Llamamientos misionales
13: ¿Cómo trabajo con los líderes de estaca y de barrio?


“13: ¿Cómo trabajo con los líderes de estaca y de barrio?” Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2018, págs. 231–242

“13 Líderes de estaca y de barrio”, Predicad Mi Evangelio, págs. 231–242

13

¿Cómo trabajo con los líderes de estaca y de barrio?

Imagen
Cristo enseñando

© 2003 Simon Dewey. Prohibida la reproducción.

Considere esto

  • ¿Qué necesitan los nuevos conversos y los miembros que vuelven a la actividad para hacerse miembros activos de la Iglesia?

  • ¿Cuáles son las responsabilidades de los líderes de estaca y de barrio con respecto a la obra misional, la retención y la activación?

  • ¿Cómo puedo ayudar a los líderes de barrio a establecer la Iglesia?

  • ¿Qué se hace en la reunión semanal de coordinación con el líder misional de barrio?

Usted tiene la gran oportunidad de trabajar con muchos líderes y miembros durante su misión. Juntos podrán fortalecer y establecer La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Las relaciones que entable con los líderes de la Iglesia serán una bendición para usted el resto de su vida. Estas relaciones son importantes a medida que usted y los miembros de la Iglesia se esfuercen por llevar el Evangelio restaurado a los hijos de Nuestro Padre Celestial. El entender los aspectos básicos en cuanto a cómo trabajar dentro de la organización de un barrio le ayudará a seguir adelante con mayor eficacia y capacidad de ver las cosas con claridad.

El fortalecimiento de los miembros nuevos y los que se hayan vuelto a activar

Al ser bautizados y confirmados, los conversos hacen promesas sagradas de obedecer y servir a Dios el resto de su vida, así como de prestar servicio a los demás. Se convierten en candidatos a la salvación en el Reino Celestial. Para recibir las bendiciones prometidas, deben perseverar hasta el fin en la fe en Jesucristo. Los miembros de la Iglesia desempeñan un papel fundamental en ayudar a los nuevos miembros a permanecer activos y fieles.

El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “No tiene sentido hacer la obra misional si no podemos conservar los frutos de tal esfuerzo. Ambas cosas deben ser inseparables… Cada converso es una responsabilidad muy grande y seria” (“Apacienta mis ovejas”, Liahona, julio de 1999, pág. 122).

Bajo la dirección del obispo, el consejo de barrio tiene la primordial responsabilidad de fortalecer a los nuevos miembros y a los miembros que vuelven a la actividad. El consejo se asegura de que estos miembros tengan amigos, sean nutridos por la palabra de Dios y reciban llamamientos y responsabilidades. Pueden solicitar que los misioneros de tiempo completo ayuden a ministrar y a visitar a los nuevos miembros, a los miembros que vuelven y a los futuros élderes. Preferiblemente a usted se le asignará un miembro para que le acompañe a hacer tales visitas.

Usted también tiene responsabilidad para con esas personas. El presidente Hinckley dijo: “En cuanto a ustedes, los misioneros… son parte de esta responsabilidad de afianzar sus conversos en la Iglesia. Quizás no puedan continuar visitándolos, pero pueden escribirles de vez en cuando y alentarlos… Cuando terminen su misión, no se olviden de ellos. Continúen viviendo dignamente para merecer su confianza. Escríbanles de vez en cuando recordándoles el amor que tienen por ellos” (“Apacienta mis ovejas”, pág.123).

Imagen
templo

Al asistir a las reuniones de la Iglesia, usted y su compañero deben sentarse con los visitantes o con los miembros a los que hayan estado hermanando a fin de apoyarlos y fortalecerlos. No debe sentarse en grupo con otros misioneros.

Una parte vital de su misión es establecer la Iglesia y fortalecer la unidad en la cual sirva. Lo logra en parte cuando ayuda a los nuevos conversos a permanecer activos y cuando ayuda a los miembros que vuelven a llegar a ser activos. Uno de sus deberes es encargarse de enseñar las cinco lecciones misionales a los miembros nuevos después del bautismo y, cuando sea apropiado, a los miembros que vuelven a la actividad. Los misioneros de barrio y los hermanos y las hermanas ministrantes también pueden ayudar a enseñar esos principios.

