2019
El mejor regalo que podía dar
Diciembre de 2019


El mejor regalo que podía dar

Cuando mi familia y yo comenzamos a asistir a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sentí en mi corazón que mi mamá nos había guiado hasta allí.

Mamá había muerto inesperadamente el día de Navidad dos años antes. Era una discípula increíblemente fiel y humilde de Jesucristo, pero nunca había aprendido sobre el Evangelio restaurado. Después de aprender sobre la Iglesia durante once meses, mi esposo, Navid; mi hija, Katie; y yo nos bautizamos el día de Navidad. Lo que había sido un día de tristeza, debido al fallecimiento de mi madre, ahora sería un día de felicidad para nuestra familia debido a nuestra nueva vida en el Evangelio.

Muchas persona asistieron a nuestro bautismo. ¡Me sorprendió ver a más de cien personas allí a las diez de la mañana del día de Navidad! No podríamos habernos sentido más amados.

Antes de nuestro bautismo, el consultaor de templo e historia familiar de la estaca me ayudó a preparar el nombre de mi madre y los nombres de varios antepasados fallecidos para llevarlos al templo y bautizarnos por ellos.

Veinticinco días después de nuestro bautismo, el 19 de enero de 2018, el cumpleaños de mi madre, hicimos nuestro primer viaje al Templo de Newport Beach, California. Estaba nerviosa y no sabía qué esperar, pero cuando entré en el templo sentí muchísima serenidad. No se parecía a ningún otro lugar en el que hubiera estado. Nuestro grupo se reunió ante la pila bautismal, donde el presidente del templo explicó la importancia del bautismo por los muertos y la bendición que encierra. Lloré de alegría pensando en cómo esos bautismos bendecirían a nuestra familia.

Después de que Navid fue bautizado en representación de algunos de los miembros varones de mi familia, él me bautizó en nombre de algunas de las mujeres. La primera persona por la que me bauticé fue mi querida y dulce madre. Cuando escuché las palabras “quien ha muerto”, lloré. Escucharlo hizo que su muerte fuera tan real que me dolió. Pero luego pensé: ¿qué mejor regalo podía darle a mi madre en su cumpleaños que el regalo del bautismo en el templo?

Espero hacer muchos más viajes al templo. Estoy agradecida por el hecho de saber que puedo ayudar a brindar bendiciones a aquellos que me han precedido mediante las ordenanzas del templo. ¡Qué don tan maravilloso!