La pornografía
Principio 3: Tender una mano


“Principio 3: Tender una mano”, Ayuda para el cónyuge, 2019

“Principio 3: Tender una mano”, Ayuda para el cónyuge

mujer con un teléfono celular

Principio 3: Tender una mano

No estamos destinados a navegar nuestra vida solos. Al buscar el consuelo y la guía del Espíritu por medio de la oración, podemos recibir paz. Cuando estemos listos, el Espíritu puede ayudarnos a saber con quién podemos compartir nuestros sentimientos y experiencias. Al acercarnos, otras personas pueden ayudarnos a recordar y sentir el amor del Padre Celestial.

Compartir nuestros sentimientos y experiencias con otros puede resultarnos incómodo. Muchos de nosotros queremos establecer conexiones con los demás, pero no sabemos cómo reaccionarán ni cómo se sentirán nuestros cónyuges.

Si acercarnos a otras personas nos resulta demasiado difícil, podemos empezar por buscar la compañía del Espíritu Santo. Se nos ha prometido que el Espíritu Santo nos consolará y testificará de Jesucristo y de Su poder para ayudarnos. Con la compañía y la guía del Espíritu Santo podemos experimentar más paz y lucidez.

Al buscar Su compañía, Él nos guiará (véase Doctrina y Convenios 121:46). El Espíritu nos ayudará a saber en quién podemos confiar y puede ayudarnos a sentirnos seguros al hacerlo. Cuando estemos listos, podemos compartir nuestro dolor y nuestras experiencias con amigos, líderes de la Iglesia o profesionales de la salud mental. Como seguidores de Cristo, sabemos que podemos acercarnos a otras personas que han hecho convenio de llevar las cargas unos de otros, llorar juntos y trabajar en unidad.

La hermana Linda K. Burton, quien fue Presidenta General de la Sociedad de Socorro, aconsejó: “Podemos empezar en oración a nuestro Padre Celestial y pedirle fortaleza para este día […]. Podemos empezar por ahí. Entonces tal vez podamos tender una mano y pedir [que] el Espíritu Santo nos ayude a inspirarnos […]. Cuando estemos lo suficientemente fuertes, podremos acercarnos a un obispo, a un amigo de confianza, a alguien que pueda ayudarnos” (“Tender una mano”, video).

Anote las impresiones que reciba

Dedique un momento para escribir lo que haya sentido al estudiar este principio.

Ponga en práctica este principio

A continuación se ofrecen algunas ayudas sobre temas adicionales para aumentar su conocimiento y aplicación del principio.

Es algo muy personal; ¿a quién puedo hablarle de esto?

Podemos encontrar formas de compartirlo con los demás de manera segura. A veces puede parecer que fuéramos los únicos que nos enfrentamos a este problema, lo que puede provocar que nos sintamos aislados. Sin embargo, no tenemos que afrontar esto solos. Encontrar maneras seguras de compartir puede aliviar el dolor que sentimos.

Esto es más de lo que puedo soportar solo. ¿Dónde puedo buscar ayuda?”

Obtenga la ayuda que necesita. Está bien buscar ayuda y no tenemos por qué sufrir solos. Además de confiar en el Señor, puede resultarnos útil buscar apoyo en otras personas a la hora de enfrentarnos a los efectos del consumo de pornografía por parte de nuestro cónyuge. Con una cuidadosa consideración y la ayuda del Espíritu, podemos encontrar fuentes de ayuda.

Estudio complementario

Material relacionado

una pareja que se abraza

Reseña general para el cónyuge

mujer orando

Principio 2: Responder a las emociones fuertes

mujer sonriendo

Principio 4: Recuperar la confianza