Una oración por papi
La autora vive en Sacatepéquez, Guatemala.
Papi parecía triste, ¿cómo podría ayudarle Danna?
“Les enseñaréis a amarse mutuamente y a servirse el uno al otro” (Mosíah 4:15).
Danna miró por la ventana; podía ver a papi volviendo a casa del trabajo. Llegaba más tarde que de costumbre.
“¿Hay algún problema? ¿pasa algo malo, papi?”, preguntó Danna cuando papi entraba en casa. Parecía cansado y triste.
“Bueno, tuve un día difícil en el trabajo”, dijo papi. “Y ahora llego tarde a una reunión importante en la Iglesia”.
“¿Puedo ayudarte?”, preguntó Danna. Estaba preocupada por papi.
“¿Podrías por favor preguntarle a mami si puede hacerme algo para comer en el auto?”, preguntó papi. “Tengo que darme prisa y ponerme la ropa de domingo”.
Danna corrió a decírselo a mami, que ya estaba en la cocina preparando un sándwich.
“¿Es eso para papi?”, preguntó Danna. “Dijo que está atrasado”.
“Sí, es para papi“, dijo mami. Puso una manzana y un poco de jugo junto al sándwich.
“Papi está triste, y no sé qué es lo que le pasa. ¿Lo sabes tú?”, preguntó Danna.
Mami suspiró. “Papi tiene muchas cosas que hacer. La espalda también le ha estado doliendo últimamente”.
“Quiero hacer algo para ayudarlo”, dijo Danna.
“¿Y si ofreces una oración? Puedes pedirle al Padre Celestial que le ayude a sentirse mejor”, dijo mami.
Danna fue a su habitación. “Querido Padre Celestial”, oró, “por favor, ayuda a papi. Y por favor ayúdame a saber cómo puedo ayudarlo. En el nombre de Jesucristo. Amén”.
Después de su oración, Danna agarró un trozo de papel. Tuvo una idea.
Querido papi, escribió. Gracias por todo. Gracias por cumplir tu llamamiento aunque a veces llegas a casa cansado. Eres un buen ejemplo para mí. Eres un hijo de Dios y Él te ama. Con amor, Danna.
Danna dejó la carta en la cocina junto a la comida de papi. Luego salió sin hacer ruido.
Danna estaba jugando con sus hermanas pequeñas cuando papi salió unos minutos después. Tenía una gran sonrisa en la cara. “Gracias por la carta, Danna”, dijo. Le dio un abrazo y un beso. “Me ayudaste a sentir el amor del Padre Celestial”.
Después de que papi se fuera a su reunión, mami preguntó qué había ocurrido. Danna le contó lo de la carta. Mami sonrió y le dio a Danna un gran abrazo.
“Gracias, Danna, con esa pequeña nota, ministraste a papi”.
Danna abrazó fuertemente a mami. Estaba agradecida de que el Padre Celestial hubiera respondido a su oración. Se sintió bien por ayudar a papi como lo haría Jesús.
Ilustraciones por Carolina Farías.