El presidente Gordon B. Hinckley relató lo siguiente en cuanto a los desafíos que enfrentan muchos de los nuevos conversos:

Hace unos días, recibí una carta muy interesante de una mujer que se bautizó en la Iglesia hace un año, en la que me dice:

“Mi camino al entrar en la Iglesia fue único y bastante difícil. Este año pasado ha resultado ser el más duro de toda mi vida. También ha sido el de mayor satisfacción. Como miembro nuevo, continúo enfrentando desafíos todos los días”.

Sigue entonces diciendo que, al unirse a la Iglesia, no sintió el apoyo de los líderes de su barrio. Como nuevo miembro, parecía serle indiferente a su obispo y, sintiéndose rechazada, recurrió a su presidente de misión, quien le ofreció algunas oportunidades.

En su carta dice que “los miembros de la Iglesia no saben lo que es ser un miembro nuevo… y, por consiguiente, les resulta casi imposible comprender cómo ayudarnos”.

Quiero instarlos, mis hermanos y hermanas, a que si no saben lo que es ser un miembro nuevo, traten al menos de imaginárselo. Puede suponer una soledad abrumadora. Puede ser muy desalentador, puede ser aterrador. Nosotros, los de esta Iglesia, somos mucho más diferentes del mundo que lo que solemos pensar que somos. Esta hermana sigue diciendo: “Cuando… pasamos a ser miembros de la Iglesia, nos sorprende descubrir que hemos entrado en un mundo completamente foráneo, un mundo que tiene sus propias tradiciones, cultura y lenguaje. Descubrimos que no hay ni una sola persona ni un punto de referencia donde acudir en busca de orientación en nuestro trayecto hacia este mundo nuevo. Al principio, el recorrido es emocionante, nuestros errores son hasta divertidos, luego se va tornando frustrante y poco a poco esa frustración se convierte en disgusto; y es durante esta etapa de frustración y enojo cuando nos retiramos. Regresamos al mundo del cual vinimos, donde sabíamos quiénes éramos, donde contribuíamos y donde hablamos el mismo idioma” [véase “Apacienta mis ovejas”, pág. 122].

Actividad: Estudio personal y con el compañero

Lea la narración anterior. Escriba las respuestas a las siguientes preguntas en su diario de estudio o analícelas con su compañero. Fije metas y haga planes apropiados.

  • De acuerdo con la narración, ¿cuáles son algunos de los factores que dificultan el que los nuevos miembros permanezcan activos?

  • Al enfrentarnos a ese tipo de desafíos, ¿por qué es de provecho hacer participar a los miembros, desde un principio, en el proceso de enseñanza?

  • Piense en las personas a las que enseña. ¿De qué manera pueden los miembros ayudarles a iniciar la transición social dentro de la Iglesia?

Asignaciones de ministración

Con la aprobación del presidente de misión, los líderes locales pueden considerar pedir a los misioneros de tiempo completo que ayuden de manera limitada con las asignaciones de ministrar. El presidente de misión comunica esta aprobación al presidente de estaca, quien informa a los obispos. Cuando se haya dado la autorización, a los misioneros de tiempo completo se les asigna principalmente trabajar con los miembros nuevos, las familias en las que no todos son miembros de la Iglesia y otros miembros (véase Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 7.4.3).

Colabore con el consejo de barrio a fin de fortalecer a los miembros nuevos y a los que vuelven a la actividad

Imagen
Christ helping children across river [Cristo ayudando a los niños a cruzar el río]

© 1999 Greg K. Olsen. Cortesía de Mill Pond Press. Prohibida la reproducción.

La enseñanza y el bautismo de los nuevos conversos se hacen bajo la dirección del presidente de misión. Sin embargo, la obra de la proclamación del Evangelio saldrá adelante con más poder si los misioneros de tiempo completo y los miembros coordinan sus esfuerzos y trabajan juntos. Es probable que se le invite con frecuencia a asistir a las reuniones de consejo de barrio; sin embargo, su prioridad principal es asegurarse de que las personas a las que enseña asistan a las reuniones de la Iglesia. Con frecuencia, eso significa que usted las acompañará. Si hay un conflicto entre el asistir a la reunión de consejo de barrio y llevar a alguien a la Iglesia, haga lo segundo. Cuando eso suceda, entregue una copia del Informe de progreso al líder misional y asegúrese de que este cuente con toda la información necesaria para el consejo de barrio.

