“Esto es más de lo que puedo soportar solo. ¿Dónde puedo buscar ayuda?”, Ayuda para el cónyuge, 2019
“Esto es más de lo que puedo soportar solo. ¿Dónde puedo buscar ayuda?”, Ayuda para el cónyuge
Esto es más de lo que puedo soportar solo. ¿Dónde puedo buscar ayuda?
Buscar el apoyo de otras personas
Está bien recibir ayuda. No tenemos que lidiar con esto solos. Además de confiar en el Señor, puede resultarnos útil buscar apoyo en otras personas a la hora de enfrentarnos a los efectos del consumo de pornografía por parte de nuestro cónyuge. El presidente Henry B. Eyring dijo: “Todos seremos probados. Todos necesitamos amigos verdaderos que nos amen, nos escuchen, nos muestren el camino y nos testifiquen de la verdad para que no perdamos el compañerismo del Espíritu Santo” (“Amigos verdaderos”, Liahona, julio de 2002, pág. 32).
El hablar de nuestras dificultades puede resultar incómodo. Muchos de nosotros sentimos temor o vergüenza por el consumo de pornografía de nuestro cónyuge. Quizás nos preocupe que los demás nos juzguen o que juzguen a nuestro cónyuge. Es posible que nuestro cónyuge nos pida que no se lo contemos a nadie. Sin embargo, es aceptable e importante que pidamos la ayuda que necesitemos o deseemos.
El presidente Spencer W. Kimball nos enseñó acerca de la forma en la que Dios responde a nuestras oraciones: “Dios nos tiene en cuenta y vela por nosotros; pero por lo general, es por medio de otra persona que atiende a nuestras necesidades” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Spencer W. Kimball, 2006, pág. 92). Dios ha puesto, y seguirá poniendo, a personas en nuestra vida para que nos ayuden y apoyen durante las pruebas.
Reflexione en lo siguiente:
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¿Qué apoyo o ayuda cree que necesita?
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¿De qué forma buscará el apoyo de otras personas?
Cómo encontrar el apoyo adecuado
Tender una mano a los demás puede no ser siempre una experiencia positiva. Aunque muchas personas se preocupen por nosotros, puede ser que estén mal informadas, equivocadas o que no puedan ayudarnos. No obstante, una mala experiencia no debería disuadirnos de buscar apoyo si creemos que lo necesitamos.
Es importante tener en cuenta los recursos o las personas que constituyan fuentes de ayuda apropiadas, así como el momento y la forma de compartir las dificultades personales con los demás y la forma de decidir, con prudencia, lo que podemos compartir sin problemas.
A continuación se indican algunas cuestiones a considerar:
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¿Podrá prestarme apoyo la persona con quien estoy hablando de esto?
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¿Tendrá en consideración lo que es mejor para mí, así como para mis seres queridos?
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¿Respetará la confidencialidad de la información y no hará juicios de valor?
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¿Es suficientemente madura y está preparada para recibir la información, o le resultará perjudicial?
Es posible que algunos de nosotros no necesitemos o deseemos tanto apoyo como otros. El hablar o no del problema es una decisión individual en la que podemos buscar el consejo del Señor. Si sentimos la necesidad de apoyo, el Señor nos guiará a las personas que puedan ayudarnos. Considere a la familia, los amigos, los líderes del sacerdocio y de la Sociedad de Socorro, los mentores, los grupos de apoyo y la ayuda profesional como fuentes de apoyo. A medida que compartimos nuestras cargas con personas de confianza, podemos sentirnos apoyados y elevados.
Reflexione en lo siguiente:
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¿Qué tipo de apoyo le ha sido útil en el pasado?
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¿Qué tipos de apoyo le serían más útiles ahora?
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¿A quién siente que debe acudir en busca de apoyo?
Ideas para poner manos a la obra
Estas son algunas ideas que han sido útiles para otras personas. Con espíritu de oración, considere qué acciones podrían ser las mejores para usted, teniendo en cuenta que pueden o no estar aquí enumeradas.
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Identifique relaciones saludables que usted sienta que lo apoyan y lo enriquecen. A algunas personas les ha resultado útil consultar con los líderes del sacerdocio o de la Sociedad de Socorro para que les ayuden a determinar a quién pueden acudir. Pase un tiempo apropiado con aquellos que lo edifiquen y confirmen su valía.
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Busque y estudie la verdad con respecto a su valor individual y su importancia para Dios como se enseña en las Escrituras y en otras fuentes confiables, entre ellas su bendición patriarcal.
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Busque a otras personas que se encuentren en su situación y que sigan adelante de manera saludable. ¿Hay grupos de apoyo o programas a los que podría unirse?
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Establezca objetivos para el cuidado personal adecuado, que incluyan la nutrición, los hábitos saludables de sueño, ejercicio y tiempo para la reflexión personal.
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