requerirá “¡Todas las manos a la obra!” por parte de los jóvenes, los padres, los líderes de la Iglesia y los líderes de la comunidad. El élder Ronald A. Rasband declaró: “En estos tiempos peligrosos, en los que nuestra juventud se ve enfrentada con una adversidad en aumento, podemos aprender de otras personas. En las fuerzas armadas, pero sobre todo en los cuerpos de Marina del mundo, cada marinero entiende una frase que equivale a una orden clara de atención inmediata, no importa lo que se esté haciendo o en qué parte del barco se encuentre. La llamada es: ¡Todos a sus puestos! Muchas batallas en alta mar se han perdido o se han ganado de acuerdo con la forma en que se ha cumplido esa orden.

“En calidad de miembros de la Iglesia, en lo que a los jóvenes y a los adultos solteros se refiere, debemos responder a la orden de ¡Todos a sus puestos! Todos debemos buscar ocasiones para bendecir a los jóvenes, estemos o no directamente relacionados con ellos”2.

Creo que los jóvenes, organizados en presidencias de cuórums y clases, pueden proporcionar ese liderazgo para crecer y cuidarse los unos a los otros. Mi hijo menor me dijo que los jóvenes tienen albedrio y que nunca crecerán si no les brindamos las herramientas y les permitimos elegir por sí mismos. Necesitamos liderarlos, guiarlos, caminar junto a ellos y luego dejar que encuentren y elijan el camino. Si confiamos en ellos, pueden hacerlo. Establecer el rumbo, darles la brújula, las herramientas y permitir que decidan.

No hay nada más importante para los jóvenes que entender la doctrina. El desafío es encontrar formas creativas de ayudarlos. Esta es una de las claves. Lo estamos enseñando y lo hemos hecho más disponible y accesible, pero necesitamos establecer más formas para que los jóvenes sientan el deseo de realmente escuchar y explorar la doctrina. Necesitan sentir que la invitación a aprender les llega personalmente del Maestro. Nuestro Salvador nos invita: “Aprende de mí y escucha mis palabras; camina en la mansedumbre de mi Espíritu, y en mí tendrás paz.

“Yo soy Jesucristo…” (Doctrina y Convenios 19:23–24).

Esta Escritura establece el patrón: Primero, escuche o permita que Sus palabras entren en el espacio interior: el corazón, la mente y, con suerte, con el tiempo, en el alma. Entonces andará en Sus caminos y en Su espíritu; y tendrá Su paz. La respuesta es clara, pero el verdadero desafío es ayudar a los jóvenes a iniciar este proceso para que crean lo suficiente como para escuchar una vez, luego dos y más.

El élder D. Todd Christofferson enseñó, con elocuencia, una verdad que los jóvenes deben comprender: “El amor del Padre y del Hijo se da sin reservas, pero también incluye esperanzas y expectativas… Debido a que Ellos los aman, no quieren dejarlos ‘tal y como son’. Debido a que Ellos los aman, desean que tengan alegría y éxito. Debido a que Ellos los aman, quieren que ustedes se arrepientan porque esa es la senda de la felicidad. Sin embargo, la decisión es de ustedes; Ellos respetan su albedrío. Deben escoger amarlos, servirlos y guardar Sus mandamientos. Así, Ellos podrán bendecirlos más abundantemente, así como amarlos3.

En este mundo complicado, la nueva generación necesita modelos a seguir, personas que los influyan positivamente. Alguien que les ofrezca una inversión de tiempo y sacrificio; alguien que los ame y esté lo suficientemente cerca de ellos para que, cuando tengan desafíos, sientan la confianza de acercarse. Necesitan mentores que les ayuden a comprender qué decisiones les ayudarán a ser más eficaces en la escuela, en la Iglesia y en el lugar de trabajo. A menudo, preguntan cómo pueden ser mejores personas y cómo pueden hacer cosas que valgan la pena. Quieren involucrarse en hacer algo que marque la diferencia; quieren tener experiencias, no solo actividades.

A una mujer joven, Elena Moore, le gusta que los mentores no tomen decisiones por ella. Al hablar de su madre, dijo: “Ella no me controla, ni me obliga a hacer nada. Ella me guía gentilmente. Un rasgo particularmente importante que todos los mentores deberían tener es la voluntad de escuchar”. Los jóvenes definitivamente necesitan líderes que puedan verlos por lo que son y confiar en ellos y guiarlos.

Tal vez usted u otros puedan caminar junto a los jóvenes, pero llegará el momento en que deberán recorrer su propio camino y encontrar respuestas por sí mismos. Como nuestro amado profeta ha proclamado poderosamente: “Lleven sus preguntas al Señor y a otras fuentes fidedignas. Estudien con el deseo de creer… Dejen de aumentar sus dudas repitiéndolas, con otros incrédulos. Permitan que el Señor los guíe en su trayecto de descubrimiento espiritual”4. Sé que los jóvenes deben actuar y construir su propia red de seguridad de confianza para que puedan tomar decisiones sabias y ser merecedores de las bendiciones más escogidas de nuestro Padre Celestial. Confiaré en Dios; esa es mi elección. Ya hemos usado nuestro albedrío para tomar decisiones importantes antes de venir a la tierra, y continuamos en la senda de los convenios. Nos aferramos a la barra de hierro y caminamos por fe.

Soy un ejemplo vivo de alguien que tuvo un mentor cuando era joven. Estoy seguro de que debido a cómo me guiaron, me tomaron de la mano y me ayudaron a levantarme cuando tropecé, aprendí que era mi responsabilidad “ser fuerte y valiente” (véase Josué 1:18). Me he convertido en quien soy, porque alguien me amó, confió en mí, vio mi valor y mi potencial, y luego me lo comunicó tan claramente que, a partir de ese material en bruto, me convertí en el líder que soy hoy. Muchas personas en mi vida respondieron a ese llamado de “¡Manos a la obra!” e hicieron todo lo posible por mí. ¡Que todos podamos responder a ese llamado!

Referencias

  1. Russell M. Nelson, “Juventud de Israel”, devocional mundial para los jóvenes, junio de 2018.

  2. Ronald A. Rasband, “Nuestra nueva generación,” Liahona, mayo de 2006, pág. 47.

  3. D. Todd Christofferson, “El amor de Dios,” Liahona, nov. de 2021, pág. 18.

  4. Russell M. Nelson, “Cristo ha resucitado; la fe en Él moverá montes,” Liahona, mayo de 2021, pág. 103.