El presidente Gordon B. Hinckley dijo:

“Todo nuevo converso necesita tres cosas:

  1. Un amigo en la Iglesia a quien pueda recurrir constantemente, alguien que camine a su lado, que conteste sus preguntas y comprenda sus problemas.

  2. Una asignación. La actividad es una característica distintiva de la Iglesia. Es el proceso mediante el cual progresamos. La fe y el amor por el Señor son como los músculos del brazo. Si los empleamos, se van fortaleciendo. Si los ponemos en cabestrillo, se debilitan. Todo converso merece tener una responsabilidad…

  3. Todo converso debe ser ‘nutrid[o] por la buena palabra de Dios’ (Moroni 6:4). Es imperativo que la persona se relacione con un cuórum del sacerdocio, con la Sociedad de Socorro, las Mujeres Jóvenes, los Hombres Jóvenes, la Escuela Dominical o la Primaria. Se le debe alentar a que asista a la reunión sacramental para participar de la Santa Cena y renovar los convenios hechos al bautizarse” (“Apacienta mis ovejas”, pág. 122).

El consejo de barrio tomará la iniciativa a fin de asegurarse de que los nuevos conversos tengan un amigo, una responsabilidad y nutrición espiritual. Usted los ayudará en lo que le pidan. Con su ayuda, los líderes del sacerdocio y los miembros llevarán a cabo el hermanamiento.

Amistad

Imagen
mujeres hablando
  • Antes del bautismo y la confirmación, asegúrese de que, de ser posible, haya miembros presentes en cada lección. Esos miembros con frecuencia deben estar al lado de las personas a las que enseña a fin de responder a sus preguntas, entender sus desafíos y darles ánimo.

  • Invite a los miembros a asistir a los servicios bautismales y a dar la bienvenida al barrio a los nuevos conversos. Los miembros ayudan a que los nuevos conversos se sientan cómodos en las distintas reuniones de la Iglesia. También se deben encargar de presentarlos a otros miembros.

  • Usted debe presentar a las personas a las que enseña al obispo, a los consejeros de este, al presidente del cuórum de élderes, a la presidenta de la Sociedad de Socorro y a otros líderes del barrio, tan pronto como sea posible. Explique a los investigadores las funciones del obispo y de los demás líderes del barrio.

  • Después de que alguien haya sido bautizado y confirmado, pida a los líderes del barrio que le asignen hermanos y hermanas ministrantes, según sea necesario.

Las oportunidades de servir

  • Ayude a los conversos varones a comprender lo que es el Sacerdocio Aarónico y el de Melquisedec y a prepararse para recibirlo. Explíqueles que los cuórums del sacerdocio ofrecen oportunidades para aprender, adorar y prestar servicio juntos.

  • Haga que los nuevos conversos y los miembros que vuelven a la actividad participen en oportunidades de prestar servicio, tales como ayudar a una viuda o a alguien que esté enfermo, o bien, participar en un proyecto de bienestar.

  • Ponga a los conversos en contacto con los consultores de templo e historia familiar a fin de que puedan comenzar su árbol familiar haciendo uso del cuadernillo Mi familia o de FamilySearch.org.

  • Fije una fecha para que los conversos se preparen para ser bautizados en el templo por sus antepasados fallecidos dentro del mes después de su propio bautismo o para que compartan en ese mismo tiempo una tarjeta de archivo familiar con alguien que pueda asistir. El llevar a cabo la historia familiar y asistir al templo y realizar ordenanzas por antepasados fallecidos aumenta de forma considerable la retención de conversos debido a que puede fortalecer la fe en el Salvador.

  • Invite a los conversos a animar a sus familiares y amigos para que reciban a los misioneros. Los misioneros deben pedir referencias a los nuevos conversos y a los miembros que vuelven a la actividad.

