Escrito por ti
Hornear pan para mi misión
Durante un receso escolar cuando tenía ocho años, mi papá me preguntó si quería hacer algo para ganar dinero para mi misión. Pensé que era una buena idea, pero no estaba seguro de qué hacer. Después de pensarlo un poco, decidimos hacer pan. Esa noche hicimos veinte hogazas de pan. No sabíamos si se venderían, pero tras anunciarlo en las redes sociales ¡se vendieron todas en una noche!
Me puse la meta de seguir haciendo y vendiendo pan. Al principio fue divertido, pero con el tiempo, para ser sincero ya no era tan divertido. ¡Era difícil! Tenía que despertarme a las seis de la mañana, antes de la escuela, para hacer la masa. Luego, mi mamá me ayudaba a hornearlo durante el día. Cuando volvía de la escuela, tenía que poner en bolsas los panes, entregarlos y limpiar el equipo de horneado.
También tenía que hablar con personas que no conocía muy bien. A veces no sabía qué decir. Esa fue una de las partes más difíciles. Mis padres me explicaron que el objetivo de esto no era solo ganar dinero para mi misión, sino también aprender a trabajar duro y a hablar con las personas. Empecé a sentirme más cómodo y, después de un tiempo, ¡disfruté al hacerlo!
¡Mi negocio de pan sin duda me enseñó a trabajar! Sé que lo que aprendí con esa meta me ayudará en la misión.