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Los cuadernillos de Krisbel
Somos una familia de venezolanos residiendo en la República de Panamá (Centroamérica).
Como familia leemos Ven, sígueme todos los días de la semana; pareciera muchas veces que mi hermana Krisbel no prestara atención, pero al momento de hacerle alguna pregunta responde muy elocuentemente con “nombre y apellido” de los lugares y personajes de las Escrituras.
Durante la semana de la conferencia estábamos leyendo y compartiendo acerca de nuestra preparación para la conferencia general, a lo que mi hermana dijo: “Debemos tomarlo en serio y vestirnos de domingo y anotar… no es como ver una película”. Quedamos gratamente sorprendidos por su comentario y luego de eso nos preguntó cuáles eran nuestros colores favoritos; cada uno le fuimos respondiendo —por ejemplo, el mío es el marrón, el de papá es el color naranja, el de mi mamá es el verde, y Krisbel dijo que a ella le encantaba el rosado— continuamos con nuestra lectura familiar y terminamos con una oración.
Mi hermanita Krisbel ama colorear y hacer manualidades, y cuando llegó el sábado de conferencia nos sorprendió obsequiándonos cuadernillos que ella misma había hecho, para que pudiéramos anotar. Lo más impresionante fue que ella, mientras veía la conferencia, anotaba sus sentimientos.
Estamos seguros de la veracidad del evangelio de Jesucristo, y testificamos que, aunque los niños parezcan distraídos y aparentemente no entiendan todo lo que leemos, al ser constantes ellos podrán recordar el sentimiento que trae el leer las Escrituras en familia y en muchos casos corregirnos y enseñarnos.