Nutridos por la palabra de Dios

  • Enseñe todas las lecciones antes y después del bautismo. Una vez que el bautismo se haya llevado a cabo, vea qué preguntas tienen los nuevos miembros y trátelas. Adapte las invitaciones de las lecciones misionales a las necesidades actuales de los miembros nuevos.

  • Ayude a los nuevos conversos y a los miembros que vuelven a la actividad a recordar los compromisos que hicieron antes del bautismo y los convenios que hicieron al ser bautizados y confirmados.

  • Anímeles a orar diariamente, tanto en forma personal como con su familia.

  • Anímeles a estudiar las Escrituras a diario, en particular el Libro de Mormón.

  • Fortalezca el testimonio de los nuevos conversos acerca de la restauración del evangelio de Jesucristo mediante el profeta José Smith.

  • Continúe enseñándoles sobre la importancia de asistir a las reuniones de la Iglesia cada domingo y de participar de la Santa Cena de manera digna. Asista a la reunión sacramental y siéntese con los nuevos conversos o los miembros que vuelven a la actividad.

  • Invíteles a asistir a la clase de Principios del Evangelio de la Escuela Dominical.

  • Enséñeles cómo llevar a cabo la noche de hogar una noche a la semana mediante el uso de recursos tales como el sitio web de la Iglesia, la aplicación Biblioteca del Evangelio o las revistas de la Iglesia.

  • Anímeles a compartir el Evangelio restaurado con otras personas.

  • Ayúdeles a inscribirse en las clases de Seminario o Instituto.

  • Indíqueles cuáles son los recursos de la Iglesia.

Estudio de las Escrituras

Nutrir con la palabra de Dios

Servicio

¿Qué función tiene el presidente de misión de tiempo completo?

El presidente de misión de tiempo completo posee las llaves de los bautismos de conversos. Bajo su dirección, los misioneros de tiempo completo tienen la primordial responsabilidad de enseñar el Evangelio a las personas que no son de nuestra religión. Sin embargo, el obispo supervisa el progreso y el hermanamiento de las personas, a medida que se les enseña. El plan misional del barrio se lleva a cabo bajo la autoridad presidente del obispo. El presidente de misión se reúne con regularidad con los presidentes de estaca a fin de asegurarse de que los misioneros de tiempo completo colaboren con los líderes locales del sacerdocio. Él coordina los esfuerzos misionales y se ofrece para ayudar al presidente de estaca a dar instrucción sobre los principios y las prácticas de la obra misional.

¿Cuáles son las responsabilidades de los líderes de estaca y de barrio?

Los líderes y los miembros locales de la Iglesia son sus mejores aliados. Trátelos con respeto y haga un esfuerzo por establecer buenas relaciones con ellos. A medida que trabaje con esos líderes, recuerde que ellos tienen otras responsabilidades relacionadas con sus llamamientos. Trate de ser una bendición, y no un obstáculo, para los líderes de estaca y de barrio. Trate de tener siempre una actitud que parezca decir: “¿Cómo podemos ayudar?”. Hable con el obispo y con el líder misional de barrio en cuanto a sus planes y actividades. Asegúrese de que lo que haga preste apoyo al plan misional del barrio.

Las funciones de los líderes locales del sacerdocio en cuanto a la obra misional se describen a continuación. Entender la función que ellos tienen le ayudará a trabajar mejor con ellos.

El presidente de estaca

El presidente de estaca supervisa a los obispos en sus responsabilidades misionales, de retención y de activación. En su entrevista mensual con los obispos, analiza con ellos el progreso de los miembros y de las personas a quienes los misioneros estén enseñando, así como los planes que tengan en cuanto a ellos. Se asegura de que la doctrina relacionada con la obra misional se enseñe a menudo en las reuniones de estaca y de barrio, y de que los líderes del sacerdocio y otros miembros reciban la capacitación pertinente a sus responsabilidades misionales.

El presidente de estaca también se reúne regularmente con el presidente de misión a fin de coordinar los esfuerzos misionales, lo cual incluye la capacitación de líderes y miembros, el uso y la asignación de los misioneros de tiempo completo, así como la ayuda en los esfuerzos de activación.

