Voces de los Santos de los Últimos Días
Mi misión, un sueño hecho realidad
Pude sentir las tiernas misericordias del Señor guiando mis respuestas.
Fui bautizada en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuando tenía 23 años; pensé que mi oportunidad de servir una misión de tiempo completo había pasado. Desde que conocí el Evangelio siempre tuve el deseo de servir una misión. Mi esposo es exmisionero y disfruto mucho escuchar sus anécdotas misionales; yo pensaba que serviríamos una misión cuando nuestras hijas fueran adultas.
Hace dos años recibí una llamada del hermano Barahona. Me invitó a servir una misión de servicio en FamilySearch. Me sentí emocionada al pensar que mi Padre Celestial y Jesucristo conocían los deseos de mi corazón y me estaban brindando la oportunidad de ser misionera.
Me entrevistó la hermana Zaldaña, encargada de los misioneros, me explicó los detalles del llamamiento y cuáles eran las habilidades necesarias para poder cumplir con la misión desde casa. Después que fui entrevistada por el obispo y el presidente de estaca, llegó mi llamamiento de misionera de servicio de FamilySearch.
Me entrenó la hermana Matamoros, una hermana amorosa y paciente, quien me enseñó a resolver los distintos casos que llegan a la plataforma de FamilySearch. Fui nutrida espiritualmente todos los meses en nuestras reuniones de capacitación misional, junto con los misioneros de toda el Área Centroamérica.
¡Qué privilegio tan grande es ver el crecimiento de esta obra! Trabajé dos años en el centro de contacto, contestando llamadas, mensajes y correos electrónicos. Pude sentir las tiernas misericordias del Señor guiando mis respuestas e iluminando mi entendimiento para resolver los problemas de los usuarios. Fue una verdadera bendición poder estar al servicio de mi Padre Celestial y Jesucristo y de los hermanos que están trabajando en la obra de la redención de los muertos.