2003
El enlace de las generaciones
junio de 2003


El enlace de las generaciones

Cada familia es diferente, y cada uno de nosotros tiene sus propias ideas sobre lo que debiera ser la familia ideal. Stephanie Spann ama y aprecia a su familia tal y como es, aunque trabaje para hacer de ésta y de sí misma algo mejor.

Stephanie, de 17 años de edad, es la menor de la familia. Sus hermanos, Wayne y John, son mayores y ya no viven en casa. Sus padres, LaRee y Ed, son grandes ejemplos para ella y un gran apoyo en los empeños que ella realiza. Ama a su familia, y uno de sus mayores ejemplos, en lo que respecta a la familia, es su abuelo, Frank Arrowchis. “De todas las cosas que mi abuelo me ha enseñado”, dice Stephanie, “la familia es probablemente la más importante”.

La madre y la abuela de Stephanie son miembros de la Iglesia, pero su padre y su abuelo no. Para ella, el tener una familia en la que no todos son miembros presenta sus retos. “Creo que todo sería mucho más fácil si supiera que iba a vivir con mi familia para siempre. El matrimonio en el templo siempre ha formado parte de mis planes”, afirma.

El padre de Stephanie aparta tiempo para asistir a la noche de hogar con su familia y le ayuda a ella con sus tareas escolares y en las actividades deportivas. A ella le encanta que él le apoye tanto y espera que su familia se selle algún día en el templo. “Creo que está cambiando poco a poco”, dice con una sonrisa.

Los parientes lejanos de los Spann están muy unidos, aunque no vivan muy cerca. “Todos están dispuestos a prestar apoyo. Siempre nos estamos llamando para ver cómo nos va”, dice Stephanie. “Si alguien tiene algo, como un programa o una actividad deportiva, todos asistimos”. Otra forma en que a ella le gusta estar con su familia es salir con sus sobrinos. No tienen que hacer nada grande. “Vamos al parque y damos de comer a los patos. Me gusta pasar tiempo con mis familiares”.

La entrega de la antorcha

Stephanie tiene una relación especial con su abuelo. “Es muy bueno; es mi héroe”, dice. Ella y su abuelo hacen lo más posible juntos y con el resto de la familia: pescar en el hielo, cazar, ir a acampar y trabajar juntos en el rancho que su abuelo tiene en Whiterocks, Utah. Stephanie no sólo ha aprendido de su abuelo la importancia de la familia, sino el respeto por los demás y por su legado indígena.

Como parte de ese respeto por su legado, Stephanie, su madre y su abuela trabajan juntas en la genealogía en el Centro de Historia Familiar de la Estaca Bennion, Utah. Stephanie ha investigado nombres y enviado muchos de ellos para que se efectúe la obra del templo, y cada vez mejora en la investigación genealógica de sus antepasados, los utes del norte.

Recientemente, su abuelo fue seleccionado como representante de su tribu durante el relevo de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Salt Lake City 2002. Cuando los encargados del evento preguntaron a Frank, el abuelo de Stephanie, que sugiriera a alguien a quien entregar la antorcha, Stephanie fue la primera persona que le vino a la mente. “Practica muchos deportes”, les dijo su abuelo, “y me consta que está en buenas condiciones físicas. Sé que puede hacerlo”.

Stephanie sonríe. “Él siempre me ha enseñado que las chicas pueden hacer cualquier cosa que hagan los chicos”.

Ella juega al fútbol en su escuela secundaria, por lo que estaba en buena condición física para correr con la antorcha. Le concede todo el mérito a su abuelo por ayudarle a tener éxito en ese aspecto: “Mi abuelo tiene la mejor ética del trabajo que cualquier otra persona que conozco. Esta ética me ha ayudado en mi dedicación a los deportes, a mi religión y a mis metas personales”.

Cuando Stephanie recibió la antorcha olímpica de su abuelo bajo el pintoresco Delicate Arch (Arco Delicado), situado en el Parque Nacional Arches, en el sur de Utah, parecía algo más simbólico que real. Más importante que la entrega de la antorcha es el legado de amor que su abuelo y su familia han transmitido, y ella desea continuar ese legado en su propia familia.

La familia ideal

Stephanie se da cuenta de que probablemente su familia no encaje en la idea que muchos tenemos de la familia ideal, pero también sabe que su familia es una buena familia, que se esfuerza al máximo por amarse unos a otros y estar cerca de Dios.

El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha dicho: “Durante tu existencia en la tierra, sé diligente al cumplir el propósito fundamental de la vida mediante la familia ideal . Aunque tal vez aún no logres ese ideal, haz todo lo que esté a tu alcance, por medio de la obediencia y la fe en el Señor, para acercarte a Él lo más posible. Que nada te haga desistir de lograr ese objetivo… No desesperes. Hazlo lo mejor que puedas. No podemos saber si obtendremos esa bendición en este lado del velo o en el más allá, pero el Señor cumplirá Sus promesas. En Su sabiduría infinita, Él hará posible que recibas todo lo que te mereces. No te desalientes. El vivir una vida lo más cercana posible al ideal te proporcionará enorme felicidad, gran satisfacción y un admirable progreso mientras estés en la tierra, no importa cuáles sean tus circunstancias actuales” (“Primero lo más importante”, Liahona , julio de 2001, pág. 7).

La familia Spann se está esforzando por esto mismo. Así como Stephanie se preparó para aceptar la antorcha de su abuelo y correr con ella, se ha preparado para continuar la tradición familiar de amor y unión. Los Spann son una gran familia que se esfuerza al máximo. Stephanie sabe que si siguen dando lo mejor de sí mismos, seguirán recibiendo bendiciones.

Shanna Ghaznavi es miembro de la plantilla de las revistas de la Iglesia.