Miembro del sumo consejo

La presidencia de estaca designa a un miembro del sumo consejo para que se encargue de fomentar la obra misional y las labores de retención y de activación en la estaca. Esa persona informa con frecuencia a la presidencia de estaca acerca del avance de la obra. Asimismo, se asegura de que los líderes misionales de barrio reciban la debida capacitación, lo cual incluye la preparación de un plan misional de barrio.

El obispo

Imagen
obispo hablando

El obispo es responsable de los esfuerzos misionales, de retención y de activación en el barrio. Su liderazgo y participación personales son esenciales. El obispo llama a un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec digno a fin de que sirva como el líder misional de barrio y colabore en esta obra. También llama a un número suficiente de misioneros de barrio para que se satisfagan las necesidades de la unidad.

El obispo coordina las labores misionales, de retención y de activación por medio del consejo de barrio. Él dirige la creación y la ejecución del plan misional del barrio.

Actividad: Estudio con el compañero

Fije una hora para reunirse con el obispo. Pídale consejo acerca de cómo puede usted servir mejor en el barrio.

Los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares

Los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares deben evaluar con frecuencia la situación de los miembros nuevos y de los que vuelven, y hacer planes a fin de hermanarlos y fortalecerlos. Los líderes también deben trabajar estrechamente con el líder misional de barrio con la finalidad de coordinar los esfuerzos misionales, de retención y de activación con los misioneros de barrio y los misioneros de tiempo completo.

El líder misional de barrio

Bajo la dirección del obispo, el líder misional de barrio realiza lo siguiente:

  • Da el ejemplo al compartir el Evangelio con otras personas, incluso los nuevos conversos y los miembros que vuelven a la actividad.

  • Coordina la labor de los misioneros de barrio y la de los misioneros de tiempo completo con los líderes del sacerdocio, los de las organizaciones auxiliares y los miembros.

  • En las reuniones de consejo de barrio, utiliza el Informe de progreso, la Lista de acción y entrevistas, y el formulario de Progreso de nuevos miembros y de miembros que se hayan vuelto a activar a fin de repasar el progreso de las personas a las que los misioneros enseñan. Esos informes se crean con la herramienta en línea Fuentes de recursos para líderes y secretarios, y se utilizan para dar seguimiento al progreso de nuevos conversos y otros miembros.

  • Dirige las reuniones semanales de coordinación misional.

  • Con la colaboración de los misioneros de tiempo completo, organiza los servicios bautismales de los conversos en el barrio. Normalmente esos servicios los dirige un miembro del obispado o el líder misional del barrio.

El líder misional también sirve en el consejo de barrio y asiste a las reuniones para líderes del sacerdocio de estaca.

Los misioneros de barrio

A los hermanos y hermanas que reúnan los requisitos necesarios, se les llama a servir como misioneros de barrio. A ellos los supervisa el líder misional del barrio.

Los misioneros de barrio encuentran personas, las hermanan y les enseñan. También instruyen y hermanan a los nuevos conversos y a los miembros que vuelven a la actividad.

Se puede llamar a un misionero de barrio que posea el Sacerdocio de Melquisedec a servir como asistente del líder misional del barrio.

Coordinación misional

La obra misional de barrio se coordina generalmente en las reuniones del consejo de barrio mediante el uso de los Informes de progreso. La finalidad de estas reuniones, en el aspecto misional, es informar, planear y coordinar las asignaciones para encontrar, enseñar, hermanar y activar, tal como se indica en los siguientes párrafos.

Cómo encontrar personas para enseñar. El consejo de barrio analiza la manera de preparar a determinadas personas para que los misioneros de tiempo completo les enseñen. Los miembros del consejo de barrio hablan del progreso que hayan tenido determinados miembros del barrio, en lo referente a preparar a personas y a familias para que reciban las lecciones misionales.

Cómo llevar a cabo la enseñanza y los bautismos. El consejo de barrio evalúa los Informes de progreso cada semana, los cuales describen el progreso de cada persona a la que enseñan los misioneros de tiempo completo. Los miembros del consejo de barrio también coordinan los planes para la enseñanza en los hogares de los miembros, el hermanamiento de aquellos a quienes se enseña y la participación de los miembros en los servicios bautismales.

