2011
¡El templo estaba cerrado!
Septiembre de 2011


¡El templo estaba cerrado!

Chinedu Enwereuzo, Lagos, Nigeria

La fecha que habíamos fijado para nuestra boda era el 7 de julio de 2009, un día que esperábamos con mucho entusiasmo. Nos habíamos criado cerca del Templo de Aba, Nigeria, y nos daba gusto que, aunque nos habíamos mudado a otra ciudad, muchos amigos y familiares que aún vivían en ese lugar podrían acompañarnos en el templo o más tarde en la recepción.

Llegamos a Aba después de un viaje de más de seis horas desde Lagos e hicimos los preparativos finales para el sellamiento y la recepción; pero, tres días antes de la fecha de la boda, nos informaron que el templo se había cerrado inesperadamente hasta nuevo aviso. Nos sentimos desesperados y confundidos. Nadie podía decirnos cuándo se volvería a abrir el templo, el cual se había cerrado debido a disturbios sociales en la región. Desilusionados, les dijimos a nuestros amigos y familiares que postergábamos nuestro sellamiento y con tristeza regresamos a Lagos sin saber cuándo podríamos programar otra fecha para el sellamiento en el templo.

Al regresar a Lagos, oramos fervientemente pidiendo que se volviera a abrir el Templo de Aba, Nigeria. Pasó una semana sin que recibiéramos ninguna noticia al respecto. Esa semana nos pareció como si hubiera sido un año. Estábamos ansiosos por efectuar nuestro matrimonio en el templo y celebrarlo con amigos y familiares lo antes posible.

Al pasar el tiempo y no recibir noticias de la fecha de apertura, sentimos que debíamos considerar otras alternativas. Ya que el Templo de Aba, Nigeria, es el único templo en el país, nos dimos cuenta de que tendríamos que viajar al Templo de Accra, Ghana, si queríamos sellarnos pronto. Desafortunadamente, no contábamos con los recursos para pagar el viaje, pero siempre habíamos planeado casarnos en el templo y sabíamos que debíamos seguir adelante.

Pedimos dinero prestado a familiares y amigos, conseguimos pasaportes internacionales, llamamos al Templo de Accra, Ghana, para programar una fecha y compramos pasajes de avión para viajar a Ghana.

Llegamos a Accra el 14 de agosto de 2009, y al día siguiente fuimos al templo. En la sala de sellamiento sólo estaban presentes el sellador del templo y dos testigos. No nos acompañaron ni amigos ni familiares ni ningún conocido; sin embargo, en un país desconocido y un lugar lejos de nuestro hogar, sabíamos que estábamos donde debíamos estar, haciendo lo que debíamos hacer. En ese momento, sentimos los poderes de la eternidad y comprendimos más claramente el amor que nuestro Padre Celestial tiene por nosotros y por todos Sus hijos.

Trágicamente, mi esposa murió en 2010 tras dar a luz a nuestro primer hijo. La extraño profundamente, pero recibo gran consuelo al saber que hemos sido sellados en el templo. Estoy eternamente agradecido por no haber postergado nuestro casamiento en el templo para esperar un momento más conveniente. Nuestro matrimonio es algo que siempre atesoraré y encierra una historia que nunca olvidaré.