Cómo hermanar y enseñar a los nuevos miembros. A fin de dar seguimiento al progreso de cada miembro nuevo, el consejo de barrio evalúa el formulario Progreso de miembros nuevos y de miembros que se hayan vuelto a activar. Los miembros del consejo de barrio también hablan en cuanto a la forma de hermanar a los miembros nuevos. Si lo solicita el obispo, dan recomendaciones en cuanto a llamamientos que los miembros nuevos podrían recibir.

Cómo hermanar y enseñar a los miembros que vuelven a la actividad. El consejo de barrio coordina los esfuerzos de activación del cuórum de élderes y de los misioneros de tiempo completo. Los miembros del consejo de barrio también hacen planes para el hermanamiento de los miembros que vuelven a la actividad, en particular al invitarles a las reuniones y actividades de la Iglesia.

Coordinación adicional con el líder misional de barrio

La obra misional de barrio se coordina normalmente en las reuniones del consejo de barrio. Si es necesaria una coordinación adicional, el líder misional de barrio puede reunirse aparte con los misioneros de tiempo completo. Podría invitarse a otras personas a participar en esas reuniones, entre ellas los misioneros de barrio, un consejero de la presidencia del cuórum de élderes y una consejera de la presidencia de la Sociedad de Socorro.

Aquellos que asistan a la reunión podrían evaluar las asignaciones y las metas de las reuniones anteriores y presentar sus informes, así como hacer planes para la semana siguiente. Si es necesario, podrían coordinar las asignaciones de los misioneros de barrio para que estos trabajen con los misioneros de tiempo completo, y analizar cómo hacer para que los esfuerzos combinados de los misioneros de barrio y de los misioneros de tiempo completo sean más eficaces.

El plan misional del barrio

Los obispos de muchos barrios han descubierto que el elaborar un plan misional de barrio fomenta la obra misional dentro de la unidad. Tal plan puede incluir metas, iniciativas y actividades que ayudarán a los miembros del barrio para que inviten a las personas a escuchar el Evangelio. Tanto las familias como las personas en forma individual se benefician con el desarrollo de un plan que dirija sus esfuerzos misionales.

Los miembros deben emplear todo medio honorable a fin de encontrar personas que estén dispuestas a escuchar el mensaje de la Restauración. Deben hacer hincapié en encontrar padres, madres e hijos para que se unan a la Iglesia como familia. A continuación se dan algunas sugerencias que los obispos deben tener presentes al hacer un plan misional:

  • Orar con la finalidad de que el Señor prepare los corazones de ciertas personas para que escuchen el Evangelio. Orar para ser sensible a aquellas personas que Él esté preparando (véase Alma 6:6). “Qué grande será el día”, enseñó el presidente Gordon B. Hinckley, “en que los miembros no solo oren por los misioneros de todo el mundo sino que también pidan al Señor que les ayude para colaborar con los misioneros que están trabajando en sus propios barrios” (“El servicio misional”, Primera reunión mundial de capacitación de líderes, 11 de enero de 2003).

  • Estar al tanto de las oportunidades de influir para bien en otras personas. Ser amable y tender una mano amorosa a todas las personas.

  • Pedir a los amigos y vecinos que sirvan junto con los miembros en actividades tales como dar servicio comunitario, proveer alimentos a los necesitados, enseñar talleres en las reuniones entre semana de la Sociedad de Socorro, ayudar en las actividades de barrio, ayudar a las personas a mudarse, brindar ayuda en las actividades para los jóvenes y ayudar con la historia familiar o en los proyectos de bienestar.

  • Invitar a los familiares, amigos y vecinos que no sean miembros a los bautismos, las confirmaciones y las ordenaciones al sacerdocio.

  • Invitar a personas que no sean miembros a algún acontecimiento especial, tal como una comida en un día festivo.

  • Organizar en el barrio reuniones, actividades, devocionales y eventos abiertos al público que sean agradables y edificantes, a fin de que los miembros se sientan deseosos de invitar a sus conocidos a asistir.

  • Invitar a las personas a una noche de hogar.

  • Visitar a personas que estén atravesando por cambios en su vida, tales como matrimonios, nacimientos o defunciones.

  • Visitar y ayudar a las personas que se estén mudando a su vecindario. Compartir con ellas información acerca de la comunidad, el vecindario y la Iglesia.

  • Aprovechar cualquier oportunidad para hablar del Evangelio. Hablar de temas como el Salvador, el Libro de Mormón, la Biblia, el propósito de la vida, la familia y la historia familiar.

  • Animar a los jóvenes a que se hagan amigos de otros jóvenes y que los inviten a las reuniones y a las actividades de la Iglesia.

  • Apoyar a las familias en las que no todos son miembros de la Iglesia.

  • Planear reuniones sacramentales que sean espiritualmente edificantes.

Actividad: Estudio con el compañero

  • Lea y analice con su compañero “Organización de la Iglesia”, en Temas del Evangelio, en el sitio web de la Iglesia.

  • Comparta con su compañero lo que haya aprendido y anótelo en su diario de estudio.

  • Analicen cómo sus ideas y conocimientos influirán en la manera en que se ocupen de su trabajo con los líderes de la Iglesia.

El compromiso de permanecer activo en la Iglesia

La obra misional surte mayor efecto cuando las personas hacen y guardan el compromiso de permanecer activas en la Iglesia el resto de su vida. No basta con tan solo unirse a la Iglesia. Deben hacerlo con la intención de que sea para siempre. Todas sus enseñanzas e invitaciones deben estar dirigidas hacia ese objetivo. Los miembros deben continuar viviendo el Evangelio y ser activos en la Iglesia a fin de recibir todas las bendiciones que nuestro Padre Celestial tiene reservadas para ellos.

Nefi enseñó lo siguiente: “Y ahora bien, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no… debéis seguir adelante con firmeza en Cristo… si… perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna” (2 Nefi 31:19–20).

Haga su mejor esfuerzo a fin de ayudar a las personas a reunir los requisitos para “la vida eterna, que es el mayor de todos los dones de Dios” (Doctrina y Convenios 14:7).

Recuerde esto

  • Establezca una sólida relación con el obispo y con los miembros del consejo de barrio.

  • Participe de manera apropiada durante las reuniones del consejo de barrio.

  • Sea servicial con el consejo de barrio. Cuando los miembros de este pidan su colaboración:

    • Esté dispuesto a hermanar a los conversos y a los miembros que vuelven a la actividad, a ayudarles en sus llamamientos y oportunidades de prestar servicio y a enseñarles de nuevo las lecciones misionales.

    • Enseñe a los nuevos conversos todas las lecciones después del bautismo.

Ideas para el estudio y la práctica

Estudio personal

  • Utilizando su agenda diaria o herramientas digitales, haga planes para hablar con los nuevos conversos y con los miembros que recientemente hayan vuelto sobre el cambio en su forma de vivir y su asistencia a las reuniones de la Iglesia. ¿Qué es lo que les ha sido de más ayuda al respecto? Anote en su diario de estudio sus pensamientos acerca de las experiencias de ellos. ¿Qué ha aprendido que le ayude a trabajar con las personas a las que actualmente enseña?

  • Estudie 2 Nefi 31:18–20; Alma 26:1–7 y 32:32–43; y Moroni 6. Anote lo que aprenda de estos versículos acerca de cómo fortalecer a los nuevos conversos.

Estudio con el compañero

  • Durante la reunión del consejo de barrio, pregunte al obispo si hay miembros en el área que estén volviendo a la actividad y a los que él quisiera que usted visitara durante la semana. A medida que visite a esas personas, procure fortalecer la fe de ellos en Jesucristo. Pídales referencias.

  • Estudie 1 Corintios 3:2; Hebreos 5:12 y Doctrina y Convenios 19:22. ¿Qué es la leche que se menciona? ¿Qué es la carne [vianda]? Compare sus respuestas con la doctrina del capítulo “¿Qué es lo que estudio y enseño?”. ¿Por qué debe usted suministrar la leche y la carne en el orden debido y en las cantidades adecuadas? ¿Cómo lo hace?

  • Lea la siguiente cita en la que el presidente Joseph F. Smith describe sus sentimientos al momento de su bautismo.

    “La sensación que vino sobre mí fue de una paz pura, de amor y de luz. Sentí en mi alma que si yo había pecado —y ciertamente no me encontraba sin pecados—, se me había perdonado, y que efectivamente fui limpiado del pecado; mi corazón se conmovió y sentí que no haría daño ni al insecto más pequeño que hubiese bajo mis pies. Sentí que quería hacer el bien en todas partes y a todas las personas y a todas las cosas. Sentí una renovación de vida, una renovación del deseo de hacer lo que era bueno. No quedó en mi alma ni una partícula del deseo hacia lo malo… pero sentí venir sobre mí esa influencia, y sé que vino de Dios, y fue y siempre ha sido para mí un testimonio viviente de mi aceptación por parte del Señor”(véase Doctrina del Evangelio, 1978, pág. 92).

    Ahora lea lo que el presidente Smith dijo acerca de esos mismos sentimientos mucho tiempo después de su bautismo.

    “¡Oh, si pudiese haber conservado ese mismo espíritu y ese mismo deseo ferviente en mi corazón en todo momento de mi vida desde aquel día hasta hoy! Sin embargo, muchos de nosotros que hemos recibido ese testimonio, ese nacer de nuevo, ese cambio en el corazón, aun cuando hayamos errado en nuestro juicio o hayamos cometido muchos errores, y tal vez a menudo no hayamos vivido de acuerdo con la norma verdadera en la vida, nos hemos arrepentido de lo malo y de cuando en cuando hemos buscado el perdón del Señor; de modo que hasta el día de hoy ese mismo deseo y ese propósito que dominaron nuestra alma cuando nos bautizamos y recibimos la remisión de nuestros pecados, aún domina nuestro corazón y son todavía el sentimiento y la pasión predominantes de nuestras almas” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia, Joseph F. Smith, pág. 75).

    • ¿Qué aprendió usted personalmente del presidente Smith en cuanto a su propio testimonio y su compromiso de vivir el Evangelio?

    • ¿Qué aprendió acerca de las dificultades que los nuevos conversos, incluso los futuros profetas, enfrentan después del bautismo?

    • Al pensar en los nuevos conversos y en los miembros que vuelven a la actividad, ¿qué puede hacer usted para ayudarles a retener o recuperar ese “deseo y ese propósito” que una vez tuvieron?

Consejo de distrito, conferencia de zona y consejo de líderes de la misión

  • Invite a un obispo a hablar acerca de los desafíos de trabajar con nuevos conversos y con miembros que vuelven a la actividad. Pídale que haga hincapié en cómo los misioneros pueden ayudar con esos desafíos.

  • Analice las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo (véase Lucas 15).

Presidente de misión, su compañera y los consejeros de él

  • Colabore con los líderes locales del sacerdocio a fin de animarlos a que ayuden a los nuevos conversos en los siguientes aspectos:

    • A que sean ordenados en el sacerdocio.

    • A que se les asignen hermanos ministrantes y hermanas ministrantes, según sea necesario.

    • A que preparen el nombre de un antepasado, lo lleven al templo y efectúen bautismos por los muertos.

    • A que reciban las cinco lecciones misionales con los hermanos ministrantes, las hermanas ministrantes u otros miembros presentes.

  • Enseñe a los líderes locales en el consejo de barrio la manera de utilizar a los misioneros.

  • Enseñe a los líderes locales el objetivo y los usos del informe de progreso.

  • Pida de vez en cuando a los misioneros que le muestren una copia del informe de progreso de ellos.

  • De vez en cuando verifique el progreso de los nuevos conversos para ver cómo están y de qué manera los misioneros y los miembros les pueden ser de ayuda.

  • Invite a los líderes de estaca o de barrio a que dirijan la palabra a los misioneros de usted y les expliquen la forma en que pueden brindar mayor ayuda.

  • Invite a los conversos recientes para que conversen con los misioneros y les relaten sus experiencias en calidad de nuevos miembros de la Iglesia.

  • De vez en cuando, pida a los miembros que sean conversos que compartan en una conferencia de zona la experiencia de